miércoles. 06.11.2024
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Que Curimeo no es Jericó

Yara Ortega

Que Curimeo no es Jericó


Hacer un balance de fin de año es un ejercicio de memoria, generalmente deconstructiva. Porque tomamos los recuerdos (que a fin de cuentas, dijera Borges, no son lo vivido sino como queremos recordarlo).

Nos queda la deuda pendiente con los jóvenes de Chihuahua, Guerrero y Michoacán; con Mireles. Con los hijos de la “Bestia”, que oigo bramar tres veces cada noche en la oscura y relativa seguridad de mi cama. Sigue el balance en negativo por la farisaica postura de los activistas de sofá, que exigen se dé asilo a los sirios; que se elimine el festival de la carne de perro en China, que se legalicen las uniones homosexuales para que puedan adoptar hijos. Teñimos nuestras fotos de “perfil” feisbuquero con los colores de Francia… pero nadie hace duelo por los Médicos Sin Fronteras que cayeron bajo las bombas de los “libertadores”. Pasamos sin mirar a otomites y p’urhépecha que ofrecen miel o la dulzura de su sonrisa entre arcoíris de estambre y chaquira.

Tuvimos la esperanza de que Obama, en su omnipotencia, finiquitara al fin Guantánamo y diera el “Medicare” a los hijos de connacionales ilegales. Pero cae al peor punto el barril de crudo mexicano, en tanto sube, lento pero seguro, el dólar frente al peso… creo que es el momento justo para una “tormenta perfecta”. Una Tercera Guerra Mundial en ciernes. Pero ya supimos(¡¿?!) quién ganó el “Big Brother”, el Torneo de Liga, y hasta los Grammy’s y Miss Universo. Lo bueno es que ya pasó el “Teletón” y los Millonarios de Cristo, con garritas acariciantes como de gato, sacan las uñas mediáticas y nos “invitan” a visitar sus CRIT. No le hace que tengamos dengue y chikunguya en proporción tal, que seamos foco de atención de Salubridad en el estado.

Lo mejor es que se ha dado por oficialmente inaugurado el maratón “Guadalupe-Reyes”, y en Curimeo de las Porquerizas, desde antes de que iniciara diciembre empezó la cohetiza para avisarnos que ya “casi” son las cinco de la mañana: novenario de la Purísima Concepción, los 42 rosarios a la Morena (del Tepeyac, por acá no son rojillos); con el intermedio de San Juan Diego, las “peregrinaciones” matutinas de las rancherías, vespertinas de parroquias y colegios confesionales, nocturnas para cofradías, hermandades y corporativos empresariales (Ayuntamiento incluido, con “invitación formal” del Sindicato que entrecomilla la obligatoriedad de la asistencia de sus agremiados, que con el Edilicio Colegiado anterior engrosó su nómina con más de 500 “empleados”, violando sus propios estatutos. Pero no hay líder que resista cañonazos de $8,000 por piocha). Gruesas de cohetones, banda de viento. Pero salario mínimo a sus fuerzas vivas.

El nombramiento de personajes absurdamente incapaces para el desempeño de las labores asignadas por el Ejecutivo local y estatal, que hacen de risa loca las conversaciones de los curimenses. Hay ratos que no sé si soy Alicia, o simplemente, la “Reina de Corazones” (“¡Que le corten la cabeza!”). Conciertos de ópera desiertos, empalmados con otros cuatro eventos de “cultura” y “bailazos” con los Recoditos y “jaripeos mounstruo”, panegíricos del narco y la vida loca, mientras el rancho está en estado de sitio, con cinco mil militares y fuerzas ciudadanas conjuntas, alojados en hoteles de media estrella para arriba, en tanto persiste el “toque de queda” a los taxistas, que ya no brindan servicio, ni de emergencia, después de las diez y media de la noche. Veinte desaparecidos “reportados” tan sólo en una colonia. Diez choferes “ajusticiados” por culpa de dos que andaban de “tiradores”. Quién tiene la verdadera autoridad… No hubo dinero en las arcas para el “aguinaldo” que como prestación garantiza la Ley Federal del Trabajo y Previsión Social, para los funcionarios y servidores que recién entran… pero los exfuncionarios se ven “favorecidos” con “becas” hasta por $125,000. Gente que ni al caso, sólo por ser “maestros” de la “Casa de la Cultura, A.C.”, hacen el feo a directores de orquestas y filarmónicas (UNAM, Minería, UMSNH) y no “prestan” un piano de cola donado por el INBA a la “Escuela de Artes”.

Con la última: la cuenca del Lerma (Estado de México-Guanajuato-Michoacán-Jalisco), para no variar, con elevados niveles de arsénico, metales pesados y radioactividad (ésta última alebrestada por reacciones químicas entre los minerales y elementos ajenos lixiviados) que sobrepasan hasta en 300 veces los límites máximos permitidos por la FDA en Estados Unidos, que son bioacumulables. Las muestras tomadas para su análisis en pozos de regadío, así como para uso y consumo humano, surten a Ferrero-Rocher y Colgate-Palmolive. Y aguas abajo riegan parcelas y huertos familiares, así como enormes latifundios que exportan sus productos.

Pero como somos bien progresistas, y vamos con lo que hacen los “dones”, si “Don Fulanito” mete semilla “mejorada” y además el gobierno anda bien blandito con los créditos, pus órale… y que nos cae el pulgón dorado. Los Organismos Genéticamente Modificados (cuyas características son manipuladas a fin de que den mejores rendimientos por hectárea) han perdido su natural capacidad defensiva contra las plagas. Y las precipitaciones “históricamente atípicas” acabaron por “enaguatar” lo poco que se había salvado…

Las colmenas de la meseta Tarasca han mermado casi en un 70%. Ah, pero está la arribada de la triunfadora “Generación Matusalén”, que llega a los santuarios de la Monarca desde fines de noviembre, que a la penúltima quincena del 2015 ya había ocupado 7 hectáreas en la zona de Ciudad Hidalgo, en tanto en el mismo periodo del año pasado apenas iban de 3 a 5, y ralamente.

Todo esto me mueve a pensar que las malvas y geranios de la casa de piedra y flores habrán de devolver la denominación a la tradicional “Casa del Ave María”… Los 9°C que tenemos en constante desde el 1° de diciembre, ya a las diez de la noche se mantienen estacionarios, con un pico de descenso por la madrugada. Sin humedad, poco viento y nubosidad mínima. Radiación solar intensa, pero con baja sensación térmica. La última azucena que floreó en el tardío noviembre, enclenque y pálida, no me dio buena espina. Desde que asomó su lengüecita entre la tierra, callada y dulcemente, me reprochó la voraz depredación que hacemos del medioambiente.

La pendeja ambición de “blancos más blancos” envenena la médula de los abatidos acuíferos. Las carreteras del “progreso” del Circuito Intercomunitario (ahora pomposo “Libramiento Norte”) de mi pueblo fueron “entregadas” por Calderón como “terminadas” y son ahora un rosario de baches. El Centro Histérico pórfidamente “remodelado” es intransitable, luego de la reencarpetada previa a las lluvias, y la culpa es de la rebeldía del chapopote, que se manifiesta en contra de las fugas de la red de distribución de agua versus banquetas con rampas que dan a paredes, con la apariencia de un mal merengue. Carajo, 2015 no pudo haber sido tan mal año. Ya terminó y yo sigo aquí, renegando de lo que no puedo cambiar. Ojalá y en el que viene entrando, no me deshocique con la misma piedra. Curimeo no es Jericó…