POESÍA
Nocturno
Hila Ratzabi
El cielo está tiznado por un dedo
manchado de rosa.
Las montañas sostienen su púrpura
lo estrechan contra sí mismas como a un secreto.
Bajo las alas de la garza real
un azul movedizo se abalanza.
Los artistas no pueden seguirles el paso a sus nombres:
cobalto, cerúleo, turquesa, cian.
Mientras ellos hablan, la bahía se pinta de azul
y más azul, la luna se ensancha
hacia dentro de su blancura
como una boca que gruñe.
Un graznido de un millón-de-años
alinea el cielo del vuelo de la garza
como si hubiese estado hirviendo
todo ese tiempo en su barriga.
Vemos a los azules ennegrecer
y a las rosas disiparse
como togas arrastradas a través del cielo.
Encendemos nuestras linternas
andamos sobre el camino
atentos a los osos negros y las serpientes
es ya muy tarde para acordar el nombre apropiado del color
plegado como está en la garganta del bosque.
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Hila Ratzabi publicó su primer poema a los siete años en un periódico de Queens, Nueva York. Estudió Literatura Inglesa y Filosofía Judía. Es escritora, tallerista y editora.
La traducción es de Esteban Cisneros.