Diacrónica Parlamentaria • Gritos y debate sobre la GN en seguridad pública • Velio Ortega

Guanajuato, Gto., 3 de noviembre de 2022.- Hacía rato que el Congreso del Estado no vivía el ambiente de grito y sombrerazo. Esta vez, la bancada panista cumplió su derecho al pataleo político al votar a favor del dictamen que rechazaba la ampliación de la presencia de fuerzas militares federales en tareas de seguridad pública, planteada a nivel federal por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el que hizo pagar la afrenta con el acarreo de militantes que con consignas, mantas y pancartas rompieron la rutina en la sesión de este jueves.
Aunque la discusión ya no tiene consecuencia jurídica, pues desde hace más de una semana ya 17 de los 32 congresos estatales votaron a favor de la reforma, lo debatido en el congreso local tuvo un significado político al ser Guanajuato el primero en votar en contra.
Otro dato significativo es que, además de la bancada morenista, la bancada del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y tres de cuatro priistas votaron en contra del dictamen avalado por el panismo y, en consecuencia, sufragaron a favor de que las fuerzas federales sigan con su labor policial hasta 2028.
El antecedente
Desde el 18 de octubre, la propuesta de reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para que las fuerzas federales y la Guardia Nacional continúen en las calles con labores de policía civil hasta 2028.
La participación de fuerzas federales en asuntos de seguridad pública en estados y municipios fue avalada por el Congreso de la Unión en 2019 como una condición del bloque opositor. Un artículo transitorio del proyecto de decreto establecía la permanencia de Ejército, Marina y Guardia Nacional hasta marzo de 2024 con el acuerdo de la profesionalización y mejora de las policías estatales y municipales.
Sin embargo, a principios de septiembre, Morena y sus aliados (Partido del Trabajo –PT- y PVEM) adujeron que las policías estatales y municipales son ineficientes y estaban bajo control de la delincuencia organizada y por tal razón el Guardia Nacional y las fuerzas armadas deberían continuar hasta 2028.
Originalmente, el bloque opositor integrado por PAN, Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido de la Revolución Democrática (PRD) así como Movimiento Ciudadano (MC) se manifestaron en contra. Se requería el voto de las dos terceras partes de las cámaras para su aprobación.
En esos momentos había una campaña en contra del dirigente nacional priista, Alejandro Moreno, y un sector de su partido, al igual que una parte del PRD, se sumó a la 4T y la propuesta avanzó tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. El siguiente paso era ser aprobada por al menos 17 de los 32 congresos locales.
El PAN y MC se mantuvieron en su postura, pero no pudieron evitar que para finales de octubre ya 17 congresos locales aprobaran la reforma.
Turno para Guanajuato
La propuesta de reforma ya estaba definida cuando a finales de octubre llegó a Guanajuato. Con trámite inmediato, la mayoría panista lo envió a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.
El asunto, finiquitado a fin de cuentas, sólo sirvió para el debate partidista: morenistas para exhibir el elevado número de homicidios y delitos comunes en Guanajuato, panistas para responder con números de cómo la inseguridad permea en casi todo el país.
Fue la oportunidad para que siga la postura convencional de “echarse la bolita” mutuamente en materia de seguridad en el estado.
Con el voto azul en contra, el dictamen llegó al pleno y le tocó su turno en el punto 16 de 24.
Poco a poco fueron llegando militantes morenistas, con su secretario general, Jesús Ramírez Garibay, al frente. Comenzaron a sacar mantas y armar pancartas mientras la sesión seguía.
Se anotaron originalmente tres oradores a favor: Alma Alcaraz, de Morena; Alejandro Arias, del PRI; y Gerardo González Fernández, del PVEM.
Y tres en contra: Rolando Fortino Alcántar, por el PAN; Yulma Rocha, por el PRI y Dessire Ángel Rocha, por MC.
El asunto tomó color cuando el resto de la diputación morenista pidió anotarse para hablar en contra del dictamen. Como el reglamento dice que los debates deben ser de tres contra tres máximo y que la mayoría debe decidir si se amplía la discusión, los azules votaron en contra.
Y entonces ardió Troya y la concurrencia rompió en gritos y consignas, arengados por la bancada morenista. Desde la clásica “¡es un honor estar con Obrador!”, hasta pasar por el “¡Fuera Zamarripa!”. El presidente de la mesa Directiva, Martín López Camacho, estableció un receso hasta esperar que la hinchada morenista amainara sus ímpetus.
Una ruidosa tribuna de unas cien voces gritaba “¡No están solos!” a una bancada morenista que con un par de mantas había tomado la tribuna, mientras que en las curules y en la mesa directiva no había nadie.
La concurrencia se vio pobre en calidad de consignas para exigir que tooooooda la bancada de Morena pudiera hablar. La mejor de ellas fue la de “PAN de muerto”. Ya no hacen a los manifestantes como antes.
Tras un receso de más de media hora, las y los diputados regresaron a sus lugares y la sesión continuó.
Alma Alcaraz no quiso hacer cumplir su turno como una forma de presión para que hablaran sus compañeros, pero anda, el presidente de la mesa se mantuvo impasible a pesar del griterío. Alejandro Arias hizo el uso de la voz para hablar de por qué su partido iba a votar por la continuidad de la Guardia Nacional en las calles hasta 2028, con la condición de fiscalizarla y de dar más apoyo a las policías locales. La concurrencia creyó que se oponía y durante sus diez minutos de exposición se la pasaron gritándole. Lo más bonito que le dijeron fue “prianista”.
Arias dio seguimiento a lo que horas antes su dirigente estatal, Ruth Tiscareño, había anunciado en rueda de prensa por la mañana: el PRI apoyaba a la 4T en ese tema a cambio de una iniciativa de ley para fiscalizar a la GN y profesionalizar a las policías civiles.
Finalmente, los morenistas recurrieron al esquema de “rectificación de hechos” para hacerse del micrófono, exponer sus datos a favor del gobierno federal, en contra del estatal y acusar a los panistas de no querer debatir. Uno ano, fueron azotando con gráficas y farses a un panismo que sólo intentó una tibia defensa en voz de Rolando Alcántar. Finalmente, dejaron a los morenistas desahogar sus penas. La postura de los panistas fue de apechugar gritos en las gradas y números (a veces hasta contradictorios) desde las curules.
La postura más interesante fue la de Yulma Rocha, que tuvo voto diferenciado en su partido.
Señaló que las fuerzas federales están en las calles desde hace años, pero que ni las policías locales ni las fuerzas federales han sido eficientes en su lucha contra la delincuencia.
Propuso que la participación de la GN en la seguridad pública sea complementaria y a la par con las autoridades civiles.
Afirmó que la participación de fuerzas federales en los municipios “ha originado autoridades comodinas” que “para todo llaman a la Guardia Nacional”.
Y agarró parejo: los delitos han aumentado desde 2006; que Calderón no pudo con su policía federal, que Enrique Peña Nieto no pudo con la Gendarmería y López Obrador no puede con la Guardia Nacional. El respetable del graderío se le echó encima con esto último.
Reconoció que la votación del día ya no tiene consecuencia jurídica, pues ya está aprobado a nivel nacional, pero sí política.
Consideró que falta un marco jurídico que regule la actuación de las fuerzas federales, que ya desde hace años la Corte consideró inconstitucional la participación de ejército y otras fuerzas federales en seguridad pública.
Lo que se debería estar discutiendo, destacó, es un plan de retiro paulatino de las fuerzas federales. Añadió que en Guanajuato este tema debe ser aprovechada para construir condiciones para mejorar: “que sirva este debate y esta coyuntura para que, aparte de los reclamos legítimos a la federación, hagan cambio de estrategia en materia de seguridad”.
Su voz se perdió en el griterío dela gente de Morena.
Finalmente, 22 votos a favor del dictamen de rechazo a la propuesta federal: 20 del PAN, 1 del PRI y 1 de MC. Del otro lado fueron 13: 8 de Morena, 2 de PVEM y 3 del PRI.
Unos y otros cumplieron con el ceremonial y esta vez ruidoso derecho al pataleo: el PAN ante la arrolladora federal y los morenistas y su porra ante la aplanadora panista.
Hubo cinco iniciativas y otros puntos aprobados, pero serán tema para narrarse “Desde las Enredaderas”.
La gente de Morena se retiró con su “¡Es un honor…!”, satisfechos, junto con sus diputados, por “haber puesto en su lugar” a “asesinos”, “corruptos” y “traidores a la patria”. Los panistas se quedaron con el gusto de abollar el triunfo federal. Cada quien se quedó con su orgullo por “ganar” y su coscorrón por perder ante su adversario.
