domingo. 08.06.2025
El Tiempo
Es lo Cotidiano

GUÍA DE LECTURA 588

Tachas 619 • Ni cómo decirte que me muero, de Fausto Bonilla • Jaime Panqueva

Jaime Panqueva

Ni cómo decirte que me muero, de Fausto Bonilla
Ni cómo decirte que me muero, de Fausto Bonilla
Tachas 619 • Ni cómo decirte que me muero, de Fausto Bonilla • Jaime Panqueva

Como una bocanada de aire fresco en los comienzos de esta canícula abajense llegó a mis manos la nueva novela de Fausto Bonilla, Ni cómo decirte que me muero (Cisne editorial, 2025). Bonilla retoma la novela del caudillo y, desde una estética que me atrevería a llamar twee, despliega una historia encantadora dentro de un envase harto conocido, la historia de los caudillos provinciales. 

Pero vamos por partes. La escenografía: Tres Cruces, “pueblo minero y …centro cultural y económico de la región… rodeado de un paisaje montañoso que pinta de verde el horizonte”, alberga además una universidad (la más importante del estado). Es decir, hablamos más o menos de una Guanajuato Tierra 2, que gracias a Dios deja de llamarse Cuévano. 

Dominado durante décadas por Agustín Lascuráin, el pueblo adolece una extraña coyuntura: el padre Lorenzo ha fallecido sin ascender en cuerpo y alma a los cielos como lo había profetizado, algo que siembra en la grey (99% de los trescrucenses) la incertidumbre del más allá, justo cuando se acercan las elecciones para alcalde. 

Los conflictos: El caudillo del pueblo se enfrentará en las urnas al líder sindical Lucio García, representante de la clase obrera en ascenso y una alternativa generacional para sacar del marasmo al pacato Tres Cruces. 

La familia de Lascuráin, a su vez, vive presiones internas lideradas por las mujeres, hija y esposa del mandamás, además de la misteriosa muerte de su hijo mayor y la animadversión del yerno hacia su suegro. En medio de las pugnas, la pequeña nieta, Dení, conversa con los muertos que acuden a ella en búsqueda de consuelo, mientras enfrenta con inocente resignación una enfermedad que la tiene al borde de la tumba. 

Los intentos de ambos líderes políticos por resolver la inquietud primordial de su electorado los llevará a recorrer un camino macabro y absurdo, que gracias a la habilidad de Bonilla no derrapa en lo inhumano o hiperrealista. Y aún así, interpela a sus contemporáneos desde ese particular universo paralelo:

“No le parece absurdo, Enrique, que siendo éste un pueblo tan bueno e inteligente, crea en tantas chingaderas? Es como si se les olvidara que en esta región nació la Independencia de México, que muchos de nuestros ancestros defendieron la soberanía del país entero, que somos un pueblo trabajador que nunca se ha dejado, que acá surgieron varios de los intelectuales más listos de esta nación. Se les olvida todo eso… y me duele que se les olvide”. Pág. 36

Desde la historia de Tres Cruces, con sus gatos naranjas, mendigos alimentados con consomé de gallina y huevo, niños médiums, con sus curas profetas y mandamases anquilosados, Bonilla no cesa de enviarnos señales: 

“La muerte tenía un buen tiempo sin visitar el mundo de los vivos, llevaba un rato sin llevarse a nuestra gente. Cuando ocurrieron aquellas tragedias y luchas, fallecimos tantos que los mismos muertos tuvieron que cavar las tumbas para los que vinieran después de ellos. Qué trágico que en nuestro país nos matan a tantos que ya no cabemos en el mundo de los muertos.” Pág. 93

Novela breve y entrañable de cuya distribución no tengo mayor información más allá de ubicarla en digital en versión digital a través de Google Play o en físico a través de su autor por redes: Facebook: fausto.bonilla.14 Instagram: fausto_eb X: @FaustoBonilla15 

Léanla, vale la pena.

Comentarios a mi correo electrónico: [email protected]

[Ir a la portada de Tachas 619]