Una familia anónima
"En lo personal, también refiero mucho esta familia, pero jamás por comparación. Cuando alguien me pregunta «¿Qué tal?», invariablemente respondo «Bien Tal» o «No hay Tal», porque no sé a cuál de los Tal se refieren"
Podemos suponer que son hermanos, pero nadie tiene la certeza. Llevan el mismo apellido, aunque también hay muchos casos en que personas con el mismo, no tienen parentesco… al menos cercano: tantas generaciones intermedias que hasta es imposible ubicar su coincidencia. Me refiero a Fulano, Mengano, Perengano y Zutano, todos con el apellido De Tal, entre los más referidos.
Pero la lista no es exhaustiva. Vicente Fernández nos dio a conocer una pariente más a través de su famosa canción Señora de Tal. Pero, característico de esta familia de anónimos, prefirió pasar inadvertida, sin que tuviera rostro, porque la sociedad la hubiese destrozado (su vida amorosa no respondía a los cánones).
Asimismo, otra pariente más de esta familia escribió dos libros Anecdotario de una vida inútil, pero divertida y su secuela, firmados por Fulana de Tal. El primero de ellos tuvo mucho éxito, el segundo pasó inadvertido. El inicial, incluso, logró una presentación del entonces primer actor Augusto Benedicto y una amena entrevista con el otrora primer periodista Jacobo Zabludowsky. Eso le dio renombre y ventas, pero ella siguió en el anonimato.
Y como toda familia, tiene el ala vergonzosa; que deben tener una mala leche… –con nata, crema y mucho colesterol–, porque siempre son referidos cuando alguien se pasa de la raya: es un Tal por Cual o hijo de su Tal por Cual. Cuando a alguien aplican esta adjetivación, no necesariamente es porque sean parientes. Eso llevaría a que dejaran su anonimato tan referida familia; es simplemente por comparar.
En lo personal, también refiero mucho esta familia, pero jamás por comparación. Cuando alguien me pregunta «¿Qué tal?», invariablemente respondo «Bien Tal» o «No hay Tal», porque no sé a cuál de los Tal se refieren. Entonces completo que podría ser Fulano de Tal, Perengano de Tal o, incluso, algún Tal por Cual. Por la cara de asombro de quien me escucha (desconozco si es por extrañeza, desconcierto o sorpresa… quizá todo combinado) deduzco que también tienen amplias referencias de la familia. Lo que intento señalar es que muchas veces usamos el adjetivo y el adverbio ‘tal’ solo como fórmula, sin reflexionar su intención (no reproduzco toda la información sobre esta entrada en el DRAE, pero estoy seguro que sorprenderá la variedad de usos).
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua, DRAE, nos informa que ‘fulano’ es una palabra que nos viene del árabe clásico –a su vez, seguramente del egipcio– y tiene por significado ‘este hombre’. ‘Mengano’ del árabe popular, significa ‘quien sea’. De ‘perengano’ no tiene una respuesta precisa; sin embargo, aventura la hipótesis de la fusión del apellido Pérez con el vocablo ‘mengano’. Es decir, que podría haberse acuñado con la intención –sin que se tome peyorativamente– como ‘un Pérez de tantos’ o ‘el Pérez que sea’. Finalmente, de ‘zutano’ indica que viene de ‘citano’; este vocablo, a su vez, procede del latín con el significado de ‘sabido’. El DRAE enuncia de zutano: «Para aludir a alguien cuyo nombre se ignora o no se quiere expresar después de haber aludido a otra u otras personas con palabras de igual indeterminación, como fulano o mengano». El DRAE también señala que se suele usar en este orden: fulano, mengano y zutano.
En la mayoría de las ocasiones su sentido es peyorativo: «El fulano que me atendió es un idiota». Igualmente, en México se recurre al diminutivo para no ser tan despectivo: «A ese fulanito no le funciona bien la sesera». Gracias a don José Roberto Gómez Matías por su sugerencia.