viernes. 19.04.2024
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Palm Springs y El increíble finde menguante: El amor es un loop / Oscar Luviano

Oscar Luviano

Óscar Luviano
Tachas 378
Palm Springs y El increíble finde menguante: El amor es un loop / Oscar Luviano


Groundhog Day (1993) de Harold Ramis creó un subgénero cuyos alcances no han sido reconocidos en su justa hondura: el loop temporal (el género de “Bill Murray se representa a sí mismo tras haber pasado cinco años en un anuncio japonés” es otra historia). El día de la Marmota presentaba (no por primera vez, pero sí con asombrosa consistencia) a un personaje atrapado en el tiempo, en un día que se repite sin variaciones, pero cuya inflexibilidad cronológica le permite cambiar sus actos y conductas. El objetivo es realizar un aprendizaje que, a ojos de alguna potestad invisible, le conceda avanzar de nuevo en el tiempo, con el resto de la humanidad.  

De entonces para acá, el loop temporal se ha asociado a otros subgéneros como la ciencia ficción (The edge of tomorrow, con Tom Cruise tratando de evitar una invasión extraterrestre), el terror (Happy Death Day, sobre una chica obligada a revivir una y otra vez el día de su cumpleaños y asesinato) y el cine queer (Predestination, con un Ethan Hawke que guía los pasos de una chica que trata de convertirse en astronauta, y que sabe todo lo que esa aspirante ha hecho como si él mismo lo hubiera hecho).

Ha producido, también, un par de clásicos como la hiperquinética Run Lola Run (Tom Tykwer, 1998), la enigmática Primer (Shane Carruth, 2004) y la ambiciosa reinvención loveceaftiana The endless (Justin Benson y Aaron Moorhead, 2017), de las que no les digo nada porque hay que entrar en ellas con los ojos bien abiertos y sin advertencias.

A pesar de estas fructíferas hibridaciones, el loop temporal siempre regresa a su fuente original: la comedia romántica. Durante esta cuarentena, que es un loop en sí misma, se han estrenado dos ejemplos apreciables, si bien no con los mismos alcances, pero sí con algo importante que decir sobre el loop de los loops: las relaciones románticas o, si lo prefieren, el amor.

El increíble finde menguante (título homenaje al clásico de ciencia ficción El increíble hombre menguante de 1957), es una producción española escrita y dirigida por Jon Mikel Caballero. En su tercer filme, este asiduo al terror y la ciencia ficción crea una variación intimista del loop temporal, con dos prodigiosas ideas que suman un sentido amenazador al tiempo en bucle.

Alba lleva a su novio y un grupo de amigos a una cabaña en el bosque. Su idea es presentarles el bosque de su infancia, pero la cosa no va bien: no hay agua, por razones que el guion no explica (Alba es de lejos la menos insoportable del grupo) sus amigos se ensañan con ella y su novio decide terminarla cuando Alba se niega a tener relaciones. Alba se mete unas líneas de coca para salir del clima de pesadilla. Al despertar, encuentra una pelota con la que jugaba de pequeña. Camina con ella hacia un río, y la pierde en la corriente. Al regresar a la cabaña, todos la odian por retrasar el regreso, suben a la camioneta y todos se quedan congelados, excepto Alba. Y el bucle comienza.

Alba descubre que, cada vez que el bucle temporal, se reinicia, el día que se repite dura una hora menos. Es decir: la primera vuelta tiene 24 horas, la segunda 23… De manera que llegará un punto en el que no dure nada y suceda lo que tiene que suceder. La potestad que observa todo esto, una vez que Alba ha hecho todo lo posible por congraciarse con sus amigos y reconciliarse con su novio, le concede un final feliz, que por desgracia se sale de la lógica establecida por la cuenta atrás. Y del cine y de la ciencia ficción de nuestro tiempo.

A pesar de su terribles mis casts (la única explicación de que los amigos y novio de Alba sean tan pesados e inanes es que se interpretan a sí mismos, y ojalá no) y de cierto regusto misógino (todo el loop sirve para que Alba acepte su lugar como servidumbre), la segunda idea que aporta este filme es de un encanto tal que prefiero no revelarla: quien la vea se dará cuenta de que otra mengua mientras los días avanzan.

Mientras que Alba dedica todos sus días menguantes a construir una bomba de agua para que su novio se duche y averiguar quién es la misteriosa mujer que no para de llamar al celular de su amado, Palm Springs (2020) dirigida por Max Barbakow, presenta otro tipo de viajera del bucle.

Para explicar la conquista amorosa que la ha atraído a la condena del bucle, Nyles (Andy Samberg) expresa que se trata de “Una de esa situaciones de bucle temporal de las que seguramente has escuchado”. La primera innovación de esta comedia es que encontramos al loop en funcionamiento, con un personaje que lleva años atrapado durante la celebración de una boda en la ciudad del título. La película comienza en el momento en que trata de ligarse a la hermana de la novia, Sarah (Cristin Milioti), aprovechando los eventos que sabe que tendrán lugar. El resultado desastroso es que la lleva a quedar atrapada con él.

La segunda innovación de Palm Srings es que, a diferencia de todos los filmes sobre loop temporal, en este filme el universo es indiferente, como lo comprueba Sarah, quien intenta todas las transgresiones y bondades que le vimos hacer al Phill de El día de la marmota: desde el suicidio hasta las reconciliaciones familiares. No importa lo que haga: el bucle sigue con la espantosa boda de su hermana.

Sarah, entonces, toma la misma actitud que Nyles: disfrutar de las alteraciones de ese día infinito, en una fiesta del absurdo durante la que (claro) se enamoran. Y ese pudo ser el final de la película (muy parecido al del film de Jon Mikel Caballero), sino fuera porque un tipo insiste en aparecer y asesina a Nyles (el siempre desmedido J.K. Simmons) y porque Sarah descubre algo terrible sobre Nyles.

Entonces el punto de vista del filme cambia, y presenciamos el bucle de Sarah, que se larga todas las mañanas antes de que Nyles despierte, a un café de carretera para urdir un plan que la saque de ese bucle con un hombre divertido, pero monstruoso.

Como se trata de una comedia romántica Palm Springs no se puede emancipar del final feliz, y no nos presenta el final que Sarah y Nyles se merecían, pero abre un nuevo camino en espera de filmes que se decidan a demostrar que las relaciones son un bucle hasta que te decides a romperlas.

Palm Springs está en Hulu. /El pequeño finde menguante se encuentra en Filmin.



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Óscar Luviano
(Ciudad de México, 1968). Narrador y poeta. Cuentos suyos se incluyen en Nuevas voces de la narrativa mexicana (Planeta, 2003) y en Así se acaba el mundo (SM, 2012). Colabora en diversos medios y publicaciones.

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