Tercero
Y yo le temo a
Las alambradas
Los caminos que atraviesan los parques
La carne
El cúmulo
“Las mujeres impuras de corazón viven más tiempo que las alambradas pero menos que los caminos que atraviesan los bosques”
“Las calles están llenas de la corriente polar como la carne de los cuerpos”
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Mis piernas se abren con el baile y con los labios de todos los hombres del mundo
Mi boca de niño le dice a tu boca que puede
Y yo esperaba plantar mi voz sobre tu pecho
Mi muro no tiene voz mi muro no tiene voz mi muro
Todos los colores se estrellaron en nuestro cuerpo
Mi cama cabe perfecto en tus meditaciones de cadenas y peces
Mi nariz cabe también
Todos los materiales que ocupan las alambradas comparten propiedades de cariño y tormenta
Todas tus tormentas me entraron en el cuerpo de noche
Yo te ofrezco mis carnes para que detengas el paso de los demás y levanto el polvo en tu honor para ver si nos necesitamos
Me das rabia
Me das calor
Todavía me queda algo de tu calor en las entrañas y me pongo las manos abiertas como hojas me las pongo en el vientre me las pongo y siento el calor de tú líquido por dentro y no siento los cuerpos de los otros
Y los otros llegan y dejan el cuerpo y el cuerpo tiene calores por dentro
Los otros no saben levantar las sábanas comunes y nadar en ellas mientras me ahogo queriéndote más que a todos los hombres del mundo
(Del libro Cardenales)
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Arturo Ramírez Lara. Chihuahua, Chihuahua, 1979. Vive en Ciudad Juárez.