Los torneos continentales de futbol [X]: Define posiciones la Eurocopa • Fernando Cuevas
“…en estos días inciertos que no deciden si recibir al sol con plenitud o entregarse a las necesarias lluvias…”
Llegamos a la decena de entregas sobre los torneos que se disputan en estos días inciertos que no deciden si recibir al sol con plenitud o entregarse a las necesarias lluvias, siempre refrescantes.
LA EUROCOPA [X]
Se definieron las posiciones en los grupos B y C, con dos equipos que terminaron ganando todos sus partidos y una pareja pelea por alcanzar las posiciones de zona clasificatoria.
Despedirse con encanto
Con solo dos cambios de alineación, no obstante de ya tener la calificación asegurada, Países Bajos salieron a presionar y rápidamente empezaron a generar un ambiente de inquietud en el área de Macedonia del Norte, revolviéndose para defender su arco y con alguna lejana posibilidad de, en caso de ganar, arañar tercer puesto y clasificar, si las múltiples combinaciones necesarias se presentaban. Ambos equipos tuvieron oportunidades impedidas por inoportunas posiciones adelantadas y ante la sensación de inminencia del tanto neerlandés, los macedonios respondían con disparo al palo. Al fin sucedió: en ataque vertiginoso, Depay firmó el primero y el partido terminó por estallar.
De buen ánimo inició la segunda mitad, con los macedonios buscando al frente a pesar de saberse inferiores, y los herederos de la naranja mecánica presionando para buscar la ampliación, que llegó pronto vía par de remates a bocajarro de Wijnaldum, anotando el segundo y el tercero en siete minutos, cual demostración de autoridad sobre todo para quien se los tope en la siguiente fase. Más allá de la derrota, resultó muy honrosa la participación de la selección macedonia en su primera incursión, aderezada por la despedida del gran Pandev, saliendo de cambio entre el emotivo aplauso y paseíllo de compañeros, adversarios y personal de las bancas. Países Bajos levanta sólida mano para lo que viene.
Por el segundo puesto
Con un poco de mayor posesión, el equipo de Austria buscaba asegurar su pase frente a Ucrania en el estadio de Bucarest, también en pie de lucha para seguir avanzando: el segundo lugar del grupo estaba en juego con ventaja por goles anotados para los de amarillo, apostando a desenrollarse con velocidad para sorprender a las adelantadas filas de los de rojo, quienes abrieron el marcador en tiro de esquina al 20’ con remate de Baumgartner. Reaccionaron los ucranianos y tocaron la puerta rival sin la contundencia necesaria, si bien los austriacos mantenían su cuota de peligro adelante para no facilitar demasiado el trámite.
Para la segunda mitad, Austria salió a mostrar que no iba a cuidar la ventaja, sino más bien a intentar aumentarla, en tanto los ucranianos estaban obligados por las circunstancias para buscar la igualada. A pesar de ser mejores al momento, los austriacos seguían al filo con solo un gol de ventaja, por lo que la tensión empezaba a invadir el terreno de juego. De pronto parecía que el ímpetu abandonaba a los de la ex Unión Soviética, que no pudieron revertir el score y quedan a expensas de las combinaciones para ver si avanzan, mientras que Austria, conocido como el Equipo Maravilla, logró avanzar a la siguiente ronda por primera vez en su historia en el torneo continental.
Otra ronda
Con esta extraña condición de jugar en casa pero ser administrativamente visitante, Dinamarca se presentó ante Rusia, buscando un resultado que ahora sí coincidiera con su buen desempeño, en tanto sus rivales intentaban asegurar su pase a la siguiente ronda. Dominaban la pelota los daneses pero el riesgo aparecía en las avanzadas rusas, que fueron equilibrando el desarrollo del partido. Un disparo escandinavo que pareció entrar al arco, alrededor de la media hora, que anticipó el gran gol con tiro cargado de comba producto del talento de Damsgaard, finalmente reflejando en el marcador lo sucedido en la cancha.
Sabían los daneses que solo cuidar el marcador no sería suficiente, por lo que mantuvieron vocación ofensiva, mientras los rusos adelantaban un poco en función de la desventaja, aunque tomando las cosas con aparente y gélida calma. Quizá demasiada: un error al devolver la pelota al arquero, fue aprovechado por Poulsen para nada más empujarla y anotar el segundo con media hora por delante. Pero el gigante Dzyuba convirtió un penal al 69’ para darle vida a su equipo y de paso empatar a Kerzhakov como los máximos anotadores de la selección. Pero pronto Christensen con sólido disparo y Mahele en la recta final, aseguraron el triunfo escandinavo dedicado a Eriksen con sendas anotaciones. Como en la película de Vinterberg, los daneses tendrán, al menos, otra ronda.
Paso perfecto
Con algunos cambios pero incluyendo a sus principales estelares de inicio, la selección de Bélgica se presentó ante Finlandia en San Petersburgo con la intención de obtener su tercera victoria, sin importar que ya estuviera clasificada. Los nórdicos, por su parte, intentaban controlar los embates para al menos alcanzar un punto que les diera más probabilidad de quedar en zona de calificación: entre el portero y la falla en el detalle final, los favoritos no pudieron anotar en la primera parte, en tanto los finlandeses, cobijado por varios compatriotas viajeros, se asomaban muy poco, acaso apelando a la sabiduría cual Búhos reales, como se les conoce.
En la segunda parte no variaron los planteamientos iniciales, Hazard tuvo una muy clara que atajó el portero con lance fugaz y después Lukaku recibió pase certero de De Bruyne y anotó, pero el VAR echó para atrás la marcación por un muy apretado fuera de lugar. Los belgas tejían y bordaban fino sobre el área de los finlandeses, pero no fue de una manera en la que les hubiera gustado a estos estetas de la pelota: un remate en tiro de esquina de Vermaelen va directo al poste y de ahí le rebota al héroe Hradecky para consumar el autogol que abría por fin la puerta. Faltaban quince minutos y los finlandeses no se rendían a pesar de saberse superados, hasta que el propio Lukaku terminó de poner orden y anotó el segundo y definitivo.
COPA AMÉRICA (VI)
Un par de partidos apretados en los que el forcejeo predominó sobre el talento, marcaron la jornada desplegada en tierras brasileñas, con los asientos vacíos como testigos mayoritarios
Equilibrio intenso
En los primeros minutos, Uruguay llegó más a la portería de Chile, aprovechando algunas pelotas sueltas o que quedaban a la deriva. Equilibró Chile y empezó a aprovechar los espacios, sobre todo por la franja derecha hasta que en buena contra cuando los charrúas amenazaban, Vargas recibió la pelota en constructiva pared y tras disparo al filo, insertó la pelota en ángulo cerrado. Los veinte minutos restantes de la parte inicial fueron de alternación en la tenencia de la pelota, con los de azul acercándose con mayor frecuencia ya hacia el final del tiempo, sin poder equilibrar el marcador.
Sueltos ambos equipos, tuvieron sus respectivas exploraciones en los primeros minutos de la segunda parte, cada uno jugando de acuerdo con el marcador y en función de sus exigencias. Los uruguayos fueron empujando y creando las situaciones propicias, tal como sucedió en un disparo que alcanzó a desviar Bravo, pero en el tiro de esquina posterior, por fin apareció Suárez para intentar rematar un segundo cabezazo con todo y la marca encimosa de Vidal, que al final fue quien empujó la pelota a la propia red. En los últimos veinte minutos, una muy cerca de Chile vía Arriagada, joven de 19 años, y en el otro espectro, el veterano Cavani a punto de convertir con remate de cabeza. Los andinos tuvieron que jugar la compensación con un hombre menos por falta de cambios y exceso de lastimados.
Un gol de otro partido
Argentina presentó algunos cambios en su alineación de inicio, recurriendo a la gente de mayor experiencia para enfrentar al siempre duro equipo de Paraguay. Gran desmarque de Gómez para recibir preciso servicio de Di María, que ya había anunciado su clásico recorte hacia dentro, y anotar con clase el primero ante la salida del portero, cuando todavía no llegábamos a la decena de minutos. El cuadro guaraní empezó a buscar con más enjundia el empate aunque sin demasiada claridad al momento de llegar a la puerta contraria, en tanto la albiceleste parecía sobrellevar las acciones metiendo más fuerza que talento, si bien al cierre provocaron un autogol de los guaraníes que fue revisado y anulado por el VAR por ligera posición adelantada de Messi.
La lucha cerrada continuó en la segunda parte, con los paraguayos adelantando líneas y los argentinos cuidando la espalda pero sin quitar la mira al frente, apostando a la habilidad de la gente de medio campo hacia arriba pero sin mucha conexión al momento de circular la pelota. Varios centros al área como estrategia recurrente que no daba los resultados esperados por parte de los rojiblancos, que se fueron apagando conforme avanzaba el implacable minutero y se iban quedando sin recursos imaginativos. Ya no se movió el marcador bien administrado por la selección argentina, a la que por supuesto se le pide que saque el talento a relucir de manera más frecuente.