26 de abril | Día Mundial de la Propiedad Intelectual
Hoy es el Día Mundial de la Propiedad Intelectual. Celebramos la curiosidad intelectual que lleva a descubrimientos que modifican cómo trabajamos, interactuamos y socializamos, pero vale la pena imaginar, por un momento, cómo sería la vida sin estas innovaciones.
Hoy es el Día Mundial de la Propiedad Intelectual. Celebramos la curiosidad intelectual que lleva a descubrimientos que modifican cómo trabajamos, interactuamos y socializamos, pero vale la pena imaginar, por un momento, cómo sería la vida sin estas innovaciones. El filósofo británico Thomas Hobbes acuñó el apotegma que reza: la humanidad sin una estructura social sería “solitaria, pobre, tosca, desagradable e insuficiente”. Lo mismo podría afirmarse sobre la humanidad sin la innovación.
El 26 de abril fue la fecha seleccionada para celebrar el Día Mundial de la Propiedad Intelectual porque coincide con la fundación de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), en 1970. Para la celebración de este año, la OMPI decidió enfocarse en el tema de la “Creatividad y la siguiente generación”. Creatividad —la habilidad de crear ideas o cosas usando la imaginación— es base y alma de las economías del siglo XXI y los sueños sobre los cuales las empresas, industrias y sectores económicos están construidos. El tema de este año no podría ser más adecuado cuando se refiere a la relación entre Estados Unidos y México: gran parte de la prosperidad actual y futura depende de los instintos creativos de quienes hacen que nuestras economías crezcan
La creatividad es la base de la innovación. Frecuentemente la gente utiliza las palabras “creatividad” e “innovación” indistintamente. Sin embargo, hay una diferencia importante que debe marcarse cuando se consideran estos dos conceptos. En una sola palabra, la creatividad puede ser definida como la “chispa” que nos incita a reflexionar respecto al porqué de las cosas y cómo hacerlas mejor. Creatividad es la base de ideas grandes para nuevos productos o procesos que conducirán a redefinir y mejorar nuestras vidas. La innovación, por otro lado, ayuda a darle vida inventando, o refinando, procesos para lanzar los productos o servicios al mercado.
Desde Silicon Valley hasta Guadalajara, estamos presenciando cómo mujeres y hombres excepcionales usan la chispa de la creatividad, junto con la investigación e ingenio desinhibido, que los ha llevado a abrir nuevas fronteras y hacer que los sueños se vuelvan realidad. Automóviles sin conductor, videoconferencias y asistentes personales incluidos en teléfonos móviles inteligentes, son solo algunos ejemplos de la creatividad amalgamándose con la innovación para hacer nuestras vidas más sencillas. Sin embargo, nada de esto sería posible si no cuidamos la chispa creadora y protegemos la propiedad intelectual, que son la base de la innovación.
La creatividad y la innovación seguirán siendo factores primordiales en la definición de nuestras vidas y de cómo realizamos negocios en la medida que la conectividad por medio de internet sigue incrementándose. De acuerdo a Interworldstats, el uso de internet ha crecido de 361 millones de usuarios en diciembre de 2000, a 2 mil 400 millones de usuarios en junio de 2012. Esto quiere decir que aproximadamente 34% de la población mundial está conectada a internet. También quiere decir que la gente alrededor del mundo puede colaborar para resolver complejos problemas matemáticos, desarrollar una presentación de negocios o descubrir una cura para el sida.
Los gobiernos de México y Estados Unidos, a través de sus oficinas de propiedad intelectual (el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial —IMPI— y la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos —USPTO—) han estado a la vanguardia en la colaboración necesaria para clarificar, simplificar y hacer cumplir sus respectivas leyes y reglamentos para hacer negocios, lo que incluye normas sobre propiedad intelectual para que los inventores, emprendedores y diseñadores de aplicaciones informáticas puedan tener la confianza de trabajar con sus colegas a través de las fronteras y que sus innovaciones gocen de protección legal transparente y accesible. Con programas como el Patent Prosecution Highway (PPH) se cuenta con un acuerdo de trabajo compartido, de oficina a oficina, que elimina la duplicidad de trabajo y libera recursos para un análisis de patentes de mayor calidad y, en última instancia, impulsa a nuestras economías al introducir ideas al mercado de una manera más rápida y eficiente.
También entendemos que la protección de la propiedad intelectual no solo afecta nuestras economías, sino que tiene un impacto directo en la salud y seguridad de nuestros ciudadanos. Es por eso que en marzo unimos fuerzas entre los participantes de los temas de propiedad intelectual y salud pública para organizar un foro sobre medicamentos apócrifos. Funcionarios gubernamentales, funcionarios de propiedad intelectual y del sector de salud pública, miembros de la industria farmacéutica y funcionarios de procuración de justicia asistieron al evento para explorar el problema y dialogar sobre soluciones posibles que incluyan acciones colectivas y un enfoque global coordinado. Y, por supuesto, la protección de la propiedad intelectual es vital para los creadores que nos brindan tanta alegría mediante la música, las películas y los videojuegos.
El siguiente capítulo de la relación económica entre Estados Unidos y México solamente podrá escribirse si continuamos creando e innovando por medio de sistemas robustos y equilibrados de protección. Estos sistemas deben ofrecer a los inventores, científicos y otros creadores, que dedican una gran cantidad de tiempo y recursos a su trabajo, los suficientes incentivos para que continúen con sus actividades. Al ofrecer derechos exclusivos a sus trabajos e inventos, formamos un ambiente donde los innovadores son financieramente compensados por sus esfuerzos, lo que otorga mayores incentivos para crear e innovar. Es el deber de nuestros gobiernos renovar compromisos con marcos legales claros, simples y factibles a fin de realizar negocios, incluyendo la protección efectiva de los derechos de propiedad intelectual. Las mentes jóvenes y creativas de México, Estados Unidos y de todo el mundo dependen de nosotros.
Por Antonhy Wayne* y Miguel Ángel Margáin**
*Embajador de Estados Unidos en México.
**Director general del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.