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Vivimos un momento frankensteniano | Entrevista a Ignacio Padilla

Vivimos un momento frankensteniano | Entrevista a Ignacio Padilla

Ésta es una entrevista mentirosa, o por lo menos trata de serlo. No espere encontrar aquí verdades históricas, sólo se le ofrecerán algunos atajos, algunas preguntas y sus posibles respuestas. Siguiendo el modelo del entrevistado, Ignacio Padilla, el interrogatorio busca al “lector inteligente, el lector con ganas de chambear, que se pregunte qué de lo que relato es verdad, y que mi propuesta sea, sobre todo, una verdad de las mentiras.”

Se hablará del kaní, del horiat, del vorsaith, de las bestias de Zaqueo el Geraseno, de los fotófagos, de los aliris evangelizadores y de la eterna anfiparta, entre muchos otros seres que pueblan las pesadillas de Padilla, y que se han vertido en su más reciente libro, Las fauces del abismo (Océano). Las palabras la he pescado de su presentación del pasado 29 de septiembre en el Centro de las Artes de Salamanca:

¿Qué animal de tu bestiario recomendarías para tener como mascota?

Yo tendría como mascota una de las arañas. Esa que me da lo recuerdos de otros, aunque tendría que entrenarla primero, para que me pase lo mismo que a los de mi cuento (Tres Arañas y una cuarta imposible) que se enloquecen cuando la araña no solo roba los recuerdos del sultán sino también los de su harem. Otros interesantes serían los fotófagos, que se comen la luz y crecen hasta cubrir una ciudad con oscuridad, y dentro de ellos viven los tenebritas que guardan diamantes. Sería padre tener los diamantes...

Sobre estos últimos tengo otra pregunta: los fotófagos que mencionas en tu libro, ¿están emparentados con los diablitos que le roban la luz a la Comisión Federal de Electricidad?

(Ríe) Esto me recuerda cuando vivía en la otra Salamanca, en España, conocía a seis monjas mexicanas jóvenes que vivían en el Convento de Las Dueñas. Era curioso porque el convento tenía seis monjas españolas, muy viejecitas y, como ya no había vocaciones en España, las acompañaban seis muy jóvenes de Michoacán. Como yo tenía que mudarme con alguna frecuencia de departamento con mis libros, discos y demás, necesitaba un diablito para llevar mis cosas. Y sólo las monjas tenían uno. En España le dicen carrito, pero para nosotros es un diablito. Era un convento de clausura y sólo podía hablar con ellas a través del torno. Entonces, allí iba yo, tocaba la puerta y se asomaba una de las monjas viejecitas y me decía: ¿Qué quiere? Vengo por el diablito... y me lo pasaba por el torno. Ése es primo también del que se roba la electricidad.

¿Cómo describirías a la bestia del narcotráfico en México?, ¿una hidra con muchas cabezas o alguna variante híbrida del hipopótamo?

Antes de que Pablo Escobar fuera noticia con sus hipopótamos, recuerdo cuando yo era niño, que Carlos Hank González, muy vinculado con el tema y con el grupo Atlacomulco, tenía un rancho, que se convertiría en el Zoológico de Zacango, de dónde se escapó un hipopótamo. A Escobar también se le escaparon. En los tiempos de Uruchurtu, en el DF en los años cincuenta, se escapó un elefante, hay canción de Chava Flores sobre ese episodio. A todos ellos los une esa obsesión de los poderosos por los grandes animales, algo que aparece también las muchas novelas actuales... animales grandes y feroces.

Para ti, ¿cuál es la mayor bestia de la política mexicana?

Hay muchos monstruos en México, aquí hay una enciclopedia increíble de animales fantásticos, pero hay un monstruo por excelencia mexicano. En el 94, que fue un año horrible, surgió el chupacabras. Todas las sociedades cuando viven momentos de suma tensión social y política generan un monstruo que está asociado con la idea del fin del mundo. Hay registros de esto desde la Edad Media. Las sociedades que están sumamente tensas realizan una proyección literaria para lograr una catarsis, para hacer con ella lo que no pueden lograr con figuras reales de autoridad. Creo que lo vivido entonces no se compara con lo que vivimos ahora, ¿o sí?...

En realidad, parece que sí existió un animal que chupaba cabras, y fue una parvada de murciélagos vampiros que salió del Caribe, llegó a Florida y de ahí bajó a México. Y en México se convirtió en un animal alegórico. Empezaron a ponerle la cara del presidente Salinas, lo veías pintado en las esquinas, y le chupaba la sangre a un país decepcionado tras las expectativas que este presidente en particular había generado. Fue un año espeluznante que tuvo su monstruo.

Creo que como va la tensión social y ante la imposibilidad de hacer una catarsis social, de establecer un diálogo con unas autoridades que son escandalosamente insensibles a un reclamo popular muy mal formulado, estamos en camino de producir un nuevo monstruo. Pero ya tenemos al chupacabras, quizás le podríamos poner otra cara, hay muchas de donde escoger...

En tu cuento La rueda inversa de Zaqueo el Geraseno evocas el mito del Golem, la creación de vida a través de la intervención humana, en particular las palabras del Sefer Yesirah ¿Qué monstruo o engendro te gustaría que se creara a través de la experimentación genética?

Los monstruos de creación humana son parte de una tradición. Parten del deseo que tenemos los seres humanos de darle vida a los objetos inanimados, es decir, de ser como dios. Casi todos esos monstruos son engendrados en contra de las leyes naturales o divinas. El gran monstruo inanimado al que le damos vida es la criatura del Dr. Víctor Frankenstein. Su monstruo no tiene nombre, porque el verdadero monstruo es el científico, su creación lo persigue porque nunca lo trata como a un ser humano, nunca le da un nombre.

Hay ya muchos monstruos de creación humana, se dice que muchos virus han sido diseñados por los seres humanos; la clonación está generando también muchas preguntas, que podemos ver hasta planteadas en el cine. Vivimos un momento frankensteniano. La inteligencia artificial también conlleva el miedo ancestral a la rebelión de los objetos, la red cibernética es también un ser vivo...

Creo que no se vale hacer un monstruo enteramente domesticable, que nos quiera incondicionalmente cuando no crecemos con el amor incondicional. Decía Nietzsche, cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti. Quien lucha con monstruos corre el riesgo de convertirse en monstruo.

En uno de tus relatos se mencionan unas salamandras que emplean los franciscanos en el norte de México para propagar el evangelio ¿Crees que el Papa Francisco vuelva a utilizar los aliris para re evangelizar a la grey?

En este libro, cuyos cuentos son como novelas resumidas, hay veces que menciono o enumero bichos que yo mismo no sé qué son. Supe, intuí o soñé que existían estas salamandras, los aliris, no sé cómo las usaron, pero quizá esto pueda dar pie para que tú escribas el cuento, y puedas desentrañar si al Papa pueden serle útiles. Los cuentos se pueden ramificar, como la fan fiction. Quizás tú o cualquier otro pueda escribir hasta una novela sobre ellas.

En tu cuento Elogio de la Vista Otra hablas de la percepción extrasensorial ¿Le recomendarías a la PGR emplear la Vista Otra para encontrar a los estudiantes de Ayotzinapa, por lo menos, llegar a la verdad?

Estás omitiendo el caso famoso de la osamenta, porque esto ya ocurrió. En el 94 la Procuraduría de Antonio Lozano Gracia empleó a una vidente para encontrar el cuerpo de un desaparecido. La vidente, la Paca, dijo dónde estaba, fueron a desenterrarlo, se tomaron fotos, las difundieron. Y luego, salió a la luz que todo había sido un montaje. Despidieron al Procurador que contrató a la bruja para encontrar la osamenta, y en todo salió vinculado Salinas de Gortari y hasta el chupacabras. Eso fue en el 95, ahora no es un solo desaparecido... No dudes que nuestra procuradora lo estará consultando con una bruja. A estas alturas...

Ese tema de la Segunda Vista es el más antropológico de todos, y en realidad existe mucha gente vinculada con ella en casi todas las culturas, personas que pueden ver mundos paralelos que la mayoría no percibe.

Preguntas finales de libre elección:

¿Borges o Cortázar?

Borges

¿El chupacabras o los nahuales?

El chupacabras, claro

¿El Golem o Frankenstein?

Frankenstein

¿Libro impreso o digital?

Impreso, aunque no me disgusta el digital

¿Mac o PC?

Mac, no tiene usuario, tiene fans

¿Vela o El Chicharito?

El Chicharito

¿Aristegui o López Dóriga?

Aristegui, naturalmente

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