viernes. 19.04.2024
El Tiempo

Muchos en una persona

Muchos en una persona

Una dimensión con frecuencia echada a un lado en las relaciones, del tipo que sea, está relacionada con la gente en quien repercutirá cuanto uno haga, bien sea en el plano personal, bien lo sea en lo laboral, y aún en lo empresarial y organizacional. Ese relegamiento es en parte producto de la dinámica actual, en la que se privilegia al individuo en vez de a la persona, a un individuo que se toma aislado, como si no tuviese historia ni tejido familiar, como si no perteneciese a un grupo, a varios grupos a un mismo tiempo.

La dimensión a que me refiero mira obviamente a las personas, en una apreciación amplia, dentro de la cual caben sus relaciones de origen, las relaciones que ha tenido a lo largo de su vivir, las relaciones actuales, sus conquistas y sus reveses, sus anhelos y sus opciones, así como sus haceres en todos los ámbitos en que se desenvuelve. Para decirlo con sencillez: cada persona representa a muchas, pero a muchas personas.

De entrada, al ser hijo de sus padres, representa todo un linaje, en el que están también los abuelos, los bisabuelos, los tatarabuelos, y todos los ancestros que hicieron posible la secuencia de combinaciones humanas de la cual nacimos. En seguida vienen todas aquellas personas con quienes hemos tenido contacto, a través de cuya relación nos enriquecimos, aprendimos cosas, conseguimos experiencia. Se cuenta en este caso amigos y amigas, novios o novias, maestros, jefes, subalternos, colegas, compañeros de infortunio o de fortuna, vecinos, y demás. De su existencia hemos ganado, poco o mucho, para nuestro vivir, y aunque no los recordemos los tenemos presentes, los hacemos presentes en nuestros actos, en nuestros pensamientos, en la forma como sentimos.

En consecuencia, donde quiera que uno esté, está todo un grupo, y allí mismo ese grupo se incrementa, lo incrementamos con lo que somos, hay un enriquecimiento posible, ambos nos preparamos mutuamente para lo que sigue, después de agotar las opciones de nuestro presente compartido. En este sentido, cada una de nuestras relaciones comporta la posibilidad de un impacto múltiple, en la vida de numerosas personas. Una relación amorosa que fructifica, por ejemplo, acerca dos universos familiares, los ensambla, como decimos “los emparenta”, más aún los fusiona cuando nace un hijo, y esta unión se perpetúa.

Otro ejemplo: un maestro, con su quehacer diario, atendiendo, digamos que cuatro grupos de treinta alumnos, trabaja, influye, repercute de inmediato en trescientos sesenta personas, que son los alumnos con sus padres, pero también lo está haciendo, aun sin proponérselo, con las personas que tendrán algo que ver en la vida de sus estudiantes, quienes mostrarán su personalidad enriquecida por el influjo del maestro de la maestra. Un jefe de oficina hace lo propio con sus subalternos, y luego luego entran en esta cuenta los familiares de cada trabajador. Y en el otro sentido jerárquico, hacia arriba, el impacto se amplía hacia los otros superiores, y por ende a sus familias.

Para verificar este influjo basta con recordar cómo estamos en casa cuando hay alguna situación laboral complicada, nuestro humor, el ensimismamiento, la falta de tranquilidad. Esto llega al punto que los hijos, por mencionar a alguien, comprenden interiormente qué es el trabajo, cómo beneficia, cómo daña, y asumen por lo tanto una postura al respecto, que los hará a su debido tiempo empleados serviciales o jefes endebles o directivos autoritarios, o lo que se quiera, según hayan tomado una u otra decisión. Como se ve, ya la influencia alcanzó a muchos más, y su cifra es incuantificable.

Hay más ejemplos, mas no hace falta citarlos si enfocamos la atención en el propósito de estas palabras: lo que importa es reconocer que nuestros actos impactan de inmediato en alguna cantidad de personas, pero a través de éstas lo harán pasado el tiempo sobre muchas otras, casi todas desconocidas para nosotros, si bien para ellas no siempre seremos desconocidos. Si esto ocurre a nivel personal, cuánto más no sucederá cuanto actuamos en territorios donde hay grupos, conjuntos de personas involucradas, por ejemplo un noticiero radiofónico como éste, una campaña política, un plan de gobierno, una reforma educativa, el lanzamiento comercial de un disco, y tantas cosas por el estilo.

¿Y qué es cada uno de nosotros en esta secuencia? Ese rol le toca averiguarlo a cada uno, pues varía según la circunstancia de que se trate, y uno acabe siendo en ese panorama uno más del grupo, un protagonista, alguien que analiza y crítica, un militante o uno solidario. Como quiera que sea, la acción sobre muchos otros está garantiza, nos guste o no. Así que quizá sería bueno comenzar a tener en cuenta ese hecho.