Tachas 315

Miguel Gylmar, la belleza en la sinceridad del trazo

Nombre compuesto en homenaje a Miguel Bosé y a un portero de la selección brasileña de los años 70, Miguel Gylmar Meza, el jóven ilustrador Libra con ascendente en Escorpio (fanático de los raspados de vainilla y los Gremlins) cuenta con influencias directas de los programas de televisión de los 90 y por lo tanto, su educación estética corre a cargo de personajes como Jhon K y su mítico Ren y Stimpy. También se considera influenciado por caricaturas como La vida moderna de Rocko, Robot Jones, Rugrats (mejor conocida como Aventuras en pañales), Las Chicas Superpoderosas y los Looney Tunes.

“Pasé muchas horas de mi infancia viendo películas, dibujos animados o leyendo historias (que hasta yo sabía que era muy joven para entender) y escuchando música. Cuando jugaba solía inventar mi propia variación del juego y proponerlo a los demás niños. Los demás niños sin problemas accedían porque les encantaban esas pequeñas variaciones de los juegos tradicionales, nada más agregándole marcianos o robots al Hombre Araña, bombas o zombis. Siempre me agradó más el ambiente de jugar con mis primos y con la familia; la pulsión de mis inquietudes infantiles vibra en el trazo de Quentin Blake. De él entendí que un dibujo sencillo (incluso cuando parece un garabato) guarda dolor o sabiduría. Comprendí que a veces la impresión es más directa y definida así, al menos para nuestra forma de entender la vida”.

Desde chico sintió una gran pasión por los dibujos animados y por tejer sus propias historias. Creaba cómics con las Tortugas Ninja como protagonistas o Gokú contra los X-men y pegaba recortes de periódicos que le gustaban, tarjetas de Pepsi, y creaba sus propias portadas de VHS con cinta diurex.

“Mi amor a la vida y mi amor al cine van a la par. En cuestión de la plástica, o tal vez del compromiso con el conocimiento, siento fuerte identificación con Terry Guilliam y Fritz Lang, y veo muchas veces la plástica como un puente para cumplir mis anhelos audiovisuales. En el cine de Sofía Coppola, de Kubrick y en mi vida, descubrí la importancia de los ojos, que cumplen una función nunca relegada en mis dibujos”.

Entre sus referencias gráficas que suelen inclinar el rumbo de su trazo se encuentran Posada, Brian Lee O'Malley, Mike Mignola, Baskiat Satrapi, Dr. Zeus, Tommy Ungerer, Robert Crumb, Picasso, Jamie Hewlett, Rumiko Takahashi, Matisse Kandinsky, Jis y Trino, Spieguelman M. Schulz, Bill Watterson y Al Uderzo.

“Con Quino y Rius y la biografía de Walt descubrí el poder social de la caricatura”.

Actualmente Miguel Gylmar Meza se dedica al diseño de posters, portadas de discos y merchandising de bandas musicales de los más variados géneros. También planea obras de teatro con la compañía La Tulia, a cargo de Amanda Arvizu, y coordina junto con su hermano (a quien considera mejor artista) una publicación titulada Los tres inquilinos.

“Muchas veces me siento como Oscar Wilde: qué mi verdadera vida es el mundo de la estética, donde mi alma existe libre, y al mundo real sólo vengo a facilitar el tránsito de estas ideas”.

Karla Gasca

 

 

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