Tigres de Papel • Los policías • Francisco Javier Mares
Merced a los días negros -o rojos- que corren en Guanajuato, vídeos recalendarizados de por medio, es menester recuperar las reflexiones, pronunciamientos y estadísticas desgranados en el más reciente Consejo Nacional de Seguridad al que asistió la gobernadora Libia García, y urgir a la autoridad del estado a que tome ficha de turno para la acción federal en su territorio.
Esto no da para más.
La presidenta Claudia Sheinbaum dijo allí que nada va a detener los (buenos) resultados de la estrategia “porque hay una enorme coordinación con todos los gobernadores y gobernadoras, y con el gabinete de seguridad”.
Entonces soltó la expresión que más eco tuvo en los medios: aquí no hay división política, no hay politiquería que valga. Tenemos que caminar juntos en este proceso. Una solicitud muy respetuosa a los gobernadores, a que atiendan a diario el gabinete de seguridad.
Porque el gabinete no es una presentación del parte policíaco del día anterior. Para que haya coordinación tiene que haber una cabeza, “y no hay nadie mejor que ustedes que conozca su estado”. Hay que estar diario. La coordinación no se puede dar si no está la cabeza: “es un respetuoso consejo de una abuelita, Presidenta de la República”.
En el cuerpo de la sesión, en funciones de moderadora, Marcela Figueroa, del Sistema Nacional de Seguridad Pública, presentó el Informe de Incidencia Nacional al diez de diciembre: en 2019 se registraron 100.4 homicidios en promedio al día; de enero a noviembre de 2024, un promedio de 83 homicidios diarios.
En dos meses de la nueva administración federal, la mitad de los homicidios dolosos se concentró en siete estados: Guanajuato, Sinaloa, Baja California, Estado de México, Guerrero, Chihuahua y Jalisco –enseguida un montón de estadísticas de delitos a la baja.
Mientras en 2018 el promedio diario era de 969.4 delitos de alto impacto al día - homicidio doloso, feminicidio, lesiones dolosas por arma de fuego, secuestro, extorsión y los robos con violencia a transeúnte, de vehículo, a transportista o casa habitación- en 11 meses de 2024 el promedio es de 604.8 delitos al día.
Nomás no entienden
Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, concedió en su turno que para lograr una paz duradera en el país hay que asumir que la seguridad es una responsabilidad compartida.
Que la complejidad de pacificar al país, la violencia y la inseguridad, no se generaron de un día para otro y tampoco se va a resolver de un día para otro, aun cuando con la estrategia planteada “se han dado resultados contundentes que nos muestran que vamos por el camino correcto”.
En los esfuerzos y capacidades en materia de inteligencia e investigación de las instituciones para identificar generadores de violencia y sus redes criminales, así como las zonas de mayor incidencia, el objetivo es, precisamente, privilegiar el trabajo de investigación e inteligencia sobre el uso de la fuerza, dice Harfuch.
Bajo una política de coordinación, del 1º de octubre al 1º de diciembre fueron detenidas más de 5 mil personas por delitos de alto impacto; se aseguraron 58 toneladas de drogas, 415 mil 309 pastillas de fentanilo y 2 mil 471 armas de fuego, amén del aseguramiento histórico de más de una tonelada de fentanilo.
En ese mismo periodo, la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Marina desmantelaron 43 laboratorios clandestinos para la elaboración de metanfetaminas. Y se han realizado detenciones de objetivos de gran relevancia. Hasta el ‘Mini Lic’ está de nuevo en la cárcel.
Será el sereno, pero lo que ocurrió en Celaya ha indignado al país. En ese municipio, un par de vídeos revelan cómo unos seis policías municipales golpean y humillan a dos jóvenes a los que acusan de robo. Los abofetean, patean, golpean con un palo y obligan a besarse y pelear ente ellos. Los policías ríen y los insultan.
En uno de los vídeos, grabados en 2020, aparece Christian Eduardo Morales Palomino, entonces coordinador operativo de la Secretaría de Seguridad Pública de Celaya, luego director de la policía municipal de Apaseo el Alto, y hoy comandante de la Región IV de la secretaría de Seguridad Pública Estatal, con mando en Celaya, Comonfort, Juventino Rosas, Apaseo el Grande, Apaseo el Alto, Tarimoro y Salvatierra. En primer plano abofetea a uno de los detenidos.
La Secretaría de Seguridad pública del Gobierno del estado, en boletín, promete una investigación porque “esas conductas son absolutamente inaceptables y contrarias al espíritu y valores de esta institución”.
-“¡Métanse la lengua; bésense bien; órale hijos de su p´ta madre o los mato!”, les grita a propósito de esos valores uno de los uniformados…
(A)La jaula
Oliva Republicano
Juan Manuel siempre fue un muchacho inquieto. Cuenta la leyenda que, becado por la ultraderecha, marchó al entonces DF a estudiar a la Carlos Septién García. Se leyó todito Salvador Borrego. Aunque no habrá sido un buen estudiante. Como periodista no lo fue. Pasó por ‘Contacto’, aquel diario que un ala del empresariado leonés fundó antes de hacerse del PAN. Cesado de la dirección de Comunicación Social del alcalde Carlos Medina, se alojó de tiempo completo en Acción Nacional. Se hizo llamar ‘operador político’. Cobró como presidente del CDE. Con triquiñuelas ganó la candidatura de JCRH y la suya propia. Sí, fue gobernador de Guanajuato. Heredó al estado el bonito ‘elefante blanco’ que es el Parque Bicentenario. Ese espacio tan digno que a los pies y alrededor del asta bandera montaron una pista de ‘Go-Karts’. Bueno, también impulsó las armadoras de vehículos. Trajo a la UNAM y al IPN, no se hagan. Diego Rodríguez prometió la UAM a León, y todavía la esperan. Hm. Antes del fin de su sexenio, Oliva pidió licencia. Alguien lo convenció de que daba para más. Lo engañaron. Desapareció un buen rato. En 2021 reapareció como ‘asesor’ del candidato priista a gobernador de Nuevo León, Adrián de la Garza. Eso es un despropósito, fruncieron la nariz algunos azules. Ni tanto: su líder nacional Marko Cortés los haría socios formales de los tricolores en el Congreso de la Unión y en esa vacilada que fue la campaña presidencial de Xóchitl Gálvez. Otra vez al ostracismo. Hoy Juan Manuel Oliva ataca de nuevo. Se perfila como secretario de Organización de lo que sería oootro partido político: ‘México Republicano’. Ultraconservador, claro. Aspiran a que los acoja en su seno el presidente estadounidense Donald Trump. Que es un proyecto ‘binacional’, dicen. Prometen al ‘Agente Naranja’ una ‘estrecha vinculación con los EU’. Ayno. Los entendidos opinan que no es más que un estertor de ‘El Yunque’, ese viejo y entrañable armatoste olvidado en el desván de Guanajuato. Y allá va el buen Juan Manuel Oliva Ramírez. Dirían los campiranos: “la cabra siempre tira pa’l monte…”
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‘X’: TigresDePapel