Este jueves 10 de octubre hay relevo en los 46 ayuntamientos de Guanajuato. Cual más cual menos, hundidas sus poblaciones en el miedo a la violencia criminal que azota a la entidad. Las corporaciones municipales no pintan en la batalla. En el horizonte, todavía, sólo reuniones y promesas de las fuerzas estatales y federales. 

A diferencia del anterior, el gobierno estatal entrante, con Libia Dennise García Muñoz Ledo, al menos parece entender que sin los federales al lado, son pocas o nulas las posibilidades de enfrentar al crimen organizado que campea en los municipios guanajuatenses –y por lo visto y actuado hasta ahora, en el gobierno federal de Claudia Sheinbaum tampoco las traen todas consigo. 

La Estrategia Nacional de Seguridad que presentaron los titulares de las secretarías de Defensa Nacional (Sedena), Marina (Semar) y, como voz cantante el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch no parece llenar las expectativas de muchos.

Habló de los consabidos ejes principales, cuatro para la ocasión: atención a las causas, robustecimiento de la Guardia Nacional, fortalecimiento de inteligencia e investigación, y consolidación del Gabinete de Seguridad en coordinación con las entidades federativas.

La ‘atención a las causas’ es el discurso lópezobradorista sin más, que Sheinbaum Pardo sigue a pie juntillas. Se trata, subrayó Harfuch, de priorizar la atención a las familias más vulnerables -buscar reducir la pobreza con más oportunidades para los jóvenes, que tengan una mejor calidad de vida, eviten ser reclutados por la delincuencia organizada, etcétera, etcétera… Por supuesto la premisa es irrebatile, así que en tratándose de una política de largo aliento, habría que buscar los reflejos de la autoridad en alguno de los otros tres ‘ejes’. A ver.

El ‘fortalecimiento de la Guardia Nacional’ se ha convertido en todo un estribillo, al cierre y cambio del gobierno federal, de AMLO a Claudia. Lo mismo en la rebatinga de las cámaras del Congreso de la Unión, donde lo entonan los unos y los otros. Harfuch, por supuesto, niega que se trate de ‘la militarizaciòn del país’ como pregonan en la oposición. Que por el contrario, el papel de la corporación, con sus más de 133 mil agentes, es fundamental en las comunidades en las que no hay una policía municipal confiable –con sus asegunes también, como hemos podido comprobar en Celaya, donde la Guardia Nacional no ha servido de mucho en sustitución de los preventivos locales -. Lo otro es aprovechar la experiencia militar para apoyar la formación de los guadias. Muy bien.

El fortalecimiento a las labores de inteligencia e investigación es el tercer eje. Se trata de anteponer la prevención a la reacción –si eso es posible-, “con inteligencia y recursos tecnológicos que analicen datos, identifiquen patrones y comprendan las dinámicas en las zonas de mayor incidencia”. Crean la subsecretaría respectiva.

Y está el cuarto eje, la ‘consolidación del Gabinete de Seguridad y coordinación con los estados’ –alternativa a la que como clavo al rojo vivo se agarra el estado de Guanajuato, después de seis años de un rojo y caro desdén.

Aquí, tres objetivos: Disminuir de la incidencia delictiva, principalmente de homicidios dolosos y delitos de alto impacto como la extorsión; neutralizar ‘generadores de violencia’ y redes criminales, y fortalecer la prevención y la proximidad social de las policías locales y mejorar el diálogo con todos los sectores de la sociedad.

Pues sí, aunque por más que uno les desee el mayor de lo éxitos, todo eso suena a ‘Manual’.

MAS DE LO MISMO

Porque en la vida real, fuera de los manuales, los folletos, los proyectos y los discursos, Guanajuato enfrenta una carnicería: León, Celaya, Irapuato y Salamanca, son prueba plena. Aderece con el sur, los apaseos, Villagrán Cortazar… y tiene la ensalada completa.

Harfuch anticipó diagnósticos regionales del fenómeno delictivo, con atenciòn específica a la extorsión y el cobro de piso. Urgen. Sin rodeos, citó primero a Guanajuato, y atrás en fila a Baja California, Chihuahua, Guerrero, Jalisco y Sinaloa. Ni cómo desmentirlo.

Ya antes, en su primera ‘mañanera’, la debutante Presidenta de México, la morenista Caudia Sheinbaum Pardo, exhibió –uno de los pasatiempos de AMLO- a Guanajuato como la entidad con mayor número de homicidios totales —con dos mil 276 entre enero y septiembre de 2024—; el estado que tiene el mayor número de casos de adicciones, y donde el salario medio es menor que el salario mínimo -“evidentemente hay un modelo de desarrollo que fracasó”, sentenció Claudia.

Acá, Libia García se esmera en echar pa’lante a sus secretarios de Gobierno y de Seguridad, Daniel Jiménez Lona y Juan Mauro González, respectivamente, que parece que tardan en arrancar. 

Libia, empujada por las masacres en León y en Salamanca, se reunió al cierre de la primera semana de octubre con el Grupo de Inteligencia Operativa Guanajuato, GIO, de donde saliò con los anuncios de los acuerdos pertinentes: implementar estrategias focalizadas para reducir los delitos de alto impacto en la entidad, mejorar la coordinación y la presencia de las corporaciones de seguridad en diferentes regiones del estado… y así. Nada nuevo en realidad.

Al día siguiente se fue a Ciudad de México, a entrevistarse con Omar García Harfuch “para establecer el despliegue coordinado y con presencia operativa Estatal y Federal en la entidad”, reza el boletín correspondiente. Que la estrategia se basa en inteligencia e investigación para dar resultados a la gente. Habría que desprender de aquí que, otra vez, a diferencia de su antecesor, Diego Rodríguez, la gobernadora acepta, de entrada, empatar el suyo con el discurso federal de seguridad, lo que ya es mucho decir a la hora de la comparación sexenal.  Ya nada más falta ver en los hechos los alcances de la reacción de las fuerzas oficiales y, con ellos, los resultados.

Como sea, en esta sopa de violencia es que este jueves 10 de ocubre, asumen los nuevos Ayuntamientos en los 46 municipios de la entidad, en muchos de ellos las mismas caras y los mismos modos, de los que no se esperan mayores dividendos en términos de bienestar social. Otros son toda una incógnita, especialmente al cambio de signo político.

La atención está centrada, obviamente, en los municipios más poblados, los del corredor industrial: León, Irapuato, Salamanca y Celaya, con la misma cabeza del cabildo en los dos prineros y el escudo de Morena en los dos restantes. Lo decíamos renglones atrás: en Celaya la Guardia Nacional sustituyó a los gendarmes locales y así que usted diga, caray, qué gran remedio..., pues no.

A ver con los que siguen.

(A)La Jaula

Piedrita en el zapato

Por si algo faltara, anote a la señora Alma Alcaraz como un seguro dolor de cabeza para la gobernadora Libia García, desde su nueva posición como delegada de los programas del Bienestar federales en Guanajuato. La ex candidata de Morena a la Gubernatura es proclive al activismo y dará de qué hablar en esta larga carrera sexenal que apenas comienza.

Correspondencia: [email protected]

‘X’: TigresDePapel