Guanajuato, Gto. Hermenegildo Bustos es el retratista más importante del siglo XIX en México; era un pintor autodidacta, con limitaciones técnicas, pero con una expresividad tal, que basta ver sus cuadros para deducir la personalidad del retratado

José de Jesús Verdín Saldaña, cronista de San Francisco del Rincón, explica con vehemencia al personaje más emblemático de Purísima del Rincón, que da nombre a la cabecera municipal: Purísima de Bustos. Luego añade información sobre un francorrinconense que tiene admiradores y detractores: Pascual Aceves Barajas, autor del libro “Hermenegildo Bustos. Su vida y su obra”, impreso por La Rana, la editora del gobierno de Guanajuato.

Piezas del siglo XIX interpretadas por una excelente orquesta, a la que humildemente se le llama Banda del Estado de Guanajuato, retumbaron en el vestíbulo de la sede del Poder Legislativo guanajuatense.

La presentación del libro se llevó con la pompa de rigor, presidida por la diputada Margarita Rionda, que cumple sus últimos días de estar al frente de la Comisión Permanente. El domingo inicia nuevo periodo de sesiones. También estuvo presente la directora del Instituto Estatal de Cultura, Adriana Camarena.

Verdín Saldaña continúa con su descripción de ese “indio de pueblo”, llamado así por Aceves Barajas, mil usos especializado en hacer nieve artesanal, reparador de todo y retratista que inmortalizó con su obra los rasgos y personalidades de rinconenses de ese afrancesado siglo XIX, en esos pueblos que son frontera entre el Bajío de Guanajuato y los Altos de Jalisco.

El cronista describió a don Pascual como un hombre polifacético, político y escritor, médico altruista que coleccionó la obra de Hermenegildo, la compiló y permitió disfrutarla ahora. Resguardada la mayor parte en el Museo de la Alhóndiga de Granaditas, se lleva al público en un libro impreso a color, con pasta dura, tipografía muy legible y de goce visual sinigual.

La vida y obra del pintor ha sido desarrollada por el historiador Gutierre Aceves, hijo de Pascual Aceves, especialmente tras la muerte de éste en 1965.

Mauricio Vázquez, director de La Rana, guerrero de viejas batallas culturales, también habla sobre el tema: don Pascual no cobraba a la gente humilde, pero podía canjear consulta y medicinas por “esa laminita que tiene ahí”: los exvotos pintados por Hermenegildo. Incluso, narra, recuperó uno que era usado como recogedor de basura.

“Hermenegildo Bustos. Su vida y su obra”, se publicó originalmente en 1956 por la Imprenta Universitaria de la Universidad de Guanajuato y tuvo reediciones en 1989 y 1995, mismas que se agotaron desde hace algunos años. La actual edición innova en su forma y acabados, más próximos a los de un libro de arte, con una nueva selección de obras y un prefacio de Gutierre Aceves.

La nueva versión de “Hermenegildo Bustos. Su vida y su obra” conserva el texto original de Pascual Aceves Barajas. La edición fue actualizada con una nueva secuencia para diferenciar mejor las dos facetas desde las que se observa al purisimense: como ser humano (con sus notas biográficas, un anecdotario, sus amigos y una relación de las representaciones religiosas que organizaba) y como creador, que examina su pintura popular, sus retablos y exvotos y detalla los comienzos de su consagración. El volumen incluye 11 reproducciones de obras significativas de Hermenegildo Bustos a todo color, otro de los rasgos que contrasta con la austeridad monocromática de la edición original de 1956.

Con este libro se da continuidad al proyecto editorial del IEC alrededor de Hermenegildo Bustos, en el que también se incluye “Alteños y abajeños en la pintura de Hermenegildo Bustos”, de J de Jesús Verdín, publicado en 2021, y una próxima reedición de “Hermenegildo Bustos. Pintor de pueblo”, de Raquel Tibol.