Opinión • Cielo Rojo • Arturo Mora

Y a veces he guardado mis sentimientos para mí, porque no podía encontrar ningún idioma para describirlos.
Jane Austen
Cuando uno se acostumbra a no conseguir nunca lo que desea, ¿sabes qué pasa? Que acaba sin saber incluso lo que quiere.
Haruki Murakami
Callando es como se aprende a oír; oyendo es como se aprende a hablar; y luego, hablando se aprende a callar.
Diógenes
Espero la noche como quien extiende su mano a mitad de una acera esperando unos centavos que le ayuden a amortiguar los dolores y la vida.
Ann Everestt
En este mes de enero, y a propósito de la estación invernal, los cielos rojos han cubierto ciertas tardes de carmesí intenso y vigoroso. El crepúsculo se ha tornado maravilloso, ¡fuego en el cielo!, colores naranjas fundidos con rojos encendidos, rojos de todos los matices: rojo púrpura, rojo sangre, rojo óxido, rojo cereza, rojo vino, rojo coral, rojo labios, y un rojo vivo, que lograron pintar el cielo e hicieron que las nubes se llenaran de luz rojiza y de dorados destellos que se fueron perdiendo lentamente conforme el Sol hacia su despedida del día.
Fenómeno natural que nos sorprende en este inverno y que nos maravilla. No es la Aurora Polar, pero si es el Cielo Rojo, un cielo mágico y distinto al Cielo Rojo que cantó un tal José Alfredo, pero que igual toca el corazón desde el amor. El cielo no sólo es azul, es gris a veces, es blanco, es negro, es rojo.
El color rojo es un color que conlleva en si una serie de sentidos y significados. Somos seres visuales, y los colores crean condiciones para experimentar la vida. Los colores son el resultado de la refracción la luz y la posibilidad del registro de las ondas electromagnéticas por parte de nuestros ojos. Vemos en color porque tenemos en la vista un conjunto de células de barra y conos en la parte posterior del globo ocular, que llamamos retina. Las células de barra son las responsables de ver las formas y de registrar el momento. Las células de cono son las que nos permiten ver los colores que reaccionan a las diferentes longitudes de onda y permiten ver los colores, rojo, azul y verde, y con ello y su capacidad de combinación, podemos ver una amplia gama de colores, en una barra cromática que es limitada. Si bien hay 7 colores básicos y 28 adicionales, podemos encontrar miles de tonalidades para cada color.
Hoy la ciencia del color es un también una industria. Hoy también sabemos algunos de los efectos de los colores en los estados de ánimo y su relación con las emociones. Sabemos del efecto de los colores desde la psicología ambiental, y hemos intuitivamente aprendido sobre la relación de los colores de la naturaleza con nuestra búsqueda de significados y de los sentidos que les damos.
Así en la cultura, el azul lo asociamos a la estabilidad, confianza y seguridad, pero también puede trasmitir frialdad, lejanía. También lo relacionamos con la tristeza y nostalgia.
El rojo es fuerza, energía, coraje, pasión, valor, amor, pero también significa tragedia, peligro, tensión y cambio.
El verde es armonía, tranquilidad, paz, esperanza, y también es sus tonos oscuros, penumbra y soledad.
Al amarillo lo simbolizamos como amistad, alegría, cariño, felicidad, optimismo, vitalidad, y también es riesgo, precaución; en sus tomos más oscuros es asociado a lo viejo, al pasado y al olvido.
El negro está asociado con la elegancia, la sofisticación, lo serio, lo sobrio, lo calculado, el poder y la autoridad. Pero también es dolor, muerte, tristeza, vacío, soledad y luto.
El blanco representa pulcritud, sanidad, limpieza, inocencia, ingenuidad, pureza, paz y bondad. También es obsesión, desierto, ignorancia, falta de creatividad, locura.
El color violeta está asociado a la divinidad, a lo mágico, a los lujos, al poder, y se le relaciona con la tristeza, el pensamiento profundo, la soledad.
El color café se le relaciona con la ecología, la tierra, el hogar, la comodidad y la serenidad, y también con la nostalgia, el pasado, la tristeza, el abandono.
El color naranja se asocia a la diversión, a la euforia, a la sociabilidad, a la energía y también está asociado al estrés, a lo estridente y a la intranquilidad.
El rosa se relaciona con la ternura, el cariño, los sentimental, la dulzura y la infancia, pero también representa inmadurez, falta de definiciones, timidez y fragilidad.
Así, cada color y sus tonalidades, sus combinaciones múltiples, son el mosaico propio de la complejidad humana más allá de la analogía. Nadie es de un solo color. El objeto cambia de color desde la percepción y desde la intensidad, ángulo y perspectiva con el que se mira; lo mismo pasa con las personas. Los colores son magia y vida, son un caleidoscopio y refracción de luz que iridiscente nos muestra el camino de la vida. La oscuridad nos abraza y su penumbra nos deja indefensos ante la noche de los tiempos.
Sabemos que cada uno mira la vida con los filtros emocionales y racionales con los que hemos ido observado la vida y vamos pintando de colores emocionales nuestra existencia. Los colores mutan en tanto nosotros cambiamos.
El Cielo Rojo de estos días, que esperemos se den muchos más, nos conecta con la naturaleza, con sus fuerzas y sus manifestaciones, que son maravillosas experiencias de vida y hacen que podamos asombrarnos, levantar la vista y sentir que somos parte de la naturaleza misma y que, como escribió Leonardo Da Vinci, “Una vez que hayas tomado gusto al cielo, mirarás siempre hacia arriba.” Movernos, existir y vivir a todo color, con todo lo que implica, es lo que nos hace humanos y que reclama el poder pintar nuestro mundo con los colores del deseo, del amor, de la pasión, de la paz y de la fraternidad, de la sororidad, de la libertad y de la esperanza.