Cuando Sarita bauitizó a su hijo Rigoberto, en honor a un trapecista del Circo Unión, selló el futuro de quien se convertiría en la leyenda de la música tropical mexicana: Rigo Tovar.

Ayudante de carpintería en el negocio familiar, el primer contacto de Rigo Tovar con la música fue a través de los instrumentos de su padre.

Su influencia más importante, sin embargo, fueron los grupos del rock como Black Sabbath, Queen y The Beatles, a los que escuchó cuando trabajó en Texas.

Su estilo para bailar y vestirse tienen su origen en las bandas que lo inspiraron musicamente.

Chamarra de piel, jeans, pelo largo y arracadas resultaban una excentridad en un intérprete de música tropical.

Sin embargo sus emblemáticos lentes obscuros fueron necesarios para aminorar los efectos de la renitis pigmentosa que padecía, enfermedad que lo llevó en 1977 a Londres para someterse a un tratamiento con piquetes de abeja.

Durante los 8 meses que estuvo ahí escribió y compuso las canciones para su séptio disco, que grabó en los estudios Abbey Road.

A la muerte de su madre, Rigo Tovar, el ídolo tropical, se tatuó: Mamá Sarita, jamás te olvidaré