miércoles. 11.06.2025
El Tiempo

Eufemismo

"En efecto, el eufemismo es una forma de referir algo para evitar la forma directa. Sin embargo, yo añadiría que también tiene propósitos irónicos o insinuantes..."


En el muro Ortografía y literatura, que administra excelentemente el dominicano Julián Ñan Javier, me topé con esta definición: «El eufemismo es una figura retórica que consiste en sustituir una palabra o expresión desagradable por otra de connotaciones menos negativas…». Basaré mi comentario de hoy bajo la línea de su publicación.

En efecto, el eufemismo es una forma de referir algo para evitar la forma directa. Sin embargo, yo añadiría que también tiene propósitos irónicos o insinuantes. Por ejemplo, en el ámbito político mexicano por años en vez de enunciar directamente el nombre del expresidente Carlos Salinas de Gortari, se referían a él como el Innombrable. En el actual proceso electoral a uno de los candidatos se le cita como ya sabes quién.

La práctica del eufemismo en el ambiente político es común. Quienes se hallan en ese ámbito suelen ser insinuantes, no directos, para evitar la confrontación, comprometer posiciones personales o de partido e, incluso, para desconocer alguna declaración.

Pero no es el único ámbito. En el periodismo suele recurrirse a frases como «Hay numerosas bajas civiles» en vez de directamente enunciar ‘muertos’. También es cierto que por razones estilísticas se puede aplicar el eufemismo para no repetir una palabra o un concepto. Sin embargo, mal usado suele ser ridículo. He escuchado, particularmente en notas rojas, usar el adjetivo ‘masculino’ en vez de señalar el hombre, el varón o cualquier sustantivo aplicable.

Completa su definición Ñan Javier al indicar que: «El eufemismo se emplea para tratar con suavidad o decoro cuestiones como la violencia, guerra, muerte, sexualidad, defectos físicos, tabúes o cualquier otra cosa que pueda resultar molesta, inadecuada o vergonzosa (…) Se suele usar el eufemismo para conseguir: un "lenguaje políticamente correcto" que evite ofender a determinados individuos».

En este marco, es común que en el lenguaje público se recurra a ‘invidente’ porque la palabra ‘ciego’ puede parecer brusca, tosca o demasiado fuerte. A eso hemos llegado al nombrar «personas de la tercera edad» a ancianos; o en el caso de los reclusorios aplicar siglas PPL  que significa persona privada de la libertad).

Otros muchos eufemismos en la vida cotidiana son hombre de color para evitar negro; mujer rellenita por gorda; ajustes económicos por recortes de salarios y prestaciones sociales. En este contexto, muchas veces el propósito es manipular al público para que determinadas medidas no se reconozcan desfavorables, como intervención militar cuando en realidad se trata de invasión.

En otra época cuando estuve al frente de un noticiero radiofónico solía llegar información de agencias noticiosas encabezada de forma cruda, si se trataba de la Unión Soviétia: «La invasión rusa de Afganistan»; pero –sucedido por esas mismas fechas– el mismo acto de encabezado bajo eufemismo cuando eran sus oponentes: «La presencia norteamericana en Grenada» (un país isleño en América del Sur).

Etimológicamente, eufemismo proviene del vocablo griego eupheme. Está formado por prefijo eu, que significa ‘bien’ o ‘bueno’, y pheme, que tiene el sentido de ‘hablar’. La figura contraria es disfemismo. Pero su uso obliga a tener contexto o realizar interpretación para descubrir su significado.

He aquí otros eufemismos, referidos por la misma fuente: servicio, baño, escusado por retrete; nos dejó, pasó a mejor vida, fallecer, descansar en paz por morir; países en vías de desarrollo por países pobres; dar a luz por parir; técnico de residuos sólidos urbanos por barrendero, basurero; empleada del hogar por criada; sin techo por vagabundo; persona de desarrollo tardío por retrasado mental; rellenito, robusto por gordo; poco agraciado por feo; invidente por ciego; pasado de copas por borracho; mujer de la calle o mujer pública por prostituta; partes íntimas por órganos sexuales; hacer el amor por tener sexo; relaciones impropias por adulterio; paños menores por desnudo; miembro viril por pene; trasero, colita, donde la espalda pierde su casto nombre o pompis (este último sí que es ridículo) por culo; no manches por no mames.

En la lista es interminable.