El miércoles 28 pasado cerró el periodo de registro de las planillas de candidatos partidistas e independientes que eventualmente participarán en las elecciones del 1 de julio, para la renovación de los 46 ayuntamientos del estado de Guanajuato. 940 cargos edilicios, entre propietarios y suplentes, estarán en disputa. Seis partidos, una coalición y 26 independientes son los disputantes. Todo un reto del que no recuerdo precedente alguno.

A diferencia del registro de los candidatos a la gubernatura, la conformación de las ofertas que se presentarán ante los ciudadanos resultó muy compleja, por varias razones.

Primero, que en esta ocasión experimentamos la consolidación de las candidaturas independientes, que se han convertido en una opción viable en los procesos municipales. Hace tres años, cuando estrenamos esta figura, cinco aspirantes buscaron su registro. Sólo dos lo obtuvieron y uno logró el triunfo en el municipio de Comonfort. En esta ocasión tuvimos 38 aspirantes que recolectaron firmas que debían ser equivalentes al 3% del padrón municipal. Al final del proceso 25 superaron exitosamente el umbral y pudieron solicitar su registro como candidatos. A ellos se suma el independiente ganador del 2015, que ahora busca su elección consecutiva.

Segundo, la coalición “Todos por México” (PRI-PVEM-NA) no cuajó a nivel estatal. Los tres partidos presentan sus ofertas por separado en los puestos locales en disputa. Tanto el partido verde como el partido de los profesores juzgan que es su oportunidad de expandirse por sus propias fuerzas. El primero registró candidato a gobernador y solicitó registro de 45 planillas en los ayuntamientos. El segundo registró una candidata a gobernadora —la única mujer entre cinco candidatos— y solicitó el registro de 42 planillas municipales. Por su parte el PRI tiene todas esas posiciones cubiertas, pero no pudo evitar difíciles negociaciones internas, que hicieron temer la escalada de los diferendos.

Tercero, la coalición “Por Guanajuato al Frente” (PAN, PRD y MC) registró candidato a gobernador, pero le fue imposible preservar la uniformidad de la coalición en los municipios. Quiso mantenerla con los dos primeros partidos, pero el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, tanto en su sala regional como en la superior, revocó el acuerdo que el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato emitió, donde se avaló tal pretensión. Fue imposible para los partidos coaligados construir nuevos arreglos en el plazo de cinco días que se les otorgó, y decidieron registrar sus propias planillas municipales: 46 el PAN, 41 el PRD y 44 el MC.

Cuarto, la coalición “Juntos haremos historia” (Morena, PT y ES) ha sido exitosa en mantener su integridad. Registró un candidato a gobernador —un exalcalde de León expanista— y 44 planillas municipales. Morena buscará por su cuenta los ayuntamientos de Santa Catarina y Tierra Blanca. Eso le brinda cobertura estatal.

Quinto, el fenómeno de la transfusión de militantes de un partido a otro fue más fuerte que en procesos anteriores. Esta trashumancia respondió a criterios de oportunidad y conveniencia individuales, grupales y partidistas. Como dijo Francis Fukuyama a la caída del comunismo: hemos llegado al fin de la historia como lucha de las ideologías. En un mundo posmoderno la única lucha efectiva se da entre los grupos de poder, las élites.

La complejidad y la poca claridad de las ofertas serán los signos de esta competencia electoral. Los que formamos parte de los órganos administrativos electorales debemos constreñirnos a la operación de los procedimientos que garanticen la legalidad, la certeza y la equidad en la brega electoral. Será la ciudadana, el ciudadano, quien deberá hacerse cargo de las consecuencias de sus decisiones ante las urnas; por ello es doblemente necesario asumir una actitud de diálogo y exigencia para demandar la verdad a los actores políticos. Se requiere, como nunca, caudales crecientes de cultura cívica.

[email protected] – www.luis.rionda.net - rionda.blogspot.com – Twitter: @riondal