El siglo XX vivió la transformación científica y tecnológica más acelerada de la historia humana. Durante esta época los principales avances se asentaron sobre tres partículas fundamentales: el átomo, fue posible tanto dividirlo y aprender sobre sus partículas, así como diseñar estructuras nuevas a escala molecular; el byte, sobre el cual se fundamenta la revolución informática y de datos; y finalmente, el gen, que en la vertiente biológica permitió desarrollos nunca antes imaginados.

Sobre este último, el oncólogo Siddartha Mukherjee, ganador del premio Pulitzer en 2010 con su libro El emperador de los males: una biografía del cáncer, escribe esta formidable historia que fascina a cualquier lector curioso o hambriento de conocimiento científico.

Si Cazadores de microbios de Paul de Kruif fue un texto que inspiró el siglo pasado a miles de lectores en todo el mundo a iniciar una carrera en la ciencia, creo que el libro de Mukherjee hará lo propio en el campo de la genética. Su manera de acercarnos a los descubrimientos relativos a las partículas esenciales, desde los experimentos de Mendel hasta las últimas décadas, permite comprender cómo la genética se convirtió en la ciencia toral para comprender la vida, así como los grandes desafíos y riesgos a los que nos enfrentamos:

“No tendría que sorprendernos a estas alturas que el ADN, la molécula de las contradicciones, codifique un organismo de contradicciones. Buscamos la constancia en la herencia y encontramos lo contrario, variación. Las mutaciones son necesarias para mantener la esencia de nuestra individualidad. Nuestro genoma ha negociado un frágil equilibrio entre fuerzas, emparejando hebras opuestas, mezclando pasado y futuro, y enfrentando la memoria al deseo. Es lo más humano que poseemos. El gobierno que ejerce sobre nosotros puede ser la raíz misma de todo conocimiento y discernimiento en relación con nuestra especie.”

De la mano de Mukherjee no sólo es posible comprender los grandes descubrimientos alrededor de la identificación y codificación de los genes y el genoma. También posee una capacidad asombrosa para explicar la terminología científica de tal manera que los logros actuales, como la creación de la vacuna del covid a partir de su ARN, puede parecernos algo tan lógico como posible. 

“La influencia de los genes en nuestras vidas es más rica, profunda e inquietante de lo que habíamos imaginado. Esta idea se torna aún más provocativa y desestabilizadora conforme aprendemos a interpretar, alterar y manipular deliberadamente el genoma y, con ello, adquirimos la capacidad de alterar futuros destinos y elecciones.” Un libro excepcional para leer y reflexionar.

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