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César Zamora
17:13
08/07/15

El trek político de Maciel

"Atrás han quedado las reyertas intrapartidistas y las vicisitudes electorales, ahora es momento de plantear el «cómo hacer las cosas bien» en la administración pública municipal"

El trek político de Maciel

“Sabemos perfectamente que nos exponemos a que nuestra visión de las cosas parezca una locura”.

Louis Pauwels y Jacques Bergier

“El retorno de los brujos”

“Escribir era dejar de ser para entregarse a las palabras, unas palabras que, en el mejor de los casos, podrían ser leídas por alguien (…)”.

Gustavo Sainz

“Quiero escribir, pero me sale espuma”

Trek es una palabra proveniente del afrikáans y significa «viaje muy largo», un itinerario cuasi galáctico. El recorrido político de Juan Antonio Morales Maciel para llegar a la alcaldía de Silao fue precisamente eso: un trek. El comienzo data de los últimos años noventa, cuando el profesor compartía créditos en el FIDEPO con Verónica Cruz, una de las voces más respetables del empoderamiento femenino.

En el ya lejano 1998, el programa FIDEPO se constituyó en una especie de incipiente animación sociocultural, en un ejercicio de reflexividad a la luz de los preceptos básicos de la educación popular, pero no por las motivaciones ni las matrices gubernamentales, sino por los líderes en ciernes que por azares del destino coincidieron en la casa comunitaria “Manuela Herrera”.

Con el paso de los años, Verónica Cruz fundaría y consolidaría “Las Libres”, una asociación civil cuya misión principal es promover y defender los derechos humanos de las mujeres, a través de diversas «alfabetizaciones» (prevención del embarazo adolescente, perspectiva de género, violencia sexual, aborto, etcétera).

En los últimos años noventa, cuando nos hallábamos enfrascados en el fatalismo finisecular —o en la discusión sobre las predicciones milenaristas—, nadie, ni siquiera la misma Verónica Cruz, se imaginaba que el profesor Morales Maciel se convertiría en héroe del panismo y alcalde en el enclave del auge automotriz: Silao.

En el año 2000, el séquito del entonces alcalde silaoense Carlos García Villaseñor eligió al profesor Maciel como el director de Educación, cargo que volvería a ocupar durante el mandato de Jorge Galván Gutiérrez (2006–2009), quien, según los amantes de la conspiración y el enredo, podría ser una especie de presidente municipal de facto.

Entre el 2003 y el 2006, el hoy alcalde electo de Silao se desempeñó como regidor (e incluso coordinó la fracción edilicia del PAN durante los dos primeros años de la administración encabezada por Guillermo Aguirre Velázquez).

A su paso por el ayuntamiento, el profe Maciel tuvo como compañeros de fracción a Juan Roberto Tovar Torres, a la postre alcalde (2009–2012), y Mario Roberto López Remus, precandidato panista a la alcaldía de Silao en el 2009 y el 2015.

Empecinado, el ingeniero López Remus ha intentado ser el abanderado albiazul en dos contiendas domésticas y en las dos ha sido derrotado, una ante Tovar Torres (en el 2009) y la otra frente a Morales Maciel (en el 2015). ¿Jugarreta del destino, combinación imprevisible de circunstancias políticas maliciosamente diseñadas, astucia de Jorge Galván, asuntos inescrutables de la Divina Providencia, decisiones yunquistas, predicción milenarista, fatalidad astrológica o qué?

Para paliar los efectos de la primera derrota interna, Mario Roberto López Remus recibió un premio compensatorio: ser diputado local entre el 2009 y el 2012; ahora, lo volvieron a compensar: será miembro del cabildo y seguramente coordinará el rebaño blanquiazul.

A pesar de los descalabros y las compensaciones, a López Remus ya se le van perfilando las formas políticas para ser, ahora sí, el candidato del PAN a presidente municipal de Silao en el 2018, si y sólo si no surge otro compañero de fracción edilicia que se lo impida. ¿O acaso no hay indicios para pensar que José Antonio Patlán, otro panista en ascenso, pudiera ser “candidateable” en el 2018?

Por medio de mecanismos salomónicos, Juan Roberto Tovar y el ingeniero ya lograron ser diputados locales; Morales Maciel aún no. En el 2012, el grupo mayoritario o totémico de Acción Nacional (el de Jorge Galván) propulsó a Morales Maciel como precandidato a la diputación local del distrito VIII (Guanajuato y Silao), frente a Melanie Murillo (esposa de Juan Roberto Tovar, a la sazón primera dama del municipio).

Respecto a la contienda por la curul del octavo distrito electoral, ¿qué hubiese ocurrido en el 2012 si el PAN no se hubiera decantado por la primera dama de Silao? ¿También habría resultado vencedor Luis Felipe Luna?

Tres años después, la jefatura panista convocó a un focus group, al que asistieron personajes distinguidos de la realeza albiazul, para decidir quién encabezaría el proyecto por la alternancia en Silao de la Victoria (consulte ¿Alternancia o continuismo político en Silao? y Micronovela blanquiazul).

Atrás han quedado las reyertas intrapartidistas y las vicisitudes electorales; que ésas vayan al anecdotario. Ahora es momento de plantear el «cómo hacer las cosas bien» en la administración pública municipal.