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Películas centenarias y cincuentonas, 2017

Fernando Cuevas

Reflejos en un ojo dorado, fotograma de la película
Reflejos en un ojo dorado, fotograma de la película
Películas centenarias y cincuentonas, 2017

Repasamos algunas de las cintas que anduvieron de festejo en este año que se acaba. Su valor como obras artísticas se mantiene al paso del tiempo y su mirada-reflejo se advierte en diversas producciones y líneas estéticas que vemos hoy.

HACE CIEN

Los grandes de la comedia muda se encontraban en el proceso de consolidación de sus carreras: Charlie Chaplin entregó los cortos Easy Street, El inmigrante, La cura y El aventurero, desarrollando a su famoso vagabundo como personaje inmortal; Buster Keaton apareció en escena y además de dirigir su primer filme corto, The Rough House, realizó otras cintas breves como la clásica The Butcher Boy, con los consabidos enredos del caso; Harold Lloyd realizó más de 30 cortos aquel año, varios de los cuales escenificados por Lonesome Luke, su memorable personaje

La gran Marion Davies, debutando en el mundo de las imágenes en movimiento, escribió e interpretó Runaway Romany (Lederer), acerca de una joven gitana que resulta ser la hija de un hombre prominente. Se realizó La pobre niña rica (Tourneur) con la presencia de Mary Pickford, quien también interpretó The Little American (DeMille), mientras que Casa de muñecas, la famosa y libertaria obra de Ibsen, encontró su traslado a la pantalla vía el trabajo de Joseph De Grasse, en tanto que La letra escarlata, fundamental novela de Hawthorne, encontró igual destino de la mano de Harbaugh.

Continuando con la serie sobre el justiciero enmascarado (anticipando la invasión de Marvel y DC), Louis Feuillade dirigió La nueva misión de Judex. De los relatos de Charles Dickens, se filmaron Grandes esperanzas (Vignola y West), Historia de dos ciudades (Lloyd) y Klein Doortje (Zelnic); en clave western, Wild and Woolly (Emerson) incluyó al ya afamado Douglas Fairbanks en su reparto. De corta trayectoria, la actriz Theda Bara tuvo trabajo de sobra: protagonizó ocho filmes entre los que se encuentran Camille, con base en la novela de Alexandre Dumas hijo, y la majestuosa Cleopatra, ambas dirigidas por J. Gordon Edwards.

HACE CINCUENTA

El graduado de Mike Nichols presentó uno de los más conocidos triángulos amorosos, interpretado por Dustin Hoffman, Anne Bancroft y Katharine Ross. John Huston exploró diversas aristas de la sexualidad a través de Reflejos en tus ojos dorados, basada en la novela de Carson McCullers, con Brando y Taylor en los protagónicos. En tanto, John Schlesinger realizó Lejos del mundanal ruido con un cuadrángulo romántico encarnado por Julie Christie, Peter Finch, Alan Bates y Terence Stamp. De ama de casa insatisfecha a prostituta vespertina con todo lo que ello implica, fue el planteamiento de Bella de día, dirigida por Luis Buñuel con la habitual mirada cuestionadora.

En Ulises, Joseph Strick emprendió la arriesgada misión de llevar ciertos elementos del clásico de James Joyce a la pantalla con buenos resultados. Dirigida por el ícono teatral Peter Brook con base en la obra de Peter Weiss, Marat/Sade se insertó en el terreno colindante entre el cine y el teatro con el contexto histórico de principios del siglo XIX como telón de fondo y de frente. El director húngaro Miklós Jancsó se dio a conocer más allá de su tierra con El rojo y el blanco, enmarcada en la postrevolución rusa y Milos Forman propuso El baile de los bomberos, de velada crítica a los sistemas totalitarios convertidos en satélites soviéticos.

Jean-Luc Godard se puso político en La chinoise, analizando el terrorismo y el maoísmo, mientras que con Week End experimentó con la historia de una pareja que emprende un viaje para matar a los padres de ella; para completar su producción, propuso Dos o tres cosas que sé de ella, una de sus obras mayores. Monsieur Hulot vivió otra aventura en Playtime, dirigida e interpretada por Jacques Tati y las hermanas de Las señoritas de Rochefort, realizada por Jacques Demy, vivieron sus aventuras románticas en tonos pastel.

Paul Newman estuvo activo con buen ojo para elegir guiones y personajes: en La leyenda del indomable (Rosenberg) y Hombre (Ritt) interpretó a sendos protagonistas de fuerte carácter y particularmente entrañables. Fue el año de Sidney Potier: escenificó la crítica racial ¿Sabes quién viene a cenar? (Kramer), la policiaca Al calor de la noche (Jewison) y la escolar Al maestro con cariño (Clavell), trío de películas cuya influencia se percibe hoy en día. Por su parte, Warren Beatty apareció en la clásica del cine criminal Bonnie y Clyde (Penn), haciendo pareja con la gran Faye Dunaway, en tanto Jane Fonda formó equipo con Robert Redford en la comedia Descalzos en el parque (Bratter).

Con las actuaciones de Marlon Brando y Sophia Loren, Una condesa de Hong Kong fue la última película dirigida por Charles Chaplin, en tanto Martin Scorsese debutó como director con I Call First, ya mostrando su talento para capturar el mundo. La adaptación de una de las partes de El libro de la selva (Reitherman) corrió a cargo de Disney y en su versión en español se recuerda la voz inconfundible del gran Tin Tan. Richard Brooks dirigió A sangre fría y Mel Brooks se encargó de Los productores, centrándose en los enredos tras bambalinas con el humor acostumbrado.

Valle de las muñecas (Robson) siguió a tres mujeres en sus peripecias por el mundo del espectáculo, basándose en la famosa novela de Jacqueline Susann. Un profesor y su estudiante terminaron en La danza de los vampiros, obra de Roman Polanski en clave de comedia de terror. Julie Andrews fue una joven que llega a la ciudad para vivir múltiples experiencias en Millie, cinta de George Roy Hill y los inescrutables caminos de la infidelidad se asomaron en Un camino para dos de Staney Donen. Richard Harris y Vanessa Redgrave escenificaron con el talento característico otra versión más de Camelot, ahora dirigida por Joshua Logan y Franco Zeffirelli dirigió a Elizabeth Taylor y Richard Burton en La fierecilla domada.

Bélico, criminal, western y de espías

Doce del patíbulo (Aldrich) se sitúa en la 2da. Guerra Mundial y con reparto multiestelar narró una misión casi suicida de una docena de convictos condenados a muerte. A partir del asesinato de una prostituta en Varsovia en 1942, se develan los crímenes de guerra en La noche de los generales (Litvak). Quatermass and the Pit (Ward Baker) sigue al científico que da título al film en sus pesquisas para descubrir el origen y consecuencias de un extraño artefacto.

El cine de espías estuvo bien representado por 007: Solo se vive dos veces (Gilbert) con Sean Connery ya en la piel del espía que todos quieren, referido también en Casino Royale, aunque en tono de comedia y con reparto estelar de directores y actores; para completar la presencia de este subgénero, ahí están las aventuras de Flint misión insólita (Douglas), en la que el protagonista enfrenta una conspiración en clave femenina, entre broma y broma. Michael Cane en el papel de un ex espía fue dirigido por Ken Rusell en Con el mundo a sus pies, en la que el comunismo y una supercomputadora se vuelven los elementos en disputa.

John Wayne y Kirk Douglas se encontraron en el western Lucha de gigantes (Kennedy) y con elenco de altos vuelos, Howard Hawks realizó la clásica El Dorado y John Sturges hizo lo propio con La hora de la pistola. El drama criminal de Jean Pierre Melville titulado El samurái sirvió para el lucimiento de Alain Delon en la piel del mercenario Jef Costello y en Espera la oscuridad de Terence Young, Audrey Hepburn tuvo que soportar, además de la reciente ceguera, el acecho de tres ladrones. Intriga de las buenas desplegó A quemarropa de John Boorman. Son algunas de las películas que cumplen 50 años y que permanecen en la retina del cinéfilo.

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