Ajedrez
Édgard Cardoza Bravo
Dios mueve al jugador, y este, la pieza.
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza
De polvo y tiempo y sueños y agonías?
Jorge Luis Borges
Sesenta y cuatro címbalos
deberán ser pulsados
antes de descubrir al impostor
(debería decir los impostores)
El rey no juega ni está en juego
Observa de lo alto
la partida que intenta ser de dioses
porque el azar no fue invitado
y divisa también desde una esquina
Como la vida
(entienden)
blanco y negro jugarán sus papeles preferidos
responderán al dios que los impulsa
(o al pequeño dios que los engaña)
Nunca sabrán
que Ajedrez es un tablero ausente de color
sin piezas o adversarios
Nunca sabrán que sin jugar
el rey ya ha dado jaque mate
a su nimia babel horizontal
esloCotidiano
05:38 15/12/13