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GUÍA DE LECTURA

'El corazón es un resorte', de Pablo Boullosa

Jaime Panqueva

'El corazón es un resorte', de Pablo Boullosa
'El corazón es un resorte', de Pablo Boullosa
'El corazón es un resorte', de Pablo Boullosa

Recuerdo que mi profesora de español durante varios años del bachillerato, la señora Plazas, decía que los libros que valían la pena estaban llenos de anotaciones, subrayados y páginas dobladas en sus puntas. No sé qué diría ahora con los libros electrónicos porque la facilidad de resaltar secciones ad libitum y trasladarlas luego a un procesador de texto es tan atractiva como apabullante. De mi recomendación de esta semana, uno de los mejores ensayos que he leído en meses, debo comentar que por esa costumbre aprendida de mi antigua maestra obtuve 31 páginas de citas, más de 13.000 palabras, casi otro libro... Y esto lo comento porque es muy probable que lo escrito en este breve espacio se quede muy corto ante la amplitud de miras de El corazón es un resorte (Taurus, 2017).

Y traigo a colación a la querida señora Plazas porque gracias a ella y al trabajo de otros profesores que he tenido a largo de la vida (mis padres incluidos) le agarré gusto a aprender y a fascinarme por esa inagotable materia que llamamos conocimiento... Ars longa, vita brevis enuncia varias veces Boullosa, que sin prisa ni pausa busca deleita, enseña y mueve al lector a través y hacia el conocimiento con una visión que refresca el gusto por el saber clásico y que no teme ingresar a asuntos tan urgentes, y a la vez tan evadidos por las letras actuales, como la moral y la ética.

Aunque la extensión del título puede quizás distraer (El corazón es un resorte. Metáforas y otras herramientas para mejorar nuestra educación) y hacernos pensar que se trata de un libro escrito en exclusiva para maestros, su contenido generoso en referentes, inteligente en el discurso y ameno en su discurrir tiene la capacidad de influir en todo lector. Para mí fue de gran ayuda, pues me sirvió para refrescar esa voluntad de contar historias, que a veces patina al leer mucho de lo que se escribe en nuestros tiempos y rumbos.

Boullosa desde la convicción profunda de que los libros son capaces de transformar nuestra sociedad, con el optimismo de los grandes visionarios, con erudición y calidez, nos invita a abordar con absoluta seriedad y desde el plano personal la única posibilidad de transformación pacífica que tiene nuestra sociedad: mejorar nuestra educación. Pero no la educación puramente académica, sino aquella que tiende al crecimiento del individuo por medio del cultivo de la virtud y del desarrollo de su imaginación e inteligencia a través de lenguaje, que tenga efectos positivos en nuestra sociedad y nos permita pensar y construir un futuro mejor.

Un resorte para el corazón, una inyección de optimismo que recomiendo y despido con esta cita:

“...no veo cómo el pesimismo, el fatalismo y la melancolía puedan considerarse como virtudes intelectuales o, peor todavía, morales. La mayor virtud que podría señalar en el pesimista que no practica la crítica inteligente (es decir, la crítica que ha elegido bien sus metas) sería la humildad de hacerse a un lado y no estorbar a quienes tenemos ganas de construir y de educar.”

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