martes. 16.04.2024
El Tiempo

En el vaivén de la carreta

"Sólo habría que recordarle al Director que mantener pelmazos en puestos con los que no pueden, suele ser contraproducente en las carreras políticas de quien la hace de pilmama."

En el vaivén de la carreta

 

En toda crítica estratégica, lo esencial es situarse exactamente en el punto de vista de los actores; es cierto que esto normalmente es muy difícil.
Clausewitz, citado por Guy Debord

Por supuesto que se me puede acusar de ser un hijoputa, de tener caradura y hacerme el lolo para joder a más de uno. Pero nada de esto es para evitar responder por mis actos o mis dichos. No puedo más que reírme de quien afirma que lo injurio. O lo alabo, porque también lo hago, pero nadie se acuerda de mis halagos; solamente de mis bochornosas opiniones sobre las cosas.

Hace un par de años afirmé con todas sus letras que había un pelmazo en la coordinación de la Escuela de Artes Plásticas Antonio Segoviano (ESAP); que llevó casi a la quiebra esa escuela y hasta ahora nadie se ha hecho responsable de ese problema. El Director de aquel momento prefirió pagar con su capital político todas las broncas en las que recayó, pero jamás aceptó que él tomó malas decisiones; no sólo con la escuela. Optó por aceptar su liquidación como director, después de casi quince años trabajando en la institución y que la bola rodara. Después, ya que ese director renunció, el Presidente del Consejo del ICL determinó la destitución del coordinador y la del bobo que era director de la casa de cultura, muchas voces pedían la zalea del Ingeniero Barajas como pendón. Sin embargo, esos despidos eran urgentes y necesarios. Aquello que dejó por escuela era una vergüenza; y reitero, nadie ha tomado cartas en el asunto para hacer pagar por las malas decisiones de directivos, consejeros y coordinador. En cualquier empresa privada, tal situación es vista como desfalco y se persigue legalmente.

Pero hoy es distinto. Aquella escuela con 8 estudiantes ha crecido de manera exponencial. Tiene más de doscientos alumnos, parece que las cuentas se sanearon y ya no está al borde de la sobrevivencia gracias al dinero gubernamental. Tenemos una escuela que ya no da pena. La planta de maestros funciona bastante bien y los escolares se sienten satisfechos. Algo bien se debe estar haciendo.

Y no porque haya sido algo que surgió de la noche a la mañana. Ha sido un trabajo continuo y arduo. Principalmente porque hay una artista trabajando en educar a probables artistas desde la coordinación. Alguien que conoce el área, educada en ella y que tiene una planta de artistas instruyendo a esos otros más. Esta coordinación entiende los procesos del arte y, más aún, se puede coordinar cabalmente con el área de plásticas del instituto.

El cual, también tiene un mérito en todo esto: ha ido creando con el paso de los años un conjunto de estrategias y ha puesto a la ciudad en el nivel que puede apreciar y hasta cuestionar lo que se expone. Puede ser que no nos gusten muchas de las cosas que ocurren en las galerías de la ciudad: he escuchado a quien considera muchas de ellas payasadas, bromas, insultos y hasta, bobos como yo, creemos que educan. Y no porque resuelvan problemas; muy por el contrario, porque dan problemas es que funcionan. He visto que ahora existe un conjunto de emuladores de tal proyecto. Sin el contenido o la carga epistémica con las que se presentan las piezas allí, pero tratan de copiar lo que se hace en las galerías del ICL.

Ese proyecto, con todos los años que lleva, claro que ha creado resentidos por no ser tomados en cuenta. Algunos hasta se han afiliado al grupo de hartistas comandados por Avelina Pestes… perdón, Lesper; dizque porque están contra el arte contemporáneo. Claro que no todo ha funcionado en el área de plásticas del ICL, han existido errores, pifias y deschonges. Lo chistoso es que no habido argumentos contundentes como para darle en la madre al proyecto propuesto por Leonardo Ramírez.

Regresando a la ESAP, también presenta deficiencias: La más fuerte es que no tiene el espacio adecuado. Se ha preferido apostar por un museo. El cual tiene más de tintes políticos que de producto serio. La anterior administración municipal no logró concretar ese museo de la guacamaya y la cebadina, entonces la actual ha decidido tomarlo como propio; con ello sacrificando otros proyectos culturales de la ciudad. Entre ellos, la escuela de artes plásticas. El director actual, al tomar ese puesto como plataforma de lanzamiento para su carrera política le ha dado suficiente coba a la presidenta municipal para proseguir por ese camino (por supuesto que no está mal que alguien quiera hacer una carrera política; es más, eso es deseable, pues genera competencia y necesidad de argucias para mantenerse allí: tendrá que crear negociaciones y productos que resalten para ser tomado en cuenta y poder subir en el escalafón político). El problema es cuando el proyecto propuesto no tiene ningún valor consistente, como es el caso de este museo. Hay que recordar que ese museo fue anunciado por José Luis García-Galeano como un espacio más para leoneses que para turistas. A menos que ya haya tomado un nuevo cariz no anunciado, ese espacio será un conjunto de onanismos mentales para demostrar que los leoneses son de León y no de otro lado. Pues, no es para exponer obra artística, no es un archivo histórico (que ya existe) y tampoco será un museo que muestre las principales industrias del entorno (cuero, piel, calzado y marroquinería), nada de eso: se propone como un museo de los intangibles del leonés. Mi abuelo, que era muy malhablado, decía que esas eran chaquetas y mamadas, pero bueno, él no era de León y no tenía ese extraño pseudovalor de la benedicencia. Esperemos que el chiste no le truene la carrera política al actual Director: pues aunque vaya a pintar bardas a favor del partido político en el poder, este museo lo puede dejar colgado de la brocha. Sería más digno convertir ese espacio en la nueva sede para la ESAP, invertir ese varo en ponerla a punto y darle con todo para que luzca con madre. Y ahora sí, anunciarla con bombo y platillo como La Escuela de Artes de la ciudad y hasta uno deja de andar pensando que nuestra alcaldesa municipal es subnormal por poner bolas de cantera en las calles del centro (igual es arte contemporáneo, de ese que los hartistas no entienden).

La otra opción en convertir CAVI (la coordinación de artes visuales del ICL) en dirección, exigir en la presidencia que el museo de la ciudad y el archivo histórico pertenezcan al ICL y retar a Leonardo Ramírez a que desarrolle proyectos para todo eso, y también para el MIL (el museo de la guacamaya y la cebadina). Aunque eso terminaría con el sueño de los intangibles (a menos claro, que pongan a unos carritos con cebadinas, aguas, duros, tostadas y guacamayas, los sábados haya toros y se pueda festejar ahí cada vez que gana el equipo León) para transformarse en un museo con una propuesta clara, sea la que fuera, pero con propuesta. Como no se ha anunciado hasta ahora, el museo de marras sigue sin dirección, al igual que la FENAL. Sólo hay alguien que es quien vende lugares para expositores en esta última área, o eso dice contraloría municipal.

También se nota una menor inversión en el área de plásticas. La dirección ha apostado por hacer más notoria las artes escénicas, ejemplo de ello fue el pasado EAL, donde todo se dedicó a esa área, con pequeñas pinceladas para plásticas y la presentación de una revista. Cualquier mal pensante podría afirmar que lo que les importa es el show. Esperemos que no sea así. Ya que la segunda edición del EAL quedó muy por debajo de la primera, donde hubo la edición de cuatro libros. Hoy quedaron las fotos en la prensa y una pésima información por el área de comunicación del ICL: sus textos hacían pensar que asistir era una tortura.

Y lo dicho, pocas veces he visto que alguien teniendo todo para continuar un proyecto que le salvaría el pellejo, lo haya mandado a tomar por culo: la revista Alternativas se ha convertido en un fiasco: en su temporalidad se ha vuelto menstrual (sale cuando mengua y se ruega a Dios para que no deje de salir la próxima vez), los textos son de un nivel bajísimo, llenos de adjetivos grandilocuentes y zalameros, todos los contenidos del director del área de comunicación tiran lengüetazos para limpiar botas y traseros de otros lugares, donde parece que sueña trabajar (V.Gr.: el FIC). Ahí donde la comedia de humor involuntario toma consistencia es que el primer texto publicado al tomar posesión del puesto, afirma que el Director le encargó mantener la calidad de la revista; y mire usted, lo mejor que le pasaría a ella es desaparecer, ya que no hay ni la inteligencia ni la capacidad para mantenerla. O dejársela a Raúl Reyes para curarle el león herido. Igual, ahora sí se muere.

Sólo habría que recordarle al Director que mantener pelmazos en puestos con los que no pueden, suele ser contraproducente en las carreras políticas de quien la hace de pilmama. Tendría que acordarse que ya van cuatro directores que terminan en nada: uno es un caniche de la aristocracia de la zona y da charlas sobre moda; otro tiene una escuela de oratoria; uno más busca puestos ficticios para aparecer en fotos de periódicos; y el último, ya se sabía cansado, pero tuvo un detalle de dignidad y los mandó a tomar por culo. Todos tienen el gran honor de mantener a torpes en puestos públicos por ser amiguetes de alguien.