(Primera parte, antes del viaje)

Recuerdo un libro en especial, el primer libro que tuve en mis manos, ni siquiera sé si ya sabía leer, supongo que solamente un poco, pero lo que tengo presente todavía es la sensación del papel grueso y poroso, el color amarillento de cada hoja, las líneas, los infinitos bloques de palabras. Un objeto para descifrar a mis cuatro años, la primera visión. 

Agua que entra a un templo, gente temblorosa tratando de cerrar las enormes puertas de madera, agua por todas partes, lluvia casi sobre mi pequeña cabeza. Una tormenta que irrumpió en misa, dentro de la ceremonia agua detenida.

Mi abuelo sentado en su escritorio, rodeado de libros, de un lado y de otro lado: un par de pilas de volúmenes forrados en cuero, aroma a maderas. Un hombre concentrado, estudioso, mis ganas de agarrar un libro, de abrirlo, de saber qué misterios guardaba. 

Una playa, en el sitio una pequeña construcción que parecía hundirse y entre el crepúsculo y el oleaje se despedía de la orilla. Los piecitos de mi hermano como un par de peces dorados, un movimiento ligero, el aire de la tarde rompiendo la quietud, cálido, pesado, amoroso. Un vaivén de alegrías, de risas, de amor.

Palabras, una promesa y otra, la voz de mi hermano. Mis respuestas, nada concreto, todo era ilusiones y sueños. Un recorrido por el largo camino entre los maizales, la locura de la juventud: mis dos hermanos y sus ganas de vivir, de ser, de crear, de viajar. Prometimos hacerlo juntos, ya de grandes, quizás un viaje largo por el sur de su país, el norte del mío, conociendo sitios, comiendo de todo, recordando y llenando mi cabeza de visiones como bisontes a lo lejos o como aquellos venados que un anochecer se perdían entre la bruma.

Miren hacia todas partes, los lugares escondidos, las cosas diminutas, los rostros y sus gestos, el interior de un corazón destrozado.

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Jeanne Karen (San Luis Potosí, México, 14 mayo 1975). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Temas como la muerte, la introspección y la complejidad semántica en la comunicación en relación con el autismo y las ciencias exactas como las matemáticas y la física, influyen su trabajo en un debate casi ético. Premio estatal de poesía Viene la muerte cantando (1998) Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos (1999), de Poesía Manuel José Othón (2002 y 2006) Premio de Periodismo Francisco de la Maza por Publicación o Programa de Difusión Cultural (2009).

Ha publicado los libros: Simulación dinámica (Bitácora de Vuelos, 2015), Cementerio de elefantes (Múltiples editoriales). Hollywood (Ponciano Arriaga), Menta (Ponciano Arriaga).

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