Tigres de Papel • Transparencias • Francisco Javier Mares
Las reformas federales legales y constitucionales continuadas de las ansias de AMLO a la presidenta Claudia Sheinbaum, tienen metidos en un brete a los estados de la República no morenistas, cuyos gobiernos en el discurso políticamente correcto las objetan aunque no les desagraden mucho que digamos: en Guanajuato, un ejemplo son las instituciones y las leyes de transparencia.
Mariela Huerta, comisionada del Instituto de Acceso a la Información Pública (IACIP), en entrevista con el diartio ‘am’, se adorna en la defensa de los derechos del respetable al acceso a la información, la protección de datos personales y demás. Advierte de entrada que la desaparición del INAI y de los institutos de transparencia en las entidades losvolvería ‘inaccesibles’.
Suena bien, aunque es difícil ‘comprarle’ todo el rollo. Que ‘el riesgo’ es que al desaparecer los institutos, para el caso el bienamado IACIP, serían las contralorías, como antaño, quienes asuman la función, circunstancia que no garantizaría el acceso a la información, ‘al ser juez y parte’. Y que lo mismo pasaría con el Poder Legislativo.
A ver, doña Mariela olvida o ignora que ya alguna de las ediciones azules del gobierno del estado colocó allí, en uno de los asientos que ahora ella ocupa, a ¡Alfredo Ling Altamnirano!, y que si eso es prueba de apertura y transparencia, bien podríamos olvidarnos del asunto.
Que estos institutos nacen de una conquista ciudadana, etcétera, etcétera, etcétera, también tiene sus bemoles –habría que recordar los contratos al Grupo Oaxaca para ‘validar’ las iniciativas de ley respectivas en las entidades federativas, o la primera propuesta de Ley de Tranparencia que pretendieron ¡Vicente Fox y Martha Sahagún! Lo de ‘transparencia y máxima publicidad’ son también sólo engranes del discurso original.
Y aquello de la importancia de prevalecer “porque somos independientes, somos autónomos, somos especialistas y somos imparciales”, pues tampoco, porque no lo son. El IACIP, como su hermano mayor INAI, actúan más como filtros de inconformidades particulares para enterar y defender al gobierno en turno, el que sea.
Tal vez la desaparición de los institutos de acceso a la información y nóminas involucradas no sea la más brillante idea de AMLO –si se le conceden algunas-, pero de ahí a retratralos como adalides de las libertades ciudadanas hay un abismo de distania. En Guanajuato, en los 21años que tiene el IACIP –apareció con el gobernador Juan Carlos Romero Hicks-, ha servido como refugio laboral para los cuates, sean estudiosos de la materia o diseñadores de modas.
Por lo demás, la presidenta Claudia Sheinbaum ha reiterado que va derecho y no se quita, lo que nos lleva al punto inicial: los institutos de la transparencia desaparecen. Una vez con la Ley General correspondiente en vigor, las funciones efectivamente serían absorbidas por otras instancias de los propios gobiernos, federal y estatales.
La reforma heredada de AMLO pretende que las atribuciones del INAI las asuman la Secretaría de la Función Pública, los órganos internos de control del Poder Legislativo y Judicial, el Instituto Nacional Electoral y el Centro Federal de Conciliación y Arbitraje, entre otras.
Una vez aprobada la reforma por ambas cámaras del Congreso de la Unión, han de hacer lo propio el 50% más uno de los congresos estatales, para que sea llevada al Diario Oficial de la Federación. Cosa de tiempo, pues, para que busquen acomodo.
(A)La Jaula
Hasta el fondo
En un poco más de lo mismo. La Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso local resolvió hacer una auditoria a lo que quedó de los ‘Fondos Guanajuato’. Sería parte del programa anual 2025 de la Auditoría Superior del Estado de Guanajuato (ASEG) donde, como usted sabe, también son “independientes, autónomos, especialistas e imparciales”. Ajá. El nuevo pastor del Congreso, Jorge Espadas Galván, dice que hacen eco a una petición del coordinador del grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, Sergio Contreras Guerrero. La gobernadora Libia Denisse García Muñoz Ledo pasó la barredora por el fideicomiso que nutría a las OSC y se siguió con los ‘Fondos Guanajuato’, que eran el disfrute de no pocos empresarios nada pequeños, que ahora tienen en cartera vencida unos 300 millones de pesos. En aras de la ‘transparencia’, alguien debiera compartir esa lista. Ahora se crea la financiera “Tú puedes Guanajuato”, que ya veremos cómo resulta.
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