domingo. 09.02.2025
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Opinión • El año de la solidaridad • David Herrerías

“…quizá el desafío mayor no sea el de los connacionales devueltos, sino el de los migrantes del sur que atraviesan nuestro país…”

Opinión • El año de la solidaridad • David Herrerías

Se le atribuye a John F. Dulles, secretario de Estado de Eisenhower, la frase Los E.U. no tienen amigos, tienen intereses. Se agradece la claridad, porque hay quien piensa que México puede ser amigo de los Estados Unidos, y peor aún, que habrá presidentes “buena onda” con los que podremos afianzar esa amistad. No sé siquiera si es posible pensar en el concepto de amistad entre algo tan complejo como las naciones. Yo tengo personas amigas de otros países, incluyendo a los gringos, pero la nación vecina nunca ha sido amiga, independientemente de que gobierne un presidente de un partido o de otro. Tienen intereses, nada más. Y la prueba es que, aún con la postura de abusador cavernario del actual presidente, la realidad es que, hasta ahora, los presidentes demócratas han expulsado a muchos más mexicanos que los republicanos.

De cualquier forma, al menos mientras Trump logra los efectos escenográficos que están detrás de mucho de lo que hace, la emergencia migratoria y el miedo y zozobra que se vienen requieren de nuestra atención. Trump ha prometido deportar “al menos” a un millón de personas al año (el doble que Obama). No sabemos si lo va a lograr, pero sin duda plantea retos muy importantes para México. 

Pero quizá el desafío mayor no sea el de los connacionales devueltos, sino el de los migrantes del sur que atraviesan nuestro país.  Cada año miles de personas de Centroamérica y Venezuela emprenden el viaje a través de México en busca de seguridad y oportunidades económicas. En 2023 se estimó que más de 400,000 migrantes cruzaron México hacia Estados Unidos. 

Como tristemente sucede en nuestro país, pensamos que este es un problema que debe resolver solo el gobierno, pero en realidad el problema tiene que ver mucho con todos nosotros. Ya se escuchan voces que parecen reproducir a la perfección las ideas de los norteamericanos más conservadores: “No queremos a los migrantes, nos quitan empleos, son criminales”. No se trata de ignorar el reto que supone que se queden, pero alimentar los prejuicios puede ser muy peligroso.

Es inocente pensar que algún día las cosas van a mejorar porque los norteamericanos elijan a un presidente “amigou” de México. La migración es un problema que se gesta en las desigualdades y en las violencias, globales y locales. Los migrantes lo hacen por necesidad. Toca al gobierno mexicano, desde luego, generar las principales acciones, pero somos nosotros, los ciudadanos, quienes debemos promover una cultura empática y solidaria en nuestros espacios, en las escuelas, que difunda las razones de la migración, que no abone mitos como el de que todos los migrantes son delincuentes. Para ir más allá, podemos apoyar a las organizaciones que ofrecen ayuda humanitaria a los migrantes, ofrecerles formas de ganarse la vida…

Que el año que comienza sea el año de la solidaridad con las personas migrantes.