sábado. 28.06.2025
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La palabra en México

"En nuestro país existe una larga tradición de respeto a la palabra"

La palabra en México

En nuestro país existe una larga tradición de respeto a la palabra. En la actualidad, la ciencia ha descubierto que juega un papel de primer orden porque nos permite un acercamiento conceptual de la realidad. Sin ella, nuestra visión del mundo sería deficiente. Los mexicanos por ello damos especial valor… aunque a veces la realidad las desmienta.

Desde tiempos prehispánicos el vocablo tlatolli tenía una fuerte connotación. Incluso, lo que llevó a mantener una personalidad, un perfil propio entre los antiguos mexicanos fueron los huehuetlatolli. Este concepto se refiere a los vocablos ancestrales que vale la pena conservar porque son los que, precisamente, definen o dan personalidad a alguien. Estas ‘palabras recuerdo o voces ancestrales’ se conservaron y enriquecieron con la experiencia de deambular por el desierto por varias generaciones.

Los mexicas eran un pueblo procedente del desierto, su nivel cultural era escaso. Por ello, desconocían la forma de conservar las palabas. Ello obligó a que la tradición oral jugara un papel primordial en el mantenimiento de sus ideales. De ahí que buscaran conservarlas lo más fielmente posible. Ello llevo a arraigar un concepto de valor sobre las voces mucho más allá que el simple proceso de comunicarse unos con otros. Lo que se decía, entonces, empezó a arraigar profundamente en el respeto de un individuo hacia otro.

Una vez asentado el pueblo mexica y dominada la zona que hoy ocupa la Ciudad de México, a sus máximos dirigentes les llamaron huey tlatoani. De manera coloquial se les ha traducido como rey. Esto tiene como propósito hacerlo contemporáneo y comprensible para nuestra cultura actual. Sin embargo, su sentido es mucho mayor. Se traduce como ‘el gran orador’, pero esta traslación al castellano, tampoco facilita entender toda la implicación.

Por una parte, receptores de la tradición oral, el tlatoani era el depositario de todas las palabras y su carga cultural. Esto comprendía los conceptos históricos, filosóficos y religiosos de la cultura. Por la otra, como militar y religioso, el gobernante mexica lo que decía estaba cargado de todo el peso que la tradición y cultura del momento podían reunir. Es decir, representaba el sentir y pensamiento de los dioses, de los anteriores dirigentes y de la clase superior. Así, su palabra era algo sublime. Incluso, su forma de expresarse era considerada bella, armoniosa. El mejor ejemplo lo representa Nezahualcóyotl. Se le ha conocido como el rey-poeta porque su palabra, además de bella, acariciadora de la realidad, era profunda.

Actualmente, la ciencia ha descubierto que los vocablos representan conceptos. Esos, a su vez, conforman la apreciación de la realidad. Por eso, el individuo falto de un mayor entendimiento de su entorno, suple su deficiencia dando crédito desmesurado a quien tiene el poder de la palabra., a quien sabe usarla. Es decir, que en nuestro país es fácil embaucar a alguien.

Era normal que aunque a un político no se le entendiera, si hablaba vehementemente, se le otorgaba un crédito total, se creía en él. El más importante personaje popular, Cantinflas, basaba su comicidad en la palabra y su manejo. Los retorcimientos de su dicho fue su arma.

Es observable cómo de manera popular se da mucho crédito a lo que dice alguien de sí mismo y poco se valoran los hechos. Cuando una persona se define, se le cree. Incluso se llega a justificar como despistes o errores involuntarios actos contrarios. Ahí radica el problema: en campaña se cree y admite lo que dice un candidato de sí mismo; los hechos posteriormente no son valorados o confrontados contra lo comprometido.

La palabra tiene un enorme peso entre nosotros los mexicanos por razones ancestrales. De ello se han aprovechado mucho. Es tiempo de ir haciendo consciencia al respecto y pasar a valorar a las personas por los hechos.