GUÍA DE LECTURA
Secuestrado, de Robert Louis Stevenson
Jaime Panqueva
No todo pueden ser novedades. Es importante, como lo han recalcado tantos lectores, regresar a los clásicos, a los maestros. Borges lo llamaba en el prólogo de El elogio de la sombra, “cierto amigo muy querido que la literatura me ha dado”. También lo incluía entre sus mayores gustos en las líneas de Borges y yo: “Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson”. Tenía tanto gusto por la prosa del escocés que fluía ágil y a raudales en sus cuentos fantásticos, novelas de aventuras y relatos policiales, que el argentino no dudaba en utilizarlo, según George Steiner, como una de sus máscaras alternativas.
Entre las montañas de libros de la pasada FeNaL me encontré un ejemplar de Secuestrado, la primera novela de su personaje David Balfour, (un guiño personal de su alter ego, pues el apellido de la madre de Stevenson era Balfour) que reaparecerá siete años después en la secuela, Catriona. La edición, muy recomendable de la Secretaría de Cultura cuando todavía se llamaba Conaculta, pertenece a la colección Clásicos de hoy, que se consigue según el vendedor entre 130 y 150 pesos.
La novela se desarrolla en Edimburgo y los Highlands, tras las luchas jacobitas en la Escocia de inicios del siglo XVIII, y se presenta (similar a La isla del tesoro) como el recorrido de iniciación de un joven que para recobrar la posición social que merece, debe constantemente elegir entre lo correcto y lo torcido, esas decisiones éticas que preocupaban tanto a Stevenson, como siguen haciéndolo con algunos escritores contemporáneos. De Inglaterra me salta a la mente McEwan, de España Pérez Reverte, por ejemplo.
Se recomienda Stevenson a los jóvenes. Sí, es un gran introductor a la lectura. Sin embargo, como los autores antes mencionados, debería ser leído también por los adultos (no más por si se les pega tantito de la ética...). Chesterton, otro de los grandes sujetos de admiración de Borges y, a su vez, admirador de Stevenson, le dedicó un interesante ensayo a su literatura buscando claves particulares, que llamaba “notas”. Para cerrar, e invitar a los adultos a volver a Stevenson, cito uno de sus fragmentos:
Las dos novelas sobre David Balfour son ejemplos muy notables de lo que he mencionado generalmente como la nota stevensoniana: la manera viva y brillante; los breves discursos; los gestos tajantes y el agudo perfil de energía, como el de un hombre que avanza recta y rápidamente por el ancho camino. Las grandes escenas de Kidnapped (Secuestrado), la defensa de la cámara en el buque o el enfrentamiento del tío Ebenezer y Alan Breck, están llenos de estas frases explosivas que parecen derribar las cosas como pistoletazos.
Vale la pena volver a los clásicos.
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