martes. 23.04.2024
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Disfrutes Cotidianos• Discos 2021 [II] • Fernando Cuevas

Fernando Cuevas

Punk de Young Thug
Punk de Young Thug
Disfrutes Cotidianos• Discos 2021 [II] • Fernando Cuevas

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Seguimos parando oreja para recordar algunas grabaciones memorables que se imprimieron el año que apenas se fue.

ASOCIACIONES

La complicidad creativa del año corrió por cuenta de Floating Points, Pharoah Sanders & The London Symphony Ochestra; el resultado se tituló, esperanzadora y ambiciosamente, Promises, álbum resultó ser una de las grabaciones referenciales del 2021, entre los apuntes electrónicos de Sam Shepherd, el sax espiritual del veterano freejazzero y las atmósferas creadas por la reconocida agrupación inglesa: 46 minutos de belleza impasible que recorre los nueve movimientos integrantes de esta cautivante suite, cual consagración de las expectativas depositadas. En intensa exploración tête à tête, el baterista Chris Corsano y el guitarrista Bill Orcutt esculpieron Made Out of Sound, disruptivo y fascinante diálogo más allá del límite.

Pino Palladino & Black Mills se juntaron para expresar Notes With Attachments, entre caminos azarosos por los que se van tomando apuntes, mientras que Melina Duterte (Jay Som) y Ellen Kemper (Palehound) confeccionaron el Doomin’ Sun bajo el apelativo de Bachelor, dejando en clara la capacidad narrativa y el dominio de los territorios del indie con todo y elementos del shoegaze noventero. Bobby Gillespie and Jehnny Beth confabularon para crear Utopian Ashes, narración de una pareja que se va reduciendo, justamente, a cenizas de puro recuerdo: la cantante francesa y el ex Primal Scream, The Jesus and Mary Chain y The Wake, plantean de manera elegante un tóxico drama terminal, cual debe, entre mentiras y expectativas rotas.

Warren Ellis compartió crédito por partida doble: acompañó a Marianne Faithfull en las recitaciones de She Walks in Beauty, recorriendo la poesía de los románticos, y a su compinche Nick Cave en Carnage, sentida obra que va desde la epidermis al fondo del corazón, de la calma reflexiva a la alteración controlada. La cantautora Laura Marling y el productor Mike Lindsay volvieron como LUMP para entregar Animal, bien empaquetado de artpop y folktrónica. Maria Arnal i Marcel Bagés se reúnen de nueva cuenta para producir Clamor (disco nacional para Rockdelux), invitando a abrir ventanas en tiempos de confinamiento para redescubrirnos individuos comunitarios, explorando con apuntes electrónicos y sensibilidad pop.

Los amigos Sufjan Stevens & Angelo de Augustine llevaron a cabo una entusiasta colaboración cuyo fruto, A Beginner’s Mind, es una delicia de iniciación por las rutas de la canción que llega a mente y emoción, tal como las versiones a las piezas tradicionales de Irlanda, Italia y Estados Unidos que se despliegan en They’re Calling Me Home, sensible y evocativa revisión de los orígenes propios cortesía de Rhiannon Giddens y Francesco Turrisi. En plan licántropo y como para aullarle en tonada folk a la luna, Matt Sweeney y Bonnie ‘Prince’ Billy se disfrazaron de Superwolves, mientras que Jenny Hval and Håvard Volden volvieron con su proyecto Lost Girls para elaborar, a partir de una electrónica que yace bajo el hielo con resonancias gélidamente transformadoras, el álbum Menneskekollektivet, palabra noruega para describir a la colectividad.

Una grata sorpresa resultó la reunión creativa entre Bruno Mars y Anderson .Paak, quienes bajo el nombre de Silk Sonic, nos invitaron a una noche llena de colorido funk, soul y R&B de inspirado aliento setentero en An Evenenig with Solk Sonic. En tanto, Armand Hammer & The Alchemist presentaron Haram, en el que el dúo de rap alternativo y el veterano productor desafían esquemas y viajan del mundo de la conceptualización sonora al de la dura rítmica a la mano, vertiente por la que transcurre The Plugs 1 Met 2, resultado de la complicidad entre Benny the Butcher y Harry Fraud: rapero y productor nos conectan a una especie de programa radial con relatos entre duros y difíciles que se resisten a quedar en el pasado.

OPUS 2

Taja Cheek, compositora, multiinstrumentista y vocalista asentada en Brooklyn, conocida como L’Rain, propuso el ecléctico Fatigue (disco del año para The Wire), obra que intersecta diversos géneros de las músicas negras con artrock, entre cortes breves a manera de comentarios que funcionan como amalgama a los ordenamientos en forma de canciones, maceradas con electrónica en espiral. Yasmin Williams destiló sensibilidad y técnica depurada para convertir a su guitarra en vehículo emocional en Urban Driftwood. Por su parte, serpentwithfeet produjo el sutil Deacon, deslizando un R&B tan sinuoso como atrayente.

Sega Bodega, proyecto del británico-chileno Salvador Navarrete, produjo Romeo en clave pop macerado con R&B y discretas experimentaciones electrónicas, junto con insignes invitadas como Charlotte Gainsborough y Arca. Snail Mail amplió miras en Valentine, conservando su afilado tino para la composición y ahora sumando entronques pop a su indierock. Jeffrey Lamar Williams, Young Thug para los cuates, realizó Punk, su segundo álbum tras una serie de mezclas y su debut del 2019, con acústico enfoque que se suma a las cajas rítmicas y efectos digitales en forma armónica.

El saxofonista Kenneth Whalum le puso enfática calma a la ruptura en Broken Land 2, como para apreciar las rupturas a la distancia. La londinense Tirzah produjo Colourgrade a partir de una electrónica que se va trastocando de lo familiar a lo inquietante, territorio en el que Loraine James planteó Reflection, como para mirar desde las texturas digitales la realidad que nos invade en tiempos pandémicos. Dave, brillante rapero británico, confirmó la fuerza vocal y narrativa de su debut con We’re All Alone in This Together, de monetiana portada, muy bien acompañado y jugando con las paradojas a lo largo de poco más de una hora de duración, incorporando sus raíces nigerianas y enfocando sus planteamientos sociopolíticos con precisión contextual.

MÚSICAS NEGRAS

De las grandes revelaciones, también para públicos más grandes, el compositor tuareg Mdou Moctar entregó Afrique Victime, ya con disquera global y detonando combinaciones entre la tradición de los desiertos africanos y el rock guitarrero de altos vuelos: una completa maravilla. Sault, misterioso colectivo londinense, lanzó Nine, su quinto disco que solo iba a estar disponible 99 días (todavía se puede escuchar en YouTube) para acompañar sus proclamas en clave soul electrónico con rítmica envolvente, desde la festiva HaHa hasta la invitante 9, de paso recorriendo las amargas calles de su ciudad con cierto cierre iluminador.

En busca de seguir actualizando su sonido, el soulero Leon Bridges se lanzó a excavar a plena luz del día en Gold-Diggers Sound, en tanto Adrian Younge puso de frente el tema racial en The American Negro, con todo y pasajes narrativos que se insertan entre las canciones. En su sexto disco en solitario, Ka propone una serie de crónicas con Nueva York al fondo en A Martyr’s Reward, en tanto MIKE nos puso a girar con Disco!, lleno de sampleos y sazón rítmico para enfrentar la pérdida con la cara levantada. Sage Elsesser, conocido en estos ambientes como Navy Blue, grabó un doblete: Navy’s Reprise y Song of Sage: Post Panic!, en los que retoma su acostumbrado enfoque espiritual ahora integrando las dificultades raciales que se viven en Estados Unidos.

Tyler, The Creator confirmó su importancia hipopera con Call Me If You Get Lost, entre apuntes cargados de lujuria, narrados por un tal Baudelaire que se desliza por entrometidas instrumentaciones, mientras que Little Simz se destapa en su monumental Sometimes I Might Be Introvert, tercera obra que transcurre entre orquestaciones amplias, spoken word, rap de alcurnia, neosoul entreverado y una completa extroversión que discute con el título. En se sexto disco, The Off-Season, J. Cole sigue apuntalando sus líricas a partir de su reconocible flow, ahora buscando mayor complejidad en sus estructuras y rompimientos rítmicos. Desde Carson, Baby Keem entregó con el variopinto The Melody Blue, buscando distintas rutas hipoperas en las letras –directas o abstractas según el tema- y estilos sonoros.

Wiki combina con naturalidad soul setentero, rap de mirada aguda y hasta momentos jazzeros en Half God, con Nueva York como telón de fondo y personaje interactuante, mientras que Madlib hace lo propio con elementos free y sicodélicos entre sampleos puntillosos enclavados en Sound of Ancestors, elevando el espíritu más allá de la inmediatez. Firmando como Ghetts, el rapero londinense entregó el aclamado Conflict of Interes, su tercer álbum en el que ya se advierte un pulimiento en arreglos y estructuras, manteniendo el espíritu crítico de su propuesta para ahondar, justamente, en los conflictos circundantes. En tanto, el experimentado Nas produjo el King’s Disease II, lograda secuela del álbum del 2020 con una sólida lista de invitados: un extraño caso en el que la segunda parte es mejor que la primera.

Vince Staples, uno de los hijos predilectos de la fundacional Compton, recorre algunos recuerdos personales entre contundentes beats y melodías oscilantes en el ídem Vince Staples, apenas necesitando poco más de veinte minutos para dejar asentado el mensaje. En We Are, el vocalista Jon Batiste reafirma su condición y de quienes lo acompañan en coros, metales efusivos y rítmicas instrumentaciones que se dibujan en las fronteras del soul y el R&B, visitando el acento funk cuando amerita, como igual recurren los australianos de Hiatus Kaiyote en su tercera entrega, Mood Valiant, aderezando sus arreglos con ciertos detalles de la electrónica.

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