martes. 16.04.2024
El Tiempo

Pensando la FeNaL • Francisco Rangel

“…la ciudad está entre los municipios con menor lectura y los alumnos de nivel superior tienen la comprensión lectora de un chico de 5º de primaria…”
Pensando la FeNaL • Francisco Rangel

Hace unas semanas leía a Viri Ríos, sobre cómo León se convirtió la ciudad más pobre de México. En ella nos da los datos aportados por el CONEVAL y la medición de la pobreza en la ciudad. Allí se puede ver que la brecha salarial es bastante amplia. 

Con esto presente, una duda pasó por mi cabeza, después de ver otras notas y datos del INEGI: la ciudad está entre los municipios con menor lectura y los alumnos de nivel superior tienen la comprensión lectora de un chico de 5º de primaria. Al parecer, la pobreza económica está relacionada proporcionalmente con el analfabetismo funcional y otras carencias cognitivas y de aprendizaje. 

Irónicamente, tenemos una Feria del Libro que se anuncia como nacional y con altos números de personas que la frecuentan. Mientras planeaba este texto, le consulté con datos y situaciones a un amigo editor: “Pregunta a los veinteañeros qué recuerdan de sus idas a la FeNal en su infancia y adolescencia. Ahí podrás darte cuenta de lo que buscas.” Me dijo. Lo hice con una población de 33 personas. La mayoría recordaba el taller de barro al que los llevaban desde la escuela en forma obligatoria. 15 personas recordaban las puestas en escena de obras de teatro y clown. Sólo uno recordaba eventos de literatura (es otro amigo editor y poeta). Así se puede llegar a concluir que: 1. Esas numeralias presentadas por el ICL a su feria son signo de acarreo; 2. Se han preocupado más por el espectáculo y el relumbre que por dignificar la lectura y sus empresas; 3. Como sociedad, las instituciones y secretarías se han dedicado a precarizarnos en nuestro libre desarrollo de la personalidad, al negarnos un acceso real a la lectura.

Con estos datos, quise realizar una entrevista a Iret Vallejo, pero el área de comunicación del ICL sólo me dio largas. Según algunos medios como Kuali o Periódico Correo la presentan como la presidenta del Consejo Directivo del Instituto Cultural de León; pero, otros como Líder Empresarial, la nombran como directora de dicha Institución. Al no tener una dirección clara, no se puede saber cuál es su función. Lo que mencionan todos es que designa a la juventud leonesa como embajadores culturales. Lo que sea que eso quiera decir. Aunque valdría la pena escuchar lo que tenga que responder de todo esto. 

Ante esto nos quedan más dudas que soluciones: ¿Cómo resarcir a la sociedad por dañar un derecho? ¿cómo cambiar el modelo de feria del espectáculo por una feria que promueva la lectura y el consumo de libros físicos y electrónicos? ¿Hay posibilidades en una sociedad que se ha acostumbrado al analfabetismo funcional? ¿El costo millonario por un espacio al que hay que llevar a la población en plan de acarreo tiene razón de ser o es momento de dar un golpe de timón para buscar otra cosa? ¿La FeNal se ha convertido en un elefante blanco para el municipio? 

Esto es difícil saber, pues desde la presidencia municipal, la presidenta suele usar símiles de peluquería antes que dar datos reales sobre el manejo financiero del municipio.