Es lo Cotidiano

GUÍA DE LECTURA

Efectos secundarios, de Alejandro Badillo

Jaime Panqueva

 

toledo
De Fco. Toledo
Efectos secundarios, de Alejandro Badillo

Quiero comentar algunas cosas:

1. Por disposiciones legales, los medicamentos deben contener, entre otras, información sobre su composición, indicaciones terapéuticas, contraindicaciones a su consumo, y reacciones adversas a sus componentes. Dentro de estas últimas se encuentran los efectos secundarios.

2. Poco se aplaude al IMCAR, y hay que hacerlo en público, pues este organismo municipal, encabezado por Atala Solorio, a pesar de las restricciones presupuestarias crónicas a la cultura en el municipio de Irapuato, mantiene una línea de trabajo incesante y una calidad difícil de igualar, dada la precariedad de los recursos. Entre sus logros mencionaré sólo los acuerdos con el INBAL para realizar talleres virtuales y presenciales en distintas modalidades, que son un buen ejemplo del interés por formar a los creadores locales. Nombres distinguidos de las letras mexicanas actuales como Mario Bojórquez o Sara Uribe han visitado esta ciudad y compartido sus conocimientos y experiencia. Entre estos tutores se sitúa Alejandro Badillo, autor poblano de cuento y novela (ver guías 67 – La mujer de los macacos y 227 – Por una cabeza; Tachas 212)

3. Da gusto leer Efectos secundarios de Alejandro Badillo. Su respeto por el lenguaje, la elegancia de su prosa (en apariencia sencilla) y la cuidada extensión de sus cuentos, piezas de relojería a las que es casi imposible retirar alguna frase o palabra, pueden quedar opacadas por sus temas y personajes, dispuestos estos últimos para sacudir nuestros temores más recónditos en la época, diría Byun-Chul Han, donde cada hombre es explotador de sí mismo. Relatos como Meditación sobre la posibilidad de encender un cerillo, Cuento de Navidad, La venganza o El duelo, condensan realidades alternas dentro del universo del trabajo y las relaciones afectivas en atmósferas urbanas contemporáneas. Pero Badillo escapa también a través de la ficción a otras épocas y lugares. Sus microcuentos pueden situarnos en antiguas ciudades sitiadas, galaxias lejanas, futuros apocalípticos donde escondernos en las ruinas de nuestras casas puede ser la única solución a las lluvias de balas, o quizá no encontremos salvación alguna pues un terrorista anónimo puede liberar un agujero negro en el metro... Somos esa ilusión del niño que contempla las gaviotas en la playa, la de un soldado alemán perdido en el frente ruso, o el asombro de una pareja inconforme que se cansa de contemplar el goteo perenne del suero en un hospital.

4. Efectos secundarios (Paraíso Perdido, 2018), para hallarse en consonancia con las leyes mexicanas, debería añadir a su portada, diseñada por Matteo Catanese, la siguiente etiqueta: Precaución: vas a leer a Alejandro Badillo, tu realidad puede cambiar después de hacerlo.

 

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