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LA ESTUPIDEZ HUMANA PRESENTA... [II]

No sólo el humano es estúpido / José Luis Justes Amador

La estupidez humana presenta... [II]
Tachas 372
No sólo el humano es estúpido / José Luis Justes Amador

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17. Parece, aunque paradójico, que la inteligencia es necesaria para la estupidez. En otras palabras, sólo quien es capaz de pensar es capaz de des-pensar o a-pensar.


18. La mayoría de las meteduras de pata verbales son, sin más, estupideces. Releo la frase y descubro que la inversa también podría ser cierta. Cuando la inteligencia no está antes de la lengua todo puede salir mal.


19. ¿No es una estupidez preguntarle a alguien a quien no se ve hace tiempo “y tú esposa, ¿cómo está?”, sin saber que apenas hace unos días acaban de terminar su largo y cansado proceso de divorcio? ¿O despedirse de alguien, conocido, enviando saludos para su madre o padre, sin saber que los dos han fallecido la semana anterior en un accidente de tráfico? Los ejemplos, y estoy seguro de cada lector tendrá los suyos, podrían multiplicarse hasta el infinito.


20. ¿Es la ignorancia lo contrario a la estupidez? ¿Con más inteligencia podríamos evitar la estupidez? (Obvio aquí, por falta de espacio, porque no es nuestro tema y porque la respuesta es imposible, la pregunta sobre qué es la inteligencia).


21. ¿Todas las preguntas estúpidas del punto 19 podrían haberse ahorrado si el interlocutor hubiera tenido todos los datos?


22. La respuesta más obvia, la primera que a uno le viene a la cabeza, es que sí.


23. Entonces, por lógica, a más datos, a más información, a más “inteligencia” (entre comillas, como la realidad de Nabokov)  menos posibilidades de decir estupideces.


24. ¿A quién en su sano juicio se le ocurriría recomendarle a otra persona a la que acaban de diagnosticar cáncer, que pruebe remedios como unas piedras que aplicadas en el lugar correcto pueden hacer que la enfermedad desaparezca, o que acuda a unas cuantas sesiones de hipnosis para hacer una regresión a cuando el cuerpo aún no estaba invadido de células malignas y poder así curarse? Parece que a nadie.


25. Excepto a Facebook.


26. Lo explicó en un artículo en el New York Times Anne Borden King quien, tras anunciar en un post de la red social que tenía cáncer, sufrió una invasión de anuncios de terapias alternativas para la enfermedad. Facebook que la había “taggeado”, aunque parece habérsele olvidado (¿olvidado?) que Anne era también la responsable y líder de, al menos, dos grupos de científicos contra la desinformación médica y contra las curas alternativas.

27. No, la inteligencia, y menos la artificial (suponiendo que podamos llamarla “inteligencia”), no es la respuesta.


28. En septiembre de 2017, ProPublica, como parte de un experimento, pidió ayuda a la inteligencia artificial de Facebook para promover un producto para usuarios antisemitas. El proceso, totalmente automatizado, le preguntó que si querían incluir personas que entraran al menos en una de las siguientes categorías: German Schutzstaffel, odiador de judíos, gente que había buscado “cómo quemar judíos” o “por qué los judíos han arruinado el mundo”.  Ante la respuesta afirmativa de los investigadores, la respuesta de la “inteligencia artificial” fue positiva: “¡La selección de tu audiencia potencial es muy buena! Audiencia potencial: 108,000 personas”.


29. Si, como afirmaba Engels, “La ciencia es una historia decreciente de errores”, parece que la estupidez podría ser una historia creciente, cada vez más, de errores.


30. Y en esa maravillosa fuente inagotable de estupidez que es twitter hoy tenemos a alguien que, según él, tiene un coeficiente intelectual más alto que el nuestro: Lo siento por los perdedores y los que me odian, pero mi coeficiente intelectual es uno de los más altos y lo saben. Por favor, no se sientan estúpidos o inseguros. No es culpa suya”.


31. No sé qué asusta más, si la “inteligencia” ayudada por la “inteligencia artificial” (¿no pudieron descubrir que era una fake news o bulo?) o los ciento cincuenta y cinco mil likes.




***
José Luis Justes Amador (España, 1969) es filólogo con un posgrado en Cambridge sobre poesía inglesa contemporánea. Sus publicaciones más recientes son "99" (2019, UAA) y "El poeta, enamorado, escucha 'The Velvet Underground and Nico'" (2018, IMAC).

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