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DISFRUTES COTIDIANOS

Liberación femenina

Fernando Cuevas de la Garza

Liberación femenina

Un par de películas notables que colocan a mujeres de distintas épocas y contextos en situaciones de ruptura. Las imposiciones sociales acechan y constriñen la posibilidad de decidir el camino que se quiere tomar, más allá de las expectativas y prejuicios que invaden las buenas conciencias. Enfoque femenino y perspectiva de género en cintas que forman parte de lo mejor que se pudo ver en el año.

Carol

Una novela sobre un romance lésbico escrita por una tal Claire Morgan fue publicada en 1952, época en la que este tipo de tratamientos temáticos resultaba casi inexistente. Bajo el título de El precio de la sal, la historia sigue a una joven empleada de una tienda departamental, con aspiraciones artísticas, y a una elegante mujer en pleno proceso de divorcio de su marido; se conocen justamente cuando Carol va a comprar una muñeca para su hija y Therese la atiende. El olvido de unos guantes servirá como pretexto para el reencuentro de estas dos mujeres que terminan profundamente enamoradas.

La autora resultó ser la gran Patricia Highsmith, quien había escrito la magistral Extraños en un tren (1950), y que retomó la experiencia propia de cuando ella trabajaba como vendedora en la sección de juguetes del gran almacén, donde se encontró con aquella señora de sofisticado aspecto y melancólica mirada. La novela está escrita a partir de una prosa urgente, fluida y, al mismo tiempo, suficientemente detallada para centrarnos en el pensamiento de la época y comprender el desafío que enfrentaban estos dos personajes, de condiciones y expectativas en principio distintas, pero al final irremediablemente parecidas.

La novela se reeditó en 1989 ya con el nombre de Carol y firmada por Highsmith, a estas alturas mundialmente reconocida por su obra y en particular por Ripley, su famoso vivales de una amoralidad paralizante que ha sido llevado a la pantalla desde diversas perspectivas. De acuerdo con la propia autora, las publicaciones con temática homosexual en los años cuarenta y cincuenta tendían a la tragedia y se centraban básicamente en relaciones entre hombres; de ahí que el romance entre Therese y Carol y su desenlace, contrastaban con buena parte de la literatura al respecto.

Dirigida con una sensibilidad expresada en el más mínimo encuadre por Todd Haynes (Veneno, 1991; Velvet Goldmine, 1998; Mi historia sin mí, 2007), quien regresa a la época de romances difíciles explorados en la notable Lejos del cielo (2002) y de relaciones materno-filiales revisadas en Mildred Pierce (2011), Carol (GB-EU-Australia, 2015), nombre por cierto de la protagonista de su filme Safe (1995), consigue trasladar a la pantalla la esencia de este prístino enamoramiento en contra de las convenciones sociales aceptadas a la luz del día.

El guion de Phyllis Nagy centra su atención en la paulatina construcción del desafiante vínculo amoroso y los conflictos de cada una de las mujeres, atravesados  por la maternidad en un caso y la búsqueda del desarrollo profesional en el otro. Separadas, parecen estar extraviadas y completamente solas, sobre todo cuando están rodeadas de personas: un pretendiente y el marido, respectivamente, insisten en estar con ellas sin darse cuenta de dónde está su verdadero afecto: el corazón de ambas ya está depositado recíprocamente.

Con una puesta en escena que privilegia la mirada a la distancia, como enfatizando el contexto de cada una de las protagonistas y recordando la importancia del observador –nosotros como espectadores o la sociedad misma-, se van planteando las vicisitudes de la relación en medio de dificultades y riesgos que por momentos parecen insalvables, ya sea por las propias confusiones afectivas o por las condiciones externas que asfixian la libertad en la toma de decisiones.

Las brillantes actuaciones de Cate Blanchet, interpretando a esta madura mujer cuya seguridad aparente se resquebraja de manera continua, y de Rooney Mara, como la joven veinteañera con la vida por delante, se integran a un colorido diseño de producción que nos remite al Nueva York de los cincuenta, entre el glamour del status quo y el bullicio de los empleados y artistas en ciernes. La presencia de Sarah Paulson como la amiga eterna y de Kyle Chandler como el esposo en plena crisis matrimonial, apuntalan a las protagonistas para que casi con la pura mirada determinen su estado afectivo.

Mustang

En la edición de diciembre del 2016, Gabriel Zaid nos ilustra acerca del origen mexicano del término para referirse a los caballos salvajes y después, por extensión, a los bienes sin dueño conocido. De la palabra mestengo, los vaqueros del sur de Estados Unidos la transformaron a mustang o mestang y, posteriormente, Lee Iacocca bautizó así a su coche deportivo de espíritu familiar a mediados de los sesenta. Cuando pensamos en mustang, en efecto, se presentan ideas relacionadas con libertad, rebeldía, convicción y naturaleza primigenia.

Dirigida por el debutante en largometrajes Deniz Gamze Ergüven, con cámara incisiva y el apoyo de la narración de una de las protagonistas, Mustang. Belleza salvaje (Turquía-Francia-Alemania-Qatar, 2015) establece hasta dónde pueden llegar las imposiciones sociales que se ciernen sobre los individuos: en este caso, cinco hermanas huérfanas que viven en un pueblo turco con su abuela, secundada por el tío, y que terminan siendo sometidas a una vida de encierro simplemente por divertirse inocentemente con algunos compañeros a la salida de la escuela.

Matrimonios forzados, enseñanzas acerca de cómo ser una buena ama de casa y, en consecuencia, una creciente infelicidad que se posa sobre las jóvenes, parece invadir el ambiente, salpicado de cierta resignación. No obstante, con el espíritu libertario por delante, las hermanas, muy bien interpretadas por las cinco actrices, intentarán rebelarse de múltiples formas con todo y cierto humor, sumando esfuerzos y complicidades para evitar que los muros de la casa y las decisiones sobre sus vidas no terminen asfixiándolas. Como sucedía en Las vírgenes suicidas (Coppola, 1999), la liberación puede conseguirse a través de diferentes estrategias.

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