Yo ya hice mi tarea y ya casi tengo mi acordeón para ir a las urnas este domingo.

He visto con estupor cómo algunos opinólogos afirman que abstenerse de votar es casi un acto heroico a favor de la democracia, pero me parece que se equivocan rotundamente.

Comparto algunos de los argumentos en contra de la forma en que se organizó esta primera elección del Poder Judicial. Es muy complicada, demasiados puestos en juego, demasiadas restricciones a los candidatos que impiden el acceso a las propuestas, en fin… un desastre en muchos sentidos. De acuerdo.

Pero no comparto la idea de que sea sólo un mecanismo para que el Ejecutivo “capture al Poder Judicial”. La hipótesis no se sostiene, porque para hacerlo, con las reglas anteriores el Ejecutivo tenía una vía más fácil y segura. Lenia Batres, una de las ministras más impresentables, llegó por esa vía.

No es verdad, tampoco, que todas las personas candidatas sean parte de la 4T o que no tengan cualidades para el cargo. Quien eso afirma, o lo hace de mala fe o no se ha metido a revisar los perfiles de las y los candidatos. Cualquiera que lo vea se dará cuenta que la inmensa mayoría está muy bien cualificada y los hay de varios colores y sabores.

¿Existen dudas respecto al conteo de los votos? Eso está en manos de los consejos distritales y federales del INE, y yo confío en el INE. ¿Que el pueblo no está preparado para elegir a sus juzgadores? Es el mismo argumento que se usaba para restringir el voto a las personas que no pertenecieran a la nobleza en los albores de la democracia. Creo que iremos aprendiendo.

¿Que la elección estará llena de acarreados? Sí, seguramente. El voto duro pesará en ésta como en otras elecciones, y quizá, por las restricciones y la falta de libertad que se dio en el proceso, las triquiñuelas -que siempre existen- se multiplicarán. Es muy probable que el voto duro gane, pero en parte va a ganar, o se le allanará el camino, si los que quieren otros candidatos siguen creyendo que la abstención conquista lo que no conquistan los votos. El no votar no deslegitima la elección, porque la elección será legal y legítima con un solo voto. Ésta es una elección imperfecta, mal pensada, mal ejecutada, con muchos problemas. Pero a pesar de todo, creo que es un ejercicio de ampliación de la democracia.

Así como ejercí el voto cuando los contaba la Secretaría de Gobernación, y así como he votado en decenas de elecciones en las que sabía que mi voto sería parte de la minoría, voy a votar. He hecho la tarea y tengo algunas certezas sobre a quiénes sí y a quiénes no quiero. De cualquier forma, nunca al ir a votar he tenido absoluta certeza sobre mis candidatos, y la mayoría me ha decepcionado con el tiempo.

Vamos a votar este domingo. Y a partir del lunes, a luchar para que este derecho conquistado vaya haciéndose de mejor forma, más claro, más fácil, y que convoque a todos y a todas con más confianza.