Me gustaría solo decir “Foxcatcher es una obra maestra. Si no la ven se perderían de la mejor película del 2014”, pero mi editor no me dejaría publicar eso.

Ojalá pudiera hacer tres cuartillas con aspectos que creo que perdí durante 129 minutos. No porque no haya puesto atención; al contrario. Me sumergí en la perfección, fenómeno extraño que no me pasaba desde hace mucho tiempo (por la prisa de estos tiempos). No quería que se acabara; no quería pararme del asiento.

Una película seductora desde el primer cuadro. Lo más sobresaliente son las actuaciones. Steve Carell, Mark Ruffalo y Channing Tatum haciendo una tercia de soberbias actuaciones, una irreconocible Sienna Miller, y en la batuta la perfección eterna que se hace llamar Vanessa Redgrave.

El director Bennett Miller (Moneybal, Capote) nos la presenta historia real de la relación entre Mark Schultz (Channing Tatum) y su hermano Dave (Mark Ruffalo), ambos ganadores de medallas de oro en olimpiadas. John du Pont (Carell), un heredero multimillonario que gusta del deporte olímpico de las luchas, para el cual no practica ni tiene talento, pero cuenta con la cualidad de tener mucho dinero, y decide comprar su propio equipo para las olimpiadas de 1988 y entrenarlo en su majestuosa granja, llamada “Foxcatcher”. Mark decide entrar al equipo de du Pont queriendo encontrar su propio rumbo, ya que se siente a la sombra de su hermano mayor. Otro a la sombra es el mismo John du Pont, pero a la de su soberbia, fría y fascinada por los caballos madre (Vanessa Redgrave, creo que ya dije que es extraordinaria).

Ahora bien, la mayoría ya sabemos el desenlace; fue un escandalo público. Pero la maestría con la que filmaron este drama lleno de locura, privilegios y excesos, es devastadora.

Solo Michael Keaton podría quitar el Oscar a Steve Carell como mejor actor, y créanlo o no, la nariz falsa no hace diferencia con este impecable trabajo.

Twitter: @_victoriaovando