Una veintena de discos de jazz firmados por mujeres y publicados en el 2024, confirmando la creciente y talentosa presencia de ellas en el planeta jazz, cada vez más diverso.

Integrada por ocho piezas de compleja confección con el completo sello de las cuerdas, Cloudward fue la entrega de la siempre renovadora compositora y guitarrista Mary Halvorson, aquí volviendo a la estructura del sexteto para indagar otros límites más allá de cielos despejados, justo donde se reconfiguran las nubes, en tanto Meshell Ndegeocello retomó a dos de sus referentes para sendas producciones: a Sun Ra y su disco de 1966, plasmado en Red, Hot & Ra: The Magic City, tercer álbum de esta serie, ahora firmado sólo por la contrabajista, compositora y poeta, en efecto implicando todo un viaje mágico, cósmico y psicodélico por espacios inesperados, y al luchador por los derechos civiles en No More Water: The Gospel of James Baldwin, además de homenajear a la activista Audre Lorde. Por su parte, la violinista Jenny Scheinman exploró interacciones darwinianas vía el amplio All Species Parade, incluyendo invitados de lujo y ciertos lances folk y country.

Night Reign fue la gran apuesta de la paquistaní Arooj Aftab, inquietante y acezante disco, cargado de sensible profundidad, mientras que la belgacaribeña Nala Sinephro, compositora e intérprete del arpa de pedales y el sintetizador modular, entregó el continuista Endlessness en el que desliza una capa ambient para que aparezcan sutiles espirales de alientos y cuerdas que, en efecto, parecen no tener fin. Rebecca Trescher, compositora, clarinetista y directora de banda germana, entregó, junto con su grupo Tentet, el exquisito Character Pieces, su octavo álbum armado a partir de cuerdas y alientos diversos, sutilezas atmosféricas y escenarios jazzísticos construidos desde la tradición, intervenidos con apuntes de la música clásica contemporánea. De Tamil Nadu, India, a Nueva York, la vocalista Ganavya integró música de sus raíces con estructuras jazzeras de ductilidad mística en Daughter of a Temple, acompañada por puro peso completo, viaje intercultural que nos lleva, incluso, hasta el amor supremo.

La compositora, arreglista y pianista danesa Kathrine Windfeld se desarrolló en el campo de las Big Bands y después incursionó por terrenos de mayor intimidad sin perder el nervio armónico: ahora nos lleva a escuchar los sonidos de la estrella Aldebaran,  al tiempo que la cantante y guitarrista Wendy Eisenberg propone espaciadas miradas comprensivas en Viewfinder, salpicado de apuntes jazzeados que juegan con coloridas mesetas de contrastantes paisajes durante una hora y 18 minutos. Por su parte, el Marie Kruttli Trio produjo Scoria, en el que la pianista y compositora suiza, en formato de trío clásico inscrito en la gran tradición europea, abre perspectivas adorablemente cerebrales que se conectan con emociones aún por definirse. Madeleine Peyroux nos invita en Let´s Walk a un recorrido de composiciones propias que combina los reconocibles apuntes jazzísticos con esencias de folk y blues.

Desde Londres: la compositora, saxofonista, colaboradora constructiva y líder de banda, Nubia Garcia, se lanzó con Odyssey, incorporando sonidos prestados del R&B, el soul y la electrónica en su viaje comandado por ella, siempre bien acompañada por su grupo e invitados especiales; por su parte, Zara McFarlane decidió rendir tributo divino a una de las grandes en Sweet Whispers: Celebrating Sarah Vaughn, proponiendo versiones dignas de la esencial cantante. Directamente del Bronx, Samara Joypropone en Portrait, junto con su octeto, pulidas canciones que nos llevan a tiempos memorables del jazz y la vocalista Alice Zawadzki, junto con Fred Thomas y Misha Mullov-Abaddo, se sumerge en un viaje por la canción de aromas mediterráneos, la música íntima de cámara y los acordes jazzeros, vía Za Górami.

La saxofonista de Leeds, Jasmine Myra, entregó el elegante Rising, su segundo disco en el que fluyen los decorados ambientes construidos con finas armonías pausadas, transitando por los seis cortes con pleno conocimiento de causa; en tanto, la pianista nipona Mamiko Watanabe, muy bien cobijada por los veteranos Billy Hart y Santi DeBriano, se propuso encontrar la luz que guía el camino: formato de trío del jazz clásico que expande los espacios y explora las intensidades de la luminosidad vía Being Guided By The Light. Orgullosamente mexicana, la vibrafonista y compositora Patricia Brennan grabó el revulsivo Breaking Stretch con un septeto bien articulado de vientos y base rítmica que revisita pasajes de fusión y free, en tanto la bonaerense Roxana Amed, asentada en Estados Unidos, expande su vocal en Becoming Human, su undécimo álbum que galopa entre la neblina y pequeñas plegarias, confirmándose como poeta jazzera de excepción. 

[Ir a la portada de Tachas 626]