El prefijo ex─
"... aún persiste la idea de que la partícula ex- se enuncia separada siempre (como en ‘ex esposa’) y en casos excepcionales, unido al vocablo afectado (como en excomunión). Revisemos a qué se debe esa diferencia"
Desde hace ya varios años la norma ortográfica ha establecido reglas para la construcción de vocablos mediante prefijos (combinación de letras antepuestas a una palabra para modificar su sentido). Sin embargo, aún persiste la idea de que la partícula ex- se enuncia separada siempre (como en ‘ex esposa’) y en casos excepcionales, unido al vocablo afectado (como en excomunión). Revisemos a qué se debe esa diferencia.
La Ortografía de las Academias distinguía dos tipos de ‘ex’: un prefijo con el sentido de «fuera de…» que siempre se ha enunciado junto a la raíz que afecta, como en ‘excarcelar’ (fuera de la cárcel, sacar de prisión) o ‘excomunión’ (expulsar o sacar de la comunidad); y un adjetivo, que tiene el sentido de «ya no lo es». Por esta razón, este último debía escribirse separado. Como siempre sucede con palabras de escritura similar, pero con diferente significado los académicos buscaron la forma de diferenciarles. Por tratarse de figuras gramaticales distintas, el prefijo –como todos los demás de su género– se enunciaba unido y el adjetivo separado. Sin embargo, a partir de 2010, el adjetivo pasó a considerarse prefijo. De siempre los prefijos se han soldado a la palabra que afectan para formar un solo vocablo. Jamás se escribió *im-posible. Sin embargo, por alguna razón se ha creado la «leyenda urbana» (como dicen ahora los muchachos para referirse a ideas que circulan popularmente como válidas, pero que no tienen sustento) que algunos llevan guion intermedio (he visto documentos que enuncian ‘sub-Procuraduría’).
El guion intermedio solo se usa en dos casos: cuando se forma un solo concepto a partir de más de una palabra (cada una con su ortografía): «Es un estudio político-filosófico», «El cáncer cérvico-uterino se puede prevenir»; y en prefijos, que a su vez se dividen en dos casos: cuando la palabra a la que afecta está obligada a la mayúscula inicial (porque no debe haber mayúscula a la mitad del vocablo): «Hubo dos manifestaciones, una anti-OTAN y otra anti-Hitler», así como cuando el prefijo afecta a un número: «La selección sub-23 de futbol…».
Ahora, regreso al prefijo ex–, dice la Real Academia Española: «en rigor, solo aplica a personas». Eso significa que es inconveniente enunciar «exhacienda de…». El Diccionario panhispánico de dudas (de las Academias) indica que para esos casos es preferible «La antigua hacienda de…». El tema viene a comentario porque la semana pasada en este espacio hablé de la responsabilidad de las autoridades. Cuando cometen errores, estos no solo se quedan en los documentos públicos, sino que tienen su efecto en el resto de la sociedad. Por ello, no es extraño escuchar que hay colonias con el nombre de *«Ex hacienda Santa Anita», por poner un ejemplo de Celaya. Pero esto abunda en otras muchas poblaciones de Guanajuato para referirse a establecimientos comerciales, como la mal llama Ex hacienda de San Gabriel de Barrera o predios que lo fueron, como la antigua hacienda de Jaral de Berrio.
Las reglas de prefijación ya las publiqué en otra ocasión.
Finalmente, deseo dejar un saludo afectuoso y cordial a quienes han incorporado muchas de estas recomendaciones en su trabajo diario. He sabido que comparten o propician el adecuado desempeño entre sus compañeros. El pasado 27 de octubre se celebró el Día de la Corrección (ver Fundéu), puedo presumir que fue el día de todos mis lectores.