Bien salimos de los chiles en nogada, de la pirotecnia, los desfiles y gritos que parecen alaridos, cuando nos enfilamos al primer informe de gobierno de la alcaldesa de Irapuato, Lorena Alfaro. No parece lejano aquel informe de los primeros 100 días, a finales de enero de este año, cuando con toda la parafernalia de luces y sonido pregonó a los cuatro vientos sus grandes logros.

No está mal darles un breve repaso con dos intenciones; la primera, ratificar que en la política el afán de protagonismo y despliegue retórico sin fundamentos terminan por pasar la factura; la segunda, destacar cómo ha cambiado nuestro municipio en esta nueva administración (me encantaría decir que para bien), a pesar de la aparente buena intención de planes y palabras.

Cien días le alcanzaron a Napoleón para restaurar su poder imperial y sacar a patadas del trono a Luis XVIII; para Alfaro, uno de los grandes logros de la administración Alfaro, según el informe del 31 de enero 2022, consistió en continuar las obras públicas iniciadas en el trienio anterior; además de repartir materiales de construcción y cobijas (El informe está en redes, usted puede fácilmente corroborarlo).

Claro, para entonces ya había comenzado la pugna con su antecesor, Ricardo Ortiz, pues en lo que quizá pueda ser su mayor y más verificable logro, Alfaro había logrado pactar con activistas ambientales la construcción de la nueva Torre de Especialidades. Nada menor, si tenemos en cuenta que la tozudez y autoritarismo que la precedieron, tanto del municipio como en la gubernatura, habían sido incapaces de negociación o acercamiento alguno; se dedicaron sólo a amenazar a las ambientalistas y a manipular sindicatos charros.

Si Napoleón logró organizar un gran ejército en pocos meses para enfrentar a ingleses y prusianos, Alfaro presumió en sus primeros cien días de crear una policía naranja para prevenir la violencia de género y recitó con gran convencimiento: “Las mujeres deben sentirse y estar seguras”. Pocos meses después, jóvenes feministas corroboraron al manifestarse frente a la Presidencia Municipal, que la policía local era capaz de embestir, golpear, torturar y saquear las pertenencias de mujeres desarmadas, además de intimidar por redes a quienes denunciaban los atropellos. ¿Naranjas podridas? Quizá. Ante el escándalo mundial, pues hasta recomendación hubo de Derechos Humanos de la ONU, Alfaro prometió investigaciones y sanciones. Ojalá en este primer informe conozcamos nombres y castigos a los responsables.

Y para no salirnos del campo policial, en el informe anterior habló de reforzar la seguridad a niveles nunca vistos en Irapuato, “implementando la estrategia de inteligencia municipal, siempre buscando la colaboración estrecha con los gobiernos federal y estatal” (lo que quiera esto decir). Presumió un Grupo Especial de Respuesta Inmediata – GERI, que meses después se desmoronó, y sufrimos la peor de las noches de violencia que tiene memoria esta ciudad, a manos de unos pocos, ante la inacción de esos órdenes que debían defendernos. Algo ya comentado de forma más detallada en artículos anteriores. Ojalá Alfaro no presente como gran logro en seguridad la compra de su nueva camioneta blindada, porque en el pasado presumió haberse reunido ya dos veces con AMLO para buscar la paz en Irapuato y conseguir “la presencia de 600 efectivos de nuestro ejército mexicano”. Imagino que esos mismos que no metieron las manitas cuando quemaron un OXXO justo al lado de la barda perimetral de su cuartel.

Entiendo que por ley debe presentar un informe, pero no el porqué de la banalidad y dispendio a costa del erario. Menos aún, porqué anticip que le echará agua sucia a su antecesor. ¿Dará razón de los 20 millones de pesos de finiquitos que no aparecían en febrero de este año, o será sólo una cortina de humo para disimular su incapacidad para gobernar? El informe de los primeros 100 días fue a puerta cerrada, los manifestantes se quedaron afuera de Palacio Municipal. No quiero imaginar cómo será el del primer año. Por el bien de Irapuato, espero que no sea otro Waterloo.

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