Es lo Cotidiano

Tres anécdotas singulares del futbol mexicano

Pablo E. Montes Palomares

Tres anécdotas singulares del futbol mexicano

                               “México ha ido a 14 mundiales por posición geográfica, no por calidad”

                  José Ramón Fernández

 

Desde que FIFA había anunciado la sede del mundial de 1990, la expectativa de la fanaticada mexicana estaba deseosa de ver a su selección en el torneo internacional, mismo que se llevaría a cabo en Italia. Jugadores de la talla de Hugo Sánchez o Manuel Negrete, se mostraban en sus mejores momentos y se antojaba pudieran tener una excelente participación en la copa. Se habían jugado ya algunos partidos de preparación y las selecciones inferiores se preparaban para la Olimpiada del 88  y el mundial Juvenil del 89.

En el marco de las eliminatorias para el torneo mundial juvenil, México disputó partidos frente a los seleccionados de Guyana y Guatemala, saliendo triunfante de todos sus partidos. Las sospechas de que el equipo juvenil tenía algo extraño, iniciaron en la curiosidad de un periodista. Antonio Moreno, quien laboraba junto con José Ramón Fernández en la extinta Imevisión, tuvo la suspicacia de indagar sobre las edades de algunos de los futbolistas registrados por la Federación Mexicana, consultando un anuario emitido por el mismo ente futbolístico, en donde se dio cuenta de que las edades de cuatro de los jugadores rebasaban los 20 años reglamentarios.

El escándalo no se hizo esperar y la Federación Guatemalteca denunció el acto exigiendo un castigo para México, la Concacaf emitió un veredicto y descalificó a México de las Olimpiadas y del Mundial Juvenil. Los federativos, en su afán de negar los hechos, pidieron la mediación de la FIFA, confiados de que a través de Guillermo Cañedo, quien era cercano a Joao Havelange, presidente del organismo, les sería reducido el castigo.

El resultado fue todo lo contrario. La FIFA no sólo confirmó el castigo, sino que lo aumentó, negando la participación de todas las selecciones en cualquier competición internacional durante dos años, motivo por el cual México dejó de asistir al mundial de Italia 90. Y así se perdió la oportunidad de ver el despliegue de juego que seguramente nos hubieran podido regalar las figuras mexicanas de aquella época. Dicha participación se perdió en el escritorio y no en la cancha como debió haber sido.

Desde que se inició la era profesional del futbol en México, han existido diversos equipos que dotan a la liga de un sabor muy peculiar. Más allá de los clásicos equipos ya consagrados, se puede hablar de Zacatepec, la Piedad, los Atletas Campesinos o los Correcaminos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Estos últimos son considerados como un equipo histórico dentro de nuestro futbol, e incluso hay nostálgicos que aún esperan el regreso de los tamaulipecos a las canchas de la primera división.     

Hacia las primeras temporadas de la década de los 90, los Correcaminos militaban aún en la categoría estelar del futbol. Habían debido sortear diferentes dificultades para mantenerse en el máximo circuito. Así llegaron a la temporada 1993-94,  donde pelearon en cada partido la permanencia, que finalmente llevaría al Querétaro a las divisiones inferiores. Los tamaulipecos celebrarían en grande el último encuentro del torneo, que disputaron frente al América en su estadio, Marte R. Gómez. 

El 3 de abril de 1994 al medio día se jugó el partido. Ambos equipos saltaron al pasto y se dio inicio el encuentro sin ningún contratiempo, el transcurso del mismo fue normal hasta el minuto 62, cuando el marcador se mantenía empatado a un gol. En ese momento el técnico Jesús Bracamontes anunció un cambio: debutaría a un jugador de 44 años de nombre Humberto Filizola. 

Debut y despedida durante un mismo partido, el personaje era ni más ni menos que el rector de la UAT, quien en su capricho por cumplir un sueño de jugar en primera división, convenció al técnico de que lo alineara en un partido y que mejor frente al América. Durante 28 minutos espectadores y televidentes no daban crédito a lo que veían, mucho menos cuando Filizola estuvo a punto de anotar un tanto, que de haberlo conseguido les daría el triunfo a los Correcaminos, así se plasmo una anécdota curiosísima de nuestro futbol.

Los equipos que han militado en los diferentes torneos de liga han sido de todos los colores y filiaciones, algunos han permanecido en el profesionalismo desde siempre y otros ha tenido un paso efímero. Este es el caso de los Colibríes de Cuernavaca, un equipo que desde sus inicios dio de que hablar hasta el último minuto de su existencia. Situaciones de lo más extravagantes rodearon toda la existencia de este club.

El año de 2002 es el que se marca como el inicio de la aventura de los Colibríes en el máximo circuito, el empresario Jorge “Capi” Rodríguez Marié, a través de la compra de la franquicia de los Toros de Celaya, hacía realidad la idea de los Colibríes de Cuernavaca. La FMF dio su anuencia para que el equipo disputara sus partidos en el estadio Mariano Matamoros de Xochitepec, un inmueble que no cumplía con los lineamientos establecidos por la misma federación.

Aun bajo las circunstancias desfavorables del inmueble, como el que pasara el Río Apatlaco por un costado de la cancha, debutaron como locales durante la segunda jornada del torneo después de arrebatar tres puntos a los Pumas en su propia casa, por marcador contundente de 0 a 3. Para sorpresa de todos, en su estreno como locales nuevamente ganaron a unos Tecos desangelados, llegando así a la jornada cuatro como líderes de la a tabla e invictos. 

En una sola temporada hicieron tres cambios de técnico; el primero fue resultado de la renuncia de Carlos Trucco, aun antes de iniciar el torneo, dándole la responsabilidad de dirigir al equipo a Sergio Rubio, un desconocido en el futbol nacional, que sin embargo dejó boquiabiertos a variaos aficionados después del debut antológico de los morelenses. Más tarde, después de una mala racha, Rubio sería cesado para que Zlatko Petricevic, un viejo conocido del futbol mexicano, tomara las riendas del equipo, cargo que ocuparía por tan solo dos semanas.

La renuncia de Petricevic originó el regreso del Sergio Rubio al banquillo, después de que la directiva colibrí arguyera un recurso en el reglamento de la FMF, que no permitía a un técnico cesado volver a dirigir durante el mismo torneo. Los directivos argumentaron que Rubio nunca fue despedido, sino solo relegado a auxiliar técnico, de esta manera pudo volver a ocupar el cargo.

Triunfos y derrotas llevaron a que los Colibrís fueran noticia cada fin de semana, los medios esperaban que además ofrecieran un dato extra de que hablar. Al parecer los problemas económicos en el club eran tan fuertes que los jugadores y cuerpo técnico no cobraron durante un largo periodo, a decir de Sergio Rubio, se habla de que en alguna ocasión la casa de Claudinho, jugador brasileño del club,  sirvió como lugar de concentración previo a un partido.

Así, los Colibrís  llegaron al final del torneo, no solo con problemas económicos, sino también con el descenso a cuestas. La última jornada enfrentaría a los Jaguares de Chiapas vs los Tecolotes de la UAG y a Colibríes  vs Cruz Azul; Jaguares y Colibríes estaban obligados a sacar el triunfo para conservar la categoría. Ambos partidos mantuvieron en el borde del asiento a los aficionados, más aún cuando casi se cumplían los 90 minutos reglamentarios y en ninguno de los cotejos se había marcado un gol.

El empate de ambos cotejos regalaba la permanencia a Colibrís, sin embargo a tres minutos de terminar el encuentro entre Jaguares y Tecolotes, los primeros anotaron el gol que los salvaría. Situación que no se dio a conocer en el estadio Matamoros, por el contrario el sonido local anunció la igualada a cero goles en ambos cotejos, lo que originó una inusitada celebración por parte de jugadores y la afición morelense. Los jugadores se marcharon al vestidor contentos, la afición abandonó el Mariano Matamoros y se retiraron a sus casas en un ambiente festivo, sin embargo la realidad era otra, los pajarillos morelenses eran el equipo descendido, situación que marcó su desaparición definitiva como equipo de futbol.

Cachirules en torneos oficiales de FIFA, rectores deseosos de pisar una cancha durante un partido profesional y equipos anecdóticos son algunos de los detalles que nos regala el futbol azteca. Uno de los más peculiares a nivel mundial, quizá no son los únicos acontecimientos curiosos  que se han dado a lo largo de la historia, pero puede que éstos nos den un ejemplo de los singular que es nuestro balompié. 


Fuentes:

 http://www.futbolsapiens.com/lacostranostra/los-cachirules/      

https://www.youtube.com/watch?v=Mykq-OAt3Uc   

http://www.mediotiempo.com/futbol/mexico/noticias/2013/05/17/colibries-una-historia-sui-generis-en-primera-division