¿Influye el clima en el desarrollo de los países?

¿Influye el clima en el desarrollo de los países?

Quizás hayas oído la teoría de que los países donde hace frío se desarrollan más que los países donde hace calor. Por ejemplo, países como Alemania, Francia o Estados Unidos, lugares en los que hace frío, son
países desarrollados; mientras que países como México, Colombia o las repúblicas africanas, en los que hace calor, lo son menos. 

En España, las zonas más desarrolladas también están al norte, es decir, el País Vasco y Cataluña. En Italia pasa lo mismo: las ciudades más industrializadas son Turín y Milán. 

El fenómeno se explica de la siguiente forma: si vives en una zona donde hace frío, estás obligado a ser previsor y a planear tu futuro, pues necesitas arreglártelas para sobrevivir al invierno. Eso obliga a los
pueblos a planear y, por lo mismo, a administrar mejor sus recursos. En cambio, en los países donde hace calor, “al final, nadie se muere de hambre” y “basta con estirar la mano para encontrar comida”. 

De ahí se llega a otra conclusión básica: los pueblos de las zonas frías son trabajadores y los de zonas cálidas, perezosos. 

Sin embargo, si analizamos con más detenimiento las cosas, veremos que la regla no siempre se cumple. En Estados Unidos, los dos estados más ricos están al sur, es decir, California y Texas; y en México sigue siendo
el Altiplano Central, el eje Guadalajara - Puebla, la zona más desarrollada. 

En la antigüedad, en Europa, la norma tampoco se cumplía. La civilización no estaba al norte del continente, sino al sur o, mejor dicho, alrededor del Mediterráneo: Grecia y Roma —y Cartago antes de que la arrasaran
los romanos— eran los pueblos más desarrollados. Unos siglos antes también estuvieron los Fenicios, inventores del alfabeto y grandes navegantes. En cambio, los pueblos del norte, esto es, los Francos
(Francia), los Helvecios (Suiza), los Belgas (Bélgica), los Britanos (Inglaterra) y los Germanos (Alemania) eran llamados despectivamente “bárbaros”. Los llamaban bárbaros porque, para los griegos, los corpulentos rubios del norte no sabían hablar, sino solo balbucear. Solo sabían decir “bar, bar, bar…” sin llegar nunca a concebir ideas más profundas. 

Y en parte tenían razón. Mientras en Grecia y Roma se producían joyas literarias como la Ilíada, la Odisea o la Eneida, los antiguos alemanes y franceses se dedicaban a perseguir osos y a pescar salmones. No tenían,
ni de lejos, el refinamiento de Grecia o Roma. 

En la antigua Norteamérica las cosas no eran muy distintas. Las dos principales culturas, los Aztecas y los Mayas, eran muy superiores a las culturas del norte, como los Cherokee, los Cheyenne o los Sioux (sí, son
culturas, no camionetas). 

Es más, en la antigüedad, la norma era prácticamente al revés que ahora y se podía explicar también así: si vives en una zona fría, nunca llegarás a ser un pueblo desarrollado porque estás tan preocupado por sobrevivir,
que no te queda tiempo para sutilezas… 

¿Entonces? La pregunta que atraviesa todas estas líneas aún no se ha respondido: ¿de qué depende que unos pueblos se desarrollen más que otros? Como hemos visto, no depende del clima. ¿Entonces?
Tendremos que buscar la explicación en otra parte. De eso hablaremos la próxima semana.