Mujeres y Arte • Las mujeres muralistas • Mónica Muñoz

La ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y Ciudadanos deben participar en su formación personalmente o por medio de sus representantes. Debe ser la misma para todos; todas las ciudadanas y todos los ciudadanos, por ser iguales a sus ojos, deben ser igualmente admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según sus capacidades y sin más distinción que la de sus virtudes y sus talentos.
Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, 1791. Olympe de Gouges.
El primer obstáculo que tiene que vencer la mujer pintora es la vieja creencia de que la mujer sirve sólo para el hogar… cuando logra convencer a la sociedad que ella también puede crear, se encuentra con una gran muralla de incomprensión formada por la envidia o complejo de superioridad de sus colegas; después vienen los eternos improvisados críticos de arte, que al juzgar la obra de una pintora casi siempre exclaman: ¡Para ser pintura femenina… no está mal!. Como si el color, la línea, los volúmenes, el paisaje o la geografía tuvieran sexo.
María Izquierdo
El muralismo fue un movimiento artístico que se desarrolló en México en las primeras décadas del siglo XX. Inició alrededor de 1920 y continuó hasta 1970, transformando la percepción del arte mexicano dentro y fuera del país. Se hicieron maravillosas obras murales que proporcionaron prestigio a nuestro país, otorgándole un lugar importante en la historia del arte universal.
El tema permite reflexionar sobre cómo se fue dando ese cambio, por ejemplo, de cuando lo popular todavía no era talaquí, y simplemente se le denominaba cultura indígena o folclore, mientras que en Europa, el estudio de lo popular fue un tema de interés en el siglo XVIII, y quienes buscaron estudiarlo fueron las personas "educadas". Quienesaportaron mucho fueron los románticos en el siglo XIX, al impulsar el estudio del folclore exaltando, frente al intelectualismo, los sentimientos y las maneras populares. Es entonces cuando el tema del folclore toma mucho interés y curiosidad en Inglaterra, Francia, e Italia, y lo popular entróen el horizonte de la investigación. Bajo la influencia y herencia positivista, se buscó conocer sobre los mitos y leyendas, las fiestas y las artesanías, los hábitos y las instituciones.
Pensar en el tema del muralismo también lleva a reflexionar sobre lo que se entendió por mexicanidad en esa época, pues terminada la Revolución Mexicana, las preguntas esencialesfueron: ¿Qué significa ser mexicano? ¿Sentimos orgullo del pasado indígena? Todo esto hace referencia a los rasgos culturales que nos identifican como mexicanos.
Como referente, hay un antecedente interesante: en 1921, Gerardo Murillo, el Dr. Atl, publicó una obra titulada: “Las Artes Populares en México”, donde exponía y explicaba elvalor estético, sus técnicas, modelos y estilos que constituían la cultura popular. El arquetipo mexicano, visto a través de la mexicanidad indigenista, llega con la lucha de Revolución de 1910, y a partir del gobierno de Plutarco Elías Calles (1924-1928) se crean los arquetipos del “charro mexicano” y de la “Adelita”.
También es importante mencionar que en 1920, José Vasconcelos impulsó una política cultural desde la Secretaría de Educación Pública, promoviendo gran cantidad de programas a partir del Departamento de Bellas Artes, del quedependía la administración de museos, y propició el trabajo de las decoraciones murales. Además, se impulsó, unsistema pedagógico que marcó determinantemente el rumbo de México en la formación de una cultura nacional.
El muralismo surge como un intento de acercar el arte al pueblo. Con sus obras, logró capturar algunas de las problemáticas sociales y políticas del país, pero también mostró nuestra rica cultura mexicana, única. Alrededor de los años treinta ya estaba consolidado. Por esos años se realizó la exposición Art in México en el MetropolitanMuseum of Art de Nueva York (MOMA), que incluyó arte prehispánico y virreinal, además de obras de Rufino Tamayo, Diego Rivera, José Clemente Orozco, entre otros, logrando elevar la percepción sobre la calidad plástica y el prestigio de los artistas mexicanos en el ámbito internacional. Fue un movimiento con repercusión en todo el continente americano y posteriormente generó nuevas tendencias artísticas, aportando una manera inédita de entender el arte moderno.
Mujeres muralistas
Por lo tanto, los nombres de los muralistas Diego Rivera, Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros ya son más que conocidos, pues todos ellos participaron en diversos proyectos en Estados Unidos. ¿Pero hubo mujeres muralistas? ¡Desde luego! Sin embargo, el muralismo fue vinculado con el género masculino, igual que la escultura, debido al esfuerzo físico que requiere. Es importante señalar que en esa época no era común ni bien visto que una mujer decidiera vivir del arte y dejar el hogar, pues ese ambiente era entendido como una vida de libertinaje.
La primera muralista mexicana fue Aurora Reyes(Chihuahua, 1908) con su mural “Atentado a las maestras rurales” (1936). Ella misma se autoasignó y difundió así en varias ocasiones, en vista de que las mujeres que la habían precedido “eran gringuitas”. Aunque Aurora no se declaró feminista, sus ideas parecen precursoras del feminismo en México; una de sus acciones fue apoyar el derecho de la mujer al voto. Un dato interesante en relación con esto: es hasta 1955 cuando las mujeres acuden por primera vez a las urnas para emitir su voto (nuestro país figura entre los últimos de Latinoamérica en hacerlo, junto con Honduras, Nicaragua, Perú, Colombia y Paraguay).
María Izquierdo
Otra figura relevante es la pintora María Izquierdo (1902-1955), oriunda de San Juan de los Lagos, Jalisco, quien se casó a los 14 años con un militar mucho más grande que ella, de quien después se divorció. Divorciarse no era bien visto por la sociedad en esos años; aun así, nada le impidió ingresar en la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), de la que Diego Rivera era director, y quien se fijó en el trabajo de la artista. La primera exposición individual de María se realizó en la Galería de Arte Moderno del Teatro Nacional, actual Palacio de Bellas Artes. Posteriormente, fue invitada a exponer su obra en el Art Center de Nueva York, donde ya habían expuesto Rufino Tamayo y José Clemente Orozco. Después, aprovechando su estancia, el curador René d’ Harnoncourt decidió incorporarla en la exposición Mexican Arts (de arte popular y pintura), organizada por la American Federation of Arts, en el Metropolitan Museum.
Izquierdo es contratada en 1945 por el jefe de Departamento del Distrito Federal para pintar un mural en el cubo de la escalera principal del antiguo Palacio del Ayuntamiento,noticia que trascendió a todos los medios. Sin embargo, a los pocos meses de efectuarse el proceso le cancelan el contrato,y en compensación, le ofrecieron pintar los muros de cualquier escuela o mercado, con menor carga política. Para ello influyeron las críticas negativas emitidas por Rivera, Orozco y Siqueiros, logrando que el jefe del entonces Departamento del Distrito Federal, Javier Rojo Gómez, cancelara el contrato. Ellos aludieron a que María “estaba poco ejercitada en la práctica del fresco, por lo que era preferible cambiarla a algún otro edificio de menos importancia”, recoge Dina Comisarenco en su libro Eclipse de siete lunas. Mujeres muralistas en México (Comisarenco, 2017).
Sin dudarlo, María se quejó y denunció esto y llegó a expresar:
El primer obstáculo que tiene que vencer la mujer pintora es la vieja creencia de que la mujer sirve sólo para el hogar […] cuando logra convencer a la sociedad que ella también puede crear, se encuentra con una gran muralla de incomprensión formada por la envidia o complejo de superioridad de sus colegas; después vienen los eternos improvisados críticos de arte, que al juzgar la obra de una pintora casi siempre exclaman: "¡Para ser pintura femenina… no está mal!". Como si el color, la línea, los volúmenes, el paisaje o la geografía tuvieran sexo.
María Izquierdo muere en 1955 a causa de una embolia, y en un entorno de pobreza. No obstante, es importante recalcar la importancia del rol de las mujeres en el arte, pese a que la sociedad patriarcal las opaque y silencie. Otras mujeres muralistas fueron: Isabel Villaseñor, Elena Huerta, Electa Arenal, Margarita Torres, Juana García de la Cadena, Rosario Cabrera y Rosa Rolando, Olga Costa, Rina Lazo,Fanny Rabel y Remedios Varo. En la década de 1960 las artistas muralistas que tomaron el relevo fueron: Elvira Gascón, Electa Arenal, y las que participaron en el proyecto del Museo Nacional de Antropología, como Leonora Carrington.
Reflexiones
El tema permite observar cómo ha ido evolucionando el papel de la mujer artista en el contexto mexicano. También sobre la competencia, igualdad o equidad en el área laboral, si gana más un hombre que una mujer, o si persisten los celos o envidias profesionales hacia la labor de las mujeres artistas.
Según datos de la Encuesta nacional de Género de la UNAM, persiste la idea de que el hombre gane más que la mujer en 34,7%. Y que, por salud matrimonial, la mujer debe ganar menos que el hombre: 27,9% de los hombres y 15,6% de las mujeres. Sobre el ser hombre o ser mujer: Al hombre se le continúa percibiendo con el trabajo (33.1%), la fuerza (25.3%), el valor (14.4%), proveedor (13.6%), machista y mujeriego (7.3%), violento (4.7%). No se identificaron desventajas en ser hombre, salvo la incapacidad de procrear. Desventajas de ser mujer: discriminación, desigualdad y biología.
¡Sin duda un gran avance es ir reconociendo y reivindicando el trabajo de las mujeres muralistas!