viernes. 19.04.2024
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Diario De Campo • De pueblo a ciudad • Luis Miguel Rionda

"Acámbaro jugó un papel trascendental para afianzar la colonización y pacificación, dando los primeros pasos para convertir con el tiempo a las antes agrestes tierras del Bajío volcánico acambarense en una nueva fuente de riqueza agrícola, ganadera y artesanal"
Diario De Campo • De pueblo a ciudad • Luis Miguel Rionda

El sábado 17 pasado participé en la presentación de un libro póstumo de mi padre, el maestro Isauro Rionda Arreguín. El libro se denomina Acámbaro: De pueblo a ciudad, 1526-1899. El texto fue publicado por la Asociación de Cronistas del Estado de Guanajuato, cuyo presidente, el maestro Gerardo Argueta Saucedo, cronista del municipio de Acámbaro, se encargó de la selección de los cinco artículos de fondo que lo integran, y que se habían publicado antes en diversos momentos y medios. La presentación se realizó en el salón de actos de la parroquia de San Francisco en Acámbaro. El rector del Santuario Mariano, Fray Javier Gordillo Arellano OFM, fue el cariñoso anfitrión de este evento, enmarcado en los festejos de los 496 años de la fundación de esa antigua ciudad de los magueyes. 

Mi padre fue un enamorado de Acámbaro, porque en esa localidad vivió en su tierna juventud; calculo que cuando tenía doce o trece años, entre 1946 y 1947. Las circunstancias que lo llevaron a Acámbaro forman parte del anecdotario familiar. Su breve estadía en esas tierras le dejó recuerdos hermosos, y a lo largo de toda su vida contó con amigos acambarenses que se encargaron de mantener vivo su amor por la gente y los panes de esta comuna sureña. Recuerdo en particular a un personaje entrañable, el doctor Luis Mota Maciel, fundador en 1973 del museo arqueológico que hoy lleva su nombre. Se trataron con mucha intensidad durante los tres años en que mi padre dirigió la política cultural del gobierno del estado entre ese año y el de 1977.

Mencionaba que el libro compila textos que se habían publicado en diversos medios. Algunos son de muy difícil localización, porque mi padre no discriminaba medios para su publicación: libros, revistas y periódicos, siempre con circulación restringida. Él era un investigador que no les tenía respeto a las publicaciones en exclusiva. Siempre consideró sus textos como sujetos de una evolución y revisión permanente; por eso sus productos se publicaron en diversos medios y en diferentes fechas. Esto lo hacía porque siempre introducía mejoras en las nuevas ediciones. Hoy día los investigadores estamos sujetos a rígidas reglas que nos ha impuesto la tradición académica de las ciencias duras y de tradición anglosajona. Mi padre era un artesano de la palabra, y escribía y reescribía sus textos, pues nunca quedaba totalmente satisfecho con los mismos. Nunca le quitó el sueño el prurito academicista de evitar republicaciones. Tenía más en común con los humanistas de los siglos XVI y XVII que con los científicos formalistas de la edad contemporánea. 

Afortunadamente, ahora tenemos reunidas las últimas versiones de cinco textos muy importantes, que exponen su visión personal del devenir de Acámbaro y Guanajuato. Forman una secuencia lógica que ayuda mucho a comprender el largo proceso de integración de la región del Bajío, y el papel articulador de Acámbaro durante los periodos prehispánico, colonial e independiente.

El primer texto, “Acámbaro indígena, colonizador y evangelizador en el siglo XVI”, describe los orígenes de ese asentamiento, que se remontan al lejano año de 1275, cuando apenas configuraba una pequeña aldea de naturales otomíes. Por ello esta localidad puede ser considerada una de las más longevas del territorio guanajuatense. El autor habla de una auténtica “refundación” española en 1526, como un asentamiento de frontera, que garantizaba la expansión colonial hacia el norte y la temida tierra de los chichimecas. 

Los grandes protagonistas de la expansión civilizatoria de los indios mesoamericanos y sus líderes hispánicos desfilan a lo largo de estas páginas. Acámbaro jugó un papel trascendental para afianzar la colonización y pacificación, dando los primeros pasos para convertir con el tiempo a las antes agrestes tierras del Bajío volcánico acambarense en una nueva fuente de riqueza agrícola, ganadera y artesanal.

Seguiré comentando en mi siguiente entrega. Entretanto puedes bajar el libro en: https://tinyurl.com/2zqefcdc

(*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León, Departamento de Estudios Sociales. [email protected] ­– @riondal – FB.com/riondal – https://luismiguelrionda.academia.edu/ –­ https://rionda.blogspot.com/