DISFRUTES COTIDIANOS
Series • Ted Lasso: Positivo hasta la depresión • Fernando Cuevas
Fernando Cuevas
Un coach de fútbol americano colegial estadounidense es contratado por la dueña de Richmond, un equipo de fútbol de la Premier, la mejor liga del mundo, con la finalidad de que todo fracase y así vengarse del marido que la dejó por una mujer más joven. A partir de esta inverosímil premisa, además considerando que para entrenar necesitaría una licencia de la Asociación inglesa, se desarrolla la serie televisiva Ted Lasso (2020 - ), navegando con soltura entre la comedia y el drama, apoyada en un buenondismo que, gracias a las buenas artes actorales y al creativo desarrollo de los personajes con tintes humorísticos, se mantiene a flote sin empalagar o provocar desinterés, no obstante que los conflictos se resuelven de manera sencilla y pronta.
Creada por Brendan Hunt, Joe Kelly y Bill Lawrence, la serie cuenta en su alineación con Jason Sudeikis (también coescritor), quien interpreta con total convencimiento al protagonista, un entusiasta entrenador bigotón de particulares formas motivadoras que a cualquier evento le ve el lado positivo y que trata que todos los demás se sientan bien, mientras que él, paradójicamente, se va deprimiendo entre recuerdos de su padre y, sobre todo, por su divorcio y la distancia con su hijo, que se quedó a vivir en Estados Unidos (el mismo actor vivió una separación de su pareja y madre de sus hijos en la vida real). Por su parte, Hanna Waddingham encarna a la dolida y ruda dueña del equipo, poco a poco transformándose con base en pastelillos, cercanía con el equipo, positivismo puesto a prueba y nuevas e inesperadas perspectivas amorosas.
A la dueña y al entrenador los acompaña un conjunto de personajes entrañables: el asistente principal, de seco humor siempre orientador (el propio Hunt); el tímido utilero vuelto auxiliar con todo y sus humos subidos (Nick Mohammed); el encargado administrativo, de gran corazón y puertas abiertas (Jeremy Swift); el hosco jugador con facha de muñeco de acción, malhablado y sin filtros, a punto de retirarse y que vuelve a las filas del equipo para apoyar a la dirección técnica (Brett Goldstein), rival de la estrella del equipo (Phil Dunster), también de regreso con actitud humilde tras su paso por el Manchester City. El primero es el novio y el segundo el ex de la ahora encargada de la imagen del equipo (Juno Temple), siempre en plan comprensivo, a tono con la lógica de la serie.
El choque cultural entre las lógicas estadounidenses y las inglesas se aprovecha puntualmente, sobre todo en la primera temporada, así como las diferencias entre ambos deportes (¿el fuera de lugar?), si bien la importancia que se le va dando al fútbol en cuanto tal disminuye, incluyendo los resultados en el campo de juego, la presencia del periodista y de los aficionados encabezados por la dueña del bar, para dar paso a los sucesos fuera de la cancha, entre los que se presentan las vicisitudes de algunos jugadores provenientes de otros países, México entre ellos, así como los conflictos personales de los responsables del equipo, a quienes se suma una terapeuta que sabe observar y escuchar con atención (Sarah Niles).
Si bien a lo largo de los 22 capítulos que integran las dos temporadas se aprecian algunos episodios que no encajan del todo con la narrativa central, en términos generales se mantiene el atractivo de los personajes y las relaciones entre ellos, a través del humor y los momentos festivos con algunos apuntes de nostalgia. Una edición y fotografía funcionales que le dan una fluida propuesta visual, aunque las escenas de los partidos no terminan por ser elusivas, confirmando que no es tanto una serie sobre fútbol, a pesar de algún apunte sobre la comercialización sin miramientos, sino cómo un equipo de personas trata de mantenerse bien y de buenas la mayor parte del tiempo posible, más allá del estadio. Dado el éxito en audiencia y premiaciones, ya está preparándose la tercera temporada, para su estreno en el 2022.