Don Alejandro Flores, huapanguero
Beto Cronopio
AudioDynamics era una empresa dedicada a la sonorización de conciertos y eventos políticos y religiosos. Fundada en 1991, tuvo la visión de usar bocinas con un diseño inteligente; proveía un poderoso sonido con un tamaño pequeño (a comparación de las otras bocinas). Esto permitía eficientar costos pues se utilizaba un transporte más pequeño para llevar y traer el equipo.
En esa época sonorizamos las giras de Magneto, Alejandra Guzmán, Caló, Ricardo Arjona y Café Tacuba, que iniciaban sus carreras musicales y tenían muchos eventos. Para darnos una idea, una gira dura de cuatro a cinco meses, con unas 5 fechas en promedio en todo el país. Se necesita una logística muy bien coordinada para atender todos los requerimientos; además una variable es que tocan con distintos aforos.
Después de publicar su disco Re se integró al staff musical de Café Tacuba el maestro Alejandro Flores, quien tocaba el violín en “Las Flores”. Me tocó estar en su primer evento, en Tijuana; llegó muy puntual al ensayo al mediodía en la plaza principal de la Ciudad Fronteriza y tuvo una participación discreta durante el soundcheck, hasta que llegó su momento estelar en el que tocaba y cantaba unas coplas en la rolita referida.
Me gusta mucho estar en las pruebas de sonido, pues los músicos son más libres, no tienen la presión de la audiencia y se dan más libertades. Por ejemplo, el maestro Alejandro improvisó unas coplas más “picantes” que nos causaron mucha gracia. Recuerdo que también tocaba el violín en “Ojalá que llueva café”.
Terminó el soundcheck y nos llevaron el snack: sándwiches, refrescos fríos y cerveza. El maestro sólo tomó agua pura, explicándonos que era diabético y no podía tomar ni refresco ni cerveza. Regresamos al hotel y la cita para el concierto era en el lobby a las 19.
Desde luego, el maestro Alejandro llegó puntual y me tocó hacerle la broma de bienvenida. Me dirigí a él y apurándolo le pedí que abordara el autobús, pues teníamos prisa para irnos. Había dos autobuses y le señalé el de la banda: un muy lujoso autobús con sillones reclinables, baño, música y servicio de bar. Él, sorprendido, se subió y de inmediato hice una seña para que el guardia de seguridad lo bajara regañándolo, pues era el autobús del grupo y los demás teníamos prohibido subir. Bajó todo desconcertado y nos vio riéndonos, por lo que entendió que era su “novatada”. Poco a poco, concierto a concierto, fue puliendo su “mano a mano” con Rubén Isaac Albarrán Ortega, el cantante del Café Tacuba (ya ven que le da por cambiar su nombre).
Habremos sonorizado como seis o siete giras del grupo hasta que compraron su propio equipo, por lo que dejé de ver a los chicos durante un buen rato. Después cambié de giro y ya no me dediqué a los eventos masivos.
El año pasado acompañé a mi hija a ver al grupo y me da mucho gusto saber que el maestro Alejandro Flores sigue rockeando y huapangueando con el CafeTacvba (creo que ahora se llaman así). He de confesar que tengo un poco de temor que, por la letra de las coplas, se prohíba la rola referida:
“Cuando estoy en mis excesos,
contigo, en gran emoción
quisiera, con embeleso, arrancarte el corazón;
arrancarte el corazón y comérmelo a besos.
Yo te juro y te prometo
como siempre te he querido,
que si tu amor es completo,
cúmpleme lo prometido,
Yo no quiero que otro prieto,
quiera lo que yo he querido”.
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Beto Cronopio (Cd. de México). 46 años. Fan de The Beatles y del rock mexicano de los años 70, incluyendo el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro. Ávido lector de dichos temas.