Yo que oscilo entre lo encontrado y lo perdido,
entre lo ligero y lo invisible: me lanzo de un barranco.

Acaso si yo —el impertinente— hubiera nacido
habría sido un color vespertino/ un barril embravecido.

Le retiro el sombrero con todo y cabeza, capitán. 
Hay que inyectarle el odio al náufrago.

Entre la afirmación y la duda 
un puente, que cruzo;
me quedo acá, me quedo allá
me quedo lleno de palabras altruistas.
 
Pido perdón por los cuatro puntos cardinales.
Por los búfalos tiernamente dormidos. Y por el rojo palpitar  
del monje.

 Me propongo de forma rigurosa no hacer nada.

 Anidarme entre la paloma y lo blanco.

***
Julio Rivera (León, Gto. 1992). Obtuvo el premio del Octavo Concurso de Poesía Libre en León 2015 con la obra Catalejos. Ha publicado: Horas Pólvora, bajo el sello editorial 3pies, y el libro collage Sesenta y seis mil poemas (Obra en construcción).

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