POESÍA
Dios misericordioso
Kadya Molodowsky
Dios de la misericordia,
Escoge a otro pueblo
Elige.
Estamos cansados de la muerte, los muertos, el costo.
No más rezos.
Escoge a otra gente.
Elige.
Nos hemos quedado sin sangre para sacrificar
En tu honor como holocausto [1].
Nuestra casa ha tornado en desierto.
La tierra ya no basta para nuestras tumbas.
No nos quedan más endechas
No más lamentaciones
En ningún viejo texto hebreo.
Dios de la misericordia,
Haz sagrada cualquier otra tierra
Cualquier otra montaña.
Hemos esparcido en cada campo y en cada piedra
De ceniza, sagrada ceniza.
Con nuestros viejos,
Con nuestros jóvenes,
Con nuestros niños hemos saldado la deuda
De cada letra del Decálogo que nos diste.
Dios de la misericordia,
Alza tu ceja ardiente,
Observa a las gentes del mundo.
Dales las profecías, los días de guardar.
Tu palabra es balbuceada en todas las lenguas,
Dales tus revelaciones y tu ley.
Instrúyeles sobre las escrituras
Y en los modos de la tentación.
Dios de la misericordia,
Danos vestiduras comunes
De pastores con sus rebaños de ovejas
De herreros con sus martillos
De lavanderas, desolladores,
De lo más bajo, de lo menos significante.
Y, oh,
Dios de la misericordia
Concédenos una última bendición:
Desprovéenos de la divina presencia del genio.
Se usa el término en su acepción original. Del griego holoskaustos, quemar entero, habla de un sacrificio de fuego al que se hace referencia en el libro del Levítico de la Torá. El término moderno holocausto es, atendiendo a esta noción, suplido por muchos estudiosos, judíos o gentiles, por el término shoah (שואה), catástrofe, para hacer la distinción necesaria.
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Kadya Molodowsky (1894-1975) fue una poeta bielorrusa afincada en Norteamérica que escribió su obra en yiddish. Fue profesora de idiomas y editora de revistas culturales en su idioma de elección; publicó además varios tomos de poesía.
La traducción es de Esteban Cisneros.