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Tachas 585 • La poesía que nos rodea • Jeanne Karen

Jeanne Karen

Imagen generada por IA
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Tachas 585 • La poesía que nos rodea • Jeanne Karen

Los días de quietud y silencio suelen traer a nuestras mentes temas nuevos, formas de imaginar, entablar una relación distinta con la realidad. También en esos momentos, por lo menos para mí, los pensamientos se acomodan, las ideas viejas dan paso a nuevas ideas. El tiempo de lectura me lleva a algunos hallazgos, desde citas muy sencillas en las redes sociales, hasta el regreso a una lectura necesaria que tuve olvidada por algún tiempo.

Sé que muchas personas que escriben se preguntan a veces sobre la importancia de la poesía, de la figura del poeta. Lo sabemos porque hay mucha evidencia que lo demuestra, verdaderas obras maestras en donde se aborda el tema. 

Una frase que llamó mi atención últimamente la escribió Paul Auster a Coetzee y está en el libro “Aquí y ahora”, donde habla sobre los poetas y escribe que hoy en día ya casi nadie cree que la poesía pueda cambiar el mundo, y también nos dice que los poetas ahora solamente hablan entre ellos. 

Habrá lectores que piensen lo mismo, que sientan esas palabras, ese argumento como algo propio; para mí no es así. No todas las personas que escribimos poemas hacemos poesía. Es verdad, no todo es arte, a veces simplemente nos resultan una especie de ejercicios, otras casi unos jeroglíficos, textos ininteligibles. Sin embargo, no siempre la poesía está en los versos, en los libros, en el propio poema, mucho menos en los denominados y autodenominados poetas.

Al ser arte, la poesía puede encontrarse en espacios distintos, en soportes inimaginables, por ejemplo en la penumbra, en el fondo del mar, en una casa donde la luz entra de una forma que pareciera hablar, no solamente ser resplandeciente, en un parque en donde los árboles al mecerse producen un extraño arrullo para el que permanece en el sitio, un momento hipnótico, de ensoñación.

Cuando un poeta está en esos lugares, transita entre esos instantes y la velocidad de la mirada, entonces se encuentra el poema, llegan las palabras prodigiosas como los dientes de león al jardín o como la saeta al corazón de una manzana.

Sin embargo, cuando no estamos en sintonía y no podemos entrar en el estado de ensoñación que produce la realidad: el entorno, el ritmo de la palabra -a veces escrita, a veces solamente presente en el propio pensamiento-, entonces dejamos que todo pase, que se pierda la poesía, el arte, la emoción y la creación.

Por eso, concuerdo, por ejemplo, con lo que se dice de la Inteligencia Artificial. Es extraño sí, que al parecer busque explorar la poesía, la pintura, la escritura, ¿o no lo es tanto?

Creo imaginar por qué es así, pero también deseo dejarlos en la incertidumbre, flotando como plumas en el aire, con mil preguntas, con la sensación de no tocar el suelo.

Espero que ustedes, encuentren sus respuestas y que sepan por qué no es cierto que la poesía sea algo tan cerrado, tan intangible, tan extraño y más bien sea algo que ha estado rondándonos siempre, desde el mismo instante en que surgió la primera palabra. 




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Jeanne Karen 
(San Luis Potosí, México, 14 mayo 1975). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Temas como la muerte, la introspección y la complejidad semántica en la comunicación en relación con el autismo y las ciencias exactas como las matemáticas y la física, influyen su trabajo en un debate casi ético. Premio estatal de poesía Viene la muerte cantando (1998) Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos (1999), de Poesía Manuel José Othón (2002 y 2006) Premio de Periodismo Francisco de la Maza por Publicación o Programa de Difusión Cultural (2009).

Ha publicado los libros: Simulación dinámica (Bitácora de Vuelos, 2015), Cementerio de elefantes (Múltiples editoriales). Hollywood (Ponciano Arriaga), Menta (Ponciano Arriaga).



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