Teresa bajó hasta la playa en busca de respuestas
Para este momento de su vida. 
Al llegar, los infinitos granos de arena le mostraron
un orden y un diseño incomprensibles,
y al levantar la vista, descubrió un sendero que serpenteaba 
por la suave colina
y en el jardín de una de las mansiones vio unos lirios
dorados por el sol radiante de esa mañana
que crecían junto a unas plantas altas, de grandes hojas 
y de un verde oscuro, casi negro. 
De pronto, en medio de aquel espacio abierto,
Teresa sintió que el universo la envolvía en un abrazo
y pensó en lo hermosa que era la vida.
Un instante después una ráfaga de viento fresco
le dio en la cara y escuchó la cadencia 
rítmica de las olas que rompían con fuerza en las rocas 
y vio cómo la hoja de árbol caía a sus pies. 

Después Teresa regresó a casa 
satisfecha de haber encontrado lo que necesitaba. 
 

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